La 4T tuvo su origen en un mosaico multicolor de fuerzas políticas que se aliaron con Morena para estar en la cúspide de la ola que se atravesaba en 2018. Se sumaron partidos políticos y organizaciones sociales y, aunque en su mayoría era puro “cascajo” sin un ápice de principios, los unió su gran ambición de poder y dinero.

El resultado de esta fusión era de esperarse y es lo que estamos viviendo, todos contra todos en la disputa por negocios, poder y privilegios.

El cascajo

En la 4T tuvieron cabida los evangélicos con Confraternice y su líder Arturo Farela, sus hijos que reciben sueldo como Servidores de la Nación y sus archienemigos de fe, la iglesia católica con personajes de la ultraderecha e integrantes del Yunque como Manuel Espino; exsalinistas como Alfonso Romo, Josefa Blanco Ortiz Mena, Manuel Bartlett, Ignacio Ovalle, Alfonso Durazo y Alberto Anaya.

Empresarios, la mayoría salinistas que, al ser desplazados, ya son sus enemigos, como Carlos Slim, Ricardo Salinas y Carlos Peralta. Experredistas como Pablo Gómez y Cárdenas Batel; vividores como Alejandro Gertz Manero y Rocío Nahle. Y, claro, como cada uno “jala” por su lado, ponen en vilo el proyecto de la 4T.

Los conflictos que han protagonizado son innumerables y se agudizan en la medida que se acerca el periodo sucesorio, aquí unos cuantos ejemplos:

Germán Martínez renunció a la dirección del IMSS por fuertes diferencias con el entonces secretario de Hacienda, Carlos Urzúa.

Carlos Urzúa renunció por tener diferencias irreconciliables con el exjefe de la oficina del presidente, Alfonso Romo y con el equipo económico, porque, afirmó: “toman decisiones de política pública sin el suficiente sustento”.

A Urzúa lo sustituyó Arturo Herrera que entró con el pie izquierdo, en claro conflicto con la secretaria Rocío Nahle, debido a que antes había declarado que la construcción de la Refinería de Dos Bocas era inviable.

Víctor Manuel Toledo renunció a la Semarnat, luego de la filtración de un audio donde pedía que no se idealice a la “Cuarta Transformación” porque como parte del Gabinete se percató de “contradicciones brutales”. Aseguraba: “Este gobierno está lleno de contradicciones y esto se expresa concretamente en luchas de poder al interior del Gabinete, que yo lo he notado en varias líneas”. Y expresó abiertamente sus diferencias con Alfonso Romo; con el secretario de Desarrollo Rural, Víctor Villalobos; y con la titular de Energía, Rocío Nahle.

Irma Eréndira Sandoval tuvo que dejar la secretaria de la Función Pública luego de protagonizar un pleito a muerte con el fallidocandidato a la gubernatura de Guerrero, Félix Salgado Macedonio, todo porque ella quería imponer a su hermano Pablo Amílcar, el pleito sacó a relucir la corrupción de las dos familias.

Javier Jiménez Espriú al renunciar a la SCT, denunció las diferencias que mantenía con la Secretaría de Marina por el manejo y control de aduanas y puertos y por sentirse investigado por la FGR por la participación que tuvo en la trama de Odebrecht a través de su filial Brasken que estaba asociada con la empresa de su familia, IDESA, para el proyecto de Etileno XXI.

Pero, conforme el tiempo avanza y el proceso de sucesión presidencial se acerca, las cosas se ponen peor, ya no son solo “diferencias”, los pleitos se han convertido en temas judiciales por filtraciones que solo pueden salir de los propios funcionarios que se disputan el poder y el dinero.

Ebrard va Claudia

Entre estos pleitos destaca el que protagonizan los dos principales aspirantes de Morena a la presidencia de la República, Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum, quienes se responsabilizan de la tragedia por el colapso de la Línea 12 que causó la muerte de 26 personas. Sheinbaum, en su intento por enfrentar a Ebrard,contrató a Martí Batres como secretario de Gobierno y además pretende responsabilizar de tragedia de los migrantes a la Cancillería.

Otro tema que genera “encontronazo” son los derechos humanos, sin embargo, Relaciones Exteriores es la única dependencia que realmente mantiene el tema vigente con un equipo de abogados y especialistas en el ramo que destacan internacionalmente, mientras la SEGOB, con Alejandro Encinas, ha mostrado otra concepción totalmente contraria al espíritu de salvaguardar los derechos humanos, con todo y que mantiene de aliado a la piedra que representa la CNDH.

Por ejemplo, en la tragedia que dejó más de 53 migrantes muertos, Encinas se lavó las manos y de paso exoneró al INM, mientras tanto la cancillería se reunía con los embajadores de Guatemala, Estados Unidos, Ecuador y República Dominicana para crear el grupo de acción inmediata en contra de la red de traficantes de personas responsables de la tragedia en Chiapas.

Y qué decir de los pleitos en Morena, entre el actual dirigente Mario Delgado y su antecesora Yeidckol Polevnsky que incluso, ya está demandada penalmente, y de los múltiples conflictos que se dieron por las candidaturas y la compra y venta de éstas, las negociaciones entre los grupos, en fin, una verdadera cochinada la que hay en Morena.

Dejamos para el final lo que puede ser la tumba de la 4T, el pleito más delicado y fuerte que protagonizan el fiscal general, Alejandro Gertz y el ex titular de la UIF, Santiago Nieto, donde ya se abrió el abanico y ahora aparecen involucrados el exconsejero Jurídico de presidencia, Julio Scherer, la exsecretaria de Gobernación y actual senadora por Morena, Olga Sánchez Cordero y ya salen chispas además de acusaciones e investigaciones de unos contra otros en relación con sus grandes fortunas y sus ligas de poder. El conflicto sigue creciendo y amenaza con involucrar a muchos más integrantes de la 4T.

De seguir así la 4T no requiere oposición, que ni siquiera podría, porque solitos se están matando