¿Por qué debería interesarnos la manera en que se van a formular y a implementar las políticas públicas con el nuevo gobierno federal que iniciará el 1 de octubre?
Por la sencilla razón que, en cualquier país, las políticas públicas son muy poderosas. Tienen un papel crucial en la vida cotidiana. Las buenas políticas públicas pueden mejorar nuestra vida, mientras que las malas políticas públicas provocan sufrimiento para todos.
La formulación e implementación de políticas públicas es un proceso complejo que involucra numerosos actores, consideraciones y objetivos. Las políticas públicas eficaces desempeñan un papel crucial a la hora de fortalecer a las sociedades, abordar los desafíos y promover el bienestar de los ciudadanos. Sin embargo, no todas las políticas son iguales.
Para garantizar que estén bien diseñadas, implementadas de manera eficiente y produzcan resultados positivos, las buenas políticas públicas deberían tener las siguientes características y cualidades:
1. Datos y evidencia
Una de las cualidades fundamentales de una buena formulación de políticas públicas es el uso de la evidencia y los datos. Las políticas deben basarse en la investigación, el análisis y la evaluación de información relevante. Los tomadores de decisiones deben buscar aportes de expertos, realizar evaluaciones exhaustivas de los impactos potenciales y basar sus decisiones en evidencia empírica en lugar de ideología o sesgos personales. La toma de decisiones basada en evidencia mejora la eficacia y credibilidad de las políticas, asegurando que estén diseñadas para abordar problemas reales y lograr resultados eficaces.
2. Inclusividad y transparencia
La buena formulación de políticas públicas es inclusiva y transparente, involucra diversas perspectivas y a todos los actores interesados durante todo el proceso. La inclusión garantiza que se tengan en cuenta las necesidades, preocupaciones e intereses de todas las partes afectadas, promoviendo la justicia y la legitimidad. La transparencia asegura la apertura y la rendición de cuentas, lo que permite a los ciudadanos comprender la lógica detrás de las decisiones políticas, realizar un seguimiento del proceso de implementación y responsabilizar a los servidores públicos por sus acciones. Al fomentar la inclusión y la transparencia, la formulación de políticas públicas genera confianza, fomenta la colaboración y mejora la legitimidad de las acciones gubernamentales.
3. Flexibilidad y adaptabilidad
La naturaleza dinámica de las sociedades y la complejidad de los desafíos exigen que las políticas públicas sean flexibles y adaptables. La formulación de políticas eficaces reconoce la necesidad de ajustar las estrategias en respuesta a circunstancias cambiantes, tendencias emergentes y nueva información. Los servidores públicos deberían diseñar políticas con mecanismos incorporados para su revisión, evaluación y ajuste a lo largo del tiempo. La flexibilidad permite que las políticas sigan siendo pertinentes y receptivas a las necesidades cambiantes, garantizando su eficacia y sostenibilidad a largo plazo.
4. Coherencia e integración
La buena formulación de políticas públicas busca lograr coherencia e integración entre diferentes ámbitos y niveles de gobernanza. Las políticas deben estar alineadas con fines y prioridades generales, evitando objetivos contradictorios o conflictivos. La integración implica coordinar esfuerzos entre varios sectores, departamentos y niveles de gobierno para abordar desafíos complejos de manera integral. Las políticas coherentes e integradas maximizan las sinergias, minimizan la duplicación y mejoran la eficacia general de las intervenciones gubernamentales.
5. Equidad y justicia social
Una característica esencial de una buena formulación de políticas públicas es su compromiso con la equidad y la justicia social. Las políticas deben reducir las desigualdades, promover la inclusión y garantizar que los beneficios y las cargas se distribuyan de manera justa en toda la sociedad. Las consideraciones de equidad deben incorporarse a lo largo de todo el proceso político, desde el diseño y la implementación hasta la evaluación y el seguimiento. Al priorizar la equidad y la justicia social, la formulación de políticas públicas contribuye a construir sociedades más justas e inclusivas, donde todos tengan la oportunidad de prosperar.
