Llegó Donald Trump al poder y no se acabó el mundo... pero sí pudimos ver (nuevamente), como el magnate de bienes raíces y ahora de criptomonedas representa el rostro más cruel de la política estadounidense.

Entre las órdenes ejecutivas firmadas por Trump están algunas que eliminan la condición de santuario en escuelas e iglesias, el enviar tropas a la frontera, el quitar la ciudadanía a los niños y niñas nacidas en territorio estadounidense, entre muchas otras de corte anti mexicana y anti migrantes.

Por su parte, Musk, borracho de poder, se ha dedicado a hacer saludos fascistas, intentar torpedear una iniciativa denominada “Stargate” para potenciar la inteligencia artificial en Estados Unidos y hacer acusaciones sin fundamentos sobre una supuesta criminalidad de Carlos Slim.

En fin. Trump podrá planear lo que sea, pero está abriendo demasiados frentes, o como se dice popularmente, trae “demasiados fierros en la lumbre”. Y ni sus bravatas ni los troleos de Musk ayudarán a hacer a “América” (sic) grande otra vez.