Fue el 3 de diciembre de 2018 cuando México y el mundo esperaban la primera conferencia mañanera de Andrés Manuel como presidente de nuestro país.

Sin teleprompter, ni apuntador, ni un discurso elaborado, AMLO tiene cercanía con la prensa y los ciudadanos como ninguno de sus antecesores.

No creo que alguien dude que Andrés Manuel es el presidente más informado que hemos tenido y sobre todo, un gran orador.

Desde que estuvo al frente del gobierno capitalino, en el año 2000, llegaba a sus oficinas ubicadas en el Zócalo de la hoy Ciudad de México desde las 6 de la mañana, platicaba con reporteros y después se reunía con funcionarios de su gabinete, entre ellos Marcelo Ebrard, entonces jefe de Seguridad y el secretario de Seguridad Pública, Bernardo Bátiz.

En el 2005, cuando decidió contender por primera vez por la presidencia del país, dejó de ser regente capitalino, pero no paró sus conferencias de prensa; tampoco lo hizo en su segundo intento por llegar “a la grande”, pues desde muy temprano los reporteros se daban cita para escucharlo en su casa de campaña de la colonia Roma.

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Hoy el presidente, a sus 70 años, permanece de pie por al menos hora y media de lunes a viernes en Palacio Nacional, sin contar los eventos a los que acude los fines de semana.

En octubre del año pasado de plano AMLO nos sorprendió: su conferencia matutina duró más de tres horas. Si tomamos en cuenta los diálogos que ha sostenido López Obrador desde que estuvo en la regencia capitalina estamos hablando de casi 24 años.

Las mañaneras “de verdad” o de “mentiritas”

Sin querer quedarse atrás, aunque lo esté por mucho en las encuestas, la candidata de la alianza Fuerza y Corazón por México tendrá a partir de la próxima semana otra conferencia mañanera, que empezará a las diez de la mañana y abarcará desde el próximo lunes 29 de enero hasta el 29 de febrero, que concluye el periodo intercampañas.

Esta copia burda de la mañanera del primer mandatario parece otro mal chiste de la aspirante presidencial, quien lo hará, dicen los miembros de su equipo, para desmentir lo que se diga en Palacio Nacional y echar tierra para querer sepultar la altísima aprobación que tiene entre la población el primer mandatario. Misión imposible, si me permiten mi opinión.

La llamada “mañanera de verdad” en realidad será una “mañanera de mentiras” , pues solo la usará para atacar todo lo que “huela” a Morena. El odio, por lo visto, está rayando en desvaríos.

Sería interesante saber si la señora X tiene permitido por la autoridad electoral esta exhibición diaria de su persona, cuyo único objetivo será denostar.

Sin ser pitonisa puedo asegurar que Xóchitl se va a resbalar y cometerá algún error que le pueda costar si no la candidatura, al menos sí una severa sanción. Y ya tendrá motivos para despotricar en contra del INE, del presidente, de Claudia Sheinbaum y de quién sabe quién más.

En 2018 Ricardo Anaya, entonces competidor de AMLO y también panista, quiso hacer lo mismo que su compañera de partido, pero en el intento, fracasó.

Qué mal que en la derecha se disparen solitos un balazo en el pie, habiendo tantas formas de competir y debatir con argumentos.

¿Y así quieren ganar?