Las transiciones presidenciales marcan coyunturas críticas en la gobernanza y sientan las bases para la eficacia de una nueva administración.

Fui alumno de Richard E. Neustadt en Harvard. Era un distinguido académico, experto en el estudio de la presidencia estadounidense, que aportó ideas invaluables sobre las complejidades del proceso de transición: la preparación, el personal, las políticas y la percepción pública.

Neustadt diseñó una hoja de ruta para que las administraciones entrantes naveguen por el tumultuoso cambio de la campaña al gobierno.

Preparación

Una de las principales recomendaciones de Neustadt es la necesidad de una planificación temprana y meticulosa. Subraya que las transiciones no deben improvisarse sino abordarse con previsión estratégica. La planificación debería comenzar mucho antes de las elecciones, idealmente cuando un candidato es nominado por su partido. Esta preparación incluye reunir un equipo de transición dedicado para delinear los objetivos fundamentales, las políticas y el marco administrativo que guiarán a la nueva administración.

Un aspecto crucial de esta preparación es comprender bien la maquinaria del gobierno. Sugiere que las administraciones entrantes deben familiarizarse con el funcionamiento de las agencias federales y la interacción entre el poder ejecutivo y otras entidades gubernamentales. Este conocimiento ayuda a anticipar desafíos y agilizar los procesos de toma de decisiones desde el primer día.

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Personal

Neustadt subraya la importancia de seleccionar personal competente y leal para puestos clave. El éxito de una presidencia depende en gran medida de la calidad del equipo del presidente. Aconseja que los nombramientos deben basarse en el mérito y la alineación con los objetivos de la administración en lugar de consideraciones puramente políticas.

La gestión eficaz del personal implica no sólo elegir personas con la experiencia necesaria, sino también garantizar que puedan colaborar. Advierte contra el nombramiento de individuos basándose únicamente en la lealtad partidista, ya que esto puede generar ineficiencias y conflictos internos. En cambio, propone un equilibrio entre experiencia, lealtad y capacidad para navegar las complejidades de la gobernanza federal.

Políticas

Neustadt enfatiza la importancia de desarrollar agendas políticas claras y coherentes durante la fase de transición. Recomienda que la administración entrante identifique y priorice áreas clave que definirán su mandato. Esto significa no sólo delinear objetivos políticos generales sino también detallar iniciativas y estrategias específicas para su implementación.

Una agenda política bien definida tiene múltiples propósitos. Proporciona dirección a la administración, ayuda a gestionar las expectativas públicas y facilita la coordinación entre las distintas ramas del gobierno. Sugiere que estas políticas deben comunicarse de manera efectiva al público y dentro de la administración para garantizar la coherencia y claridad en la gobernanza.

Percepción pública

Según Neustadt, la percepción y la comunicación públicas desempeñan un papel crucial en una transición presidencial exitosa. Sostiene que la nueva administración debe gestionar las expectativas públicas y mantener la transparencia durante todo el proceso de transición. Una estrategia de comunicación eficaz puede mitigar las incertidumbres y generar confianza pública en el nuevo liderazgo.

Recomienda que el presidente electo y su equipo interactúen con los medios y el público desde el principio para articular su visión y abordar posibles preocupaciones. Este compromiso debe ser continuo, proporcionando actualizaciones sobre el proceso de transición y delineando los objetivos inmediatos y a largo plazo de la administración. Al hacerlo, el presidente electo puede fomentar una sensación de estabilidad y preparación, crucial para mantener la confianza y el apoyo de los ciudadanos.

Hasta aquí mis notas sobre algunas de las recomendaciones del profesor Neustadt.

Esfuerzo de equipo

La sucesión presidencial se ve a través de la lente de la persona que asumirá el cargo, centrándose en las calificaciones, la visión y la disposición del nuevo líder. Sin embargo, la transición efectiva no se trata de una sola persona; es un esfuerzo integral de un equipo.

Las transiciones de liderazgo modernas reconocen que un solo líder no puede gestionar eficazmente el proceso; necesita el apoyo de un grupo diverso de personas de excelencia.

