Es que no veo otra salida. Lo que parecía que podía ser un espacio en donde el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) pudiera defenderse de sus atacantes (como él los llama y considera) y de la oposición (que también así llama y así considera), el “Quién es quién en las mentiras de la semana” se ha convertido en un sketch cómico.
Desde los argumentos que ahí muestra, donde ya no es defendible lo que defienden. Por ejemplo, que no es cierto que AMLO pasee en suburbans en la CDMX, cuando se ha comprobado que así es. Además de atacar desde el aparato de poder a ciudadanos que se expresan en Twitter contra AMLO y contra el Gobierno.
La imagen de Liz Vilchis no ayuda mucho. Para empezar, su tono de voz es un cuanto exasperante. Grita en lugar de leer la nota y ni eso. No tiene buena dicción, se equivoca todo el tiempo y parece estar ansiosa siempre.
Que esta chica se pare ahí los miércoles para defender a AMLO, siempre parado atracito de ella, no pone a López Obrador en un sitio que genere confiabilidad y credibilidad.
De alguna manera, el desgaste ya llegó en el “Quién es Quién en las Fakes News” y no veo que, de seguir, le pueda traer cosas positivas a AMLO.
Si de verdad quiere volver a reposicionar sus queridas mañaneras, el presidente de México tendrá que hacer un ejercicio profundo de honestidad con él mismo y dejarlas a un lado. Es mi humilde opinión.
Claudia Santillana Rivera en Twitter: @panaclo