6. Largo plazo y responsabilidad
La formulación eficaz de políticas públicas requiere una perspectiva de largo plazo, considerando las implicaciones de las decisiones para las generaciones futuras y la sostenibilidad. Las políticas no sólo deben abordar los desafíos inmediatos sino también anticipar y mitigar posibles riesgos e incertidumbres futuros. La orientación a largo plazo implica invertir en medidas preventivas, desarrollar resiliencia y promover el desarrollo sostenible. Al priorizar los objetivos a largo plazo sobre los beneficios a corto plazo, la formulación de políticas públicas contribuye al bienestar y la prosperidad de las generaciones presentes y futuras.
No es fácil formular ni implementar buenas políticas públicas. Pero los ciudadanos debemos ser exigentes y mantener viva la esperanza. ¿Qué quisiéramos ver en el equipo de gobierno de la próxima presidenta de México?
- Que tengan formación académica de excelencia y la experiencia necesaria para gobernar. La tarea del gobierno no es para aficionados.
- Que los servidores públicos de alto nivel escuchen con generosidad.
- Que se caractericen por su humildad, que admitan las limitaciones de sus conocimientos.
- Que sean constructivos y críticos, que hagan preguntas y busquen la verdad.
- Que sean sinceros, que acepten que sus políticas no van a resolver todos los problemas de México.
- Que siempre analicen las ventajas y desventajas de las opciones y seleccionen la mejor.
- Que no vean a la política y a la opinión pública como molestias sino como factores clave que, si no se valoran bien, conducen a decisiones desafortunadas.
- Que identifiquen enfoques en los que la capacidad del gobierno y la aceptabilidad de una política se unen con un resultado beneficioso, aunque no sea el ideal.
La gente no estará siempre de acuerdo con las decisiones del gobierno. Habrá desacuerdos sobre qué hacer, en cada comunidad, en cada organización. Esos desacuerdos deben ser gestionados, tratados, reconocidos y resueltos cuando sea posible.
Justamente para eso es la democracia y la experiencia de los servidores públicos que deben encontrar una manera de avanzar colectivamente. Los valores y la educación de los servidores públicos son fundamentales en esta tarea. Las decisiones políticas dependen de esos valores y de esa educación.
Elegiremos una nueva presidenta y esperamos que su equipo de gobierno entienda también nuestros valores, y nos representen puntualmente al tomar decisiones políticas. El compromiso con la diversidad, la inclusión y la pertenencia es crucial en la búsqueda de la excelencia en el gobierno.
Hace muchos años estudié la maestría en Harvard. Ahí aprendí que las buenas políticas públicas siempre cumplen tres criterios: son técnicamente apropiadas, son administrativamente viables y son políticamente sostenibles. Deben ser implementadas por gobiernos reales en el mundo real, donde hay muchas limitaciones. Tienen que satisfacer una necesidad sentida por individuos de carne y hueso, que no son expertos, pero que son más sabios que los burócratas y saben encontrarle sentido a las cosas.
El nuevo equipo de gobierno debe pensar en que las políticas públicas son para que todos los mexicanos podamos vivir como integrantes de una sociedad más segura, libre, justa y sosteniblemente próspera.
Creo que una buena ejecución de las políticas públicas puede ayudar a fortalecer la confianza de la gente en la democracia y el futuro de México. Los ciudadanos quieren estar convencidos de que el gobierno hará un buen trabajo en las cosas que importan.
Podría parecer contraintuitivo, pero la única manera de acabar con la polarización y restaurar la fe en la gobernanza es con una ejecución de excelencia de las políticas públicas. La ejecución impecable es lo que podría restaurar la confianza en el gobierno.
La gente necesita creer que su gobierno sirve y está ahí para servirles. La gente necesita estar convencida de que las organizaciones de la sociedad civil y las del sector privado también sirven a la gente.
Lo cierto es que el próximo gobierno requiere mujeres y hombres talentosos, capacitados, experimentados, que decidan dedicar todo su tiempo a trabajar con honestidad y eficacia por la gente.
Los administradores públicos son estrategas y técnicos a la vez. Definen el valor público y también la manera en que operan sus oficinas. Anticipan un mundo de conflictos políticos y tecnologías cambiantes que les obligará a rediseñar sus organizaciones. No habrá una armonía estable en el país ni en el mundo que les permita la simple continuidad.
El servicio público es una de las más elevadas vocaciones. Es fundamental involucrar en el gobierno a las mejores mentes, a los ciudadanos más reflexivos, más innovadores y a los más capacitados, porque las políticas públicas sí importan.
Javier Treviño en X: @javier_trevino