  1. Equipo de transición: asesores, personal de apoyo y expertos desempeñan un papel fundamental. Este equipo es responsable de organizar, facilitar la transferencia de conocimientos y garantizar la continuidad de las operaciones. Gestionan la logística, preparan materiales informativos y coordinan reuniones con las partes interesadas.
  2. Apoyo institucional: el gobierno en funciones, incluidos sus órganos rectores, departamentos administrativos y liderazgo existente, brinda apoyo esencial durante el proceso de transición. Su función es mantener la estabilidad, defender los estándares de gobernanza y apoyar la integración del nuevo líder.
  3. Partes interesadas externas: ciudadanos y otros actores relevantes de la sociedad también desempeñan un papel en la transición. Su compromiso y retroalimentación pueden proporcionar información valiosa y ayudar a alinear la agenda del nuevo líder con las expectativas externas.

Comprender los roles y contribuciones específicos de los diferentes miembros del equipo resalta la naturaleza colaborativa de la transición.

  1. Líder saliente: el presidente saliente debería actuar como mentor y guía durante la transición. Sus responsabilidades incluyen brindar contexto, compartir conocimiento institucional, ofrecer apoyo y asesoramiento al sucesor. Este papel es fundamental para garantizar la continuidad y minimizar las interrupciones.
  2. Asesores y expertos: ofrecen conocimientos especializados y orientación estratégica. Ayudan al nuevo líder a comprender cuestiones clave, tomar decisiones informadas y afrontar desafíos complejos. Su experiencia es invaluable en políticas públicas, finanzas y cultura organizacional.
  3. Personal administrativo: gestiona los aspectos prácticos de la transición. Maneja la logística, coordina la comunicación y garantiza que las operaciones diarias de la institución continúen sin problemas. Su eficiencia y habilidades organizativas son cruciales para una transición sin problemas.
  4. Órganos de gobierno: juntas directivas y órganos legislativos supervisan y garantizan que el proceso de transición cumpla con los estándares de gobierno y los requisitos legales. Desempeñan un papel fundamental en la validación del plan de transición y el apoyo al nuevo líder.
  5. Partes interesadas internas: los servidores públicos facilitan la integración del nuevo presidente al brindar continuidad, alinear los objetivos departamentales y garantizar que la visión del nuevo líder se comunique e implemente de manera efectiva en todo el gobierno.

Beneficios

Un enfoque de equipo ofrece varias ventajas sobre un esquema centrado puramente en el individuo:

  1. Continuidad mejorada: al involucrar a un equipo amplio, la institución garantiza que el conocimiento y la experiencia se retengan y transfieran de manera efectiva. Esto ayuda a prevenir interrupciones y mantiene la estabilidad operativa durante el período de transición.
  2. Perspectivas diversas: un enfoque basado en equipos reúne diversas perspectivas y habilidades que enriquecen el proceso de toma de decisiones y ayudan al nuevo líder a abordar desafíos complejos de manera más efectiva. Esta diversidad fomenta soluciones innovadoras y estrategias integrales.
  3. Riesgo reducido: confiar en un equipo mitiga los riesgos asociados con las transiciones. Si una persona no puede cumplir su función, otras pueden intervenir para garantizar que el proceso continúe sin problemas. Esta redundancia mejora la resiliencia del proceso de transición.
  4. Red de apoyo: un enfoque colaborativo proporciona al nuevo presidente una red de apoyo sólida, lo que reduce la presión sobre el individuo y lo ayuda a aclimatarse más rápidamente a su nuevo rol. Este apoyo es fundamental para generar confianza y permitir que el nuevo líder se centre en las prioridades estratégicas.

Desafíos

Un enfoque basado en equipos también presenta desafíos que deben abordarse:

  1. Coordinación: la coordinación efectiva entre los miembros del equipo es esencial para evitar confusiones y garantizar que se cubran todos los aspectos de la transición. Para una colaboración exitosa se necesitan roles, responsabilidades y canales de comunicación claros.
  2. Gestión de conflictos: las diferencias de opiniones o enfoques entre los miembros del equipo pueden generar conflictos. Es importante establecer un proceso para resolver desacuerdos y mantener la atención en el objetivo común.
  3. Asignación de recursos: se requieren recursos adecuados, incluidos tiempo, presupuesto y personal, para respaldar el enfoque basado en equipos. Garantizar que estos recursos estén disponibles y se utilicen eficazmente es fundamental para el éxito de la transición.

Creo que estas ideas podrían contribuir a la estabilidad y el éxito a largo plazo. Todavía hay un largo camino por recorrer. Siempre es bueno acudir a la sabiduría de nuestros ancestros. “Ohtli” es una palabra náhuatl que significa camino. En los códices se define “Melahuac Ohtli”, el camino recto, el que te llevará a realizar tu destino. Lo mejor que podemos desear a los protagonistas de la transición presidencial es “Cualli Ohtli”, buen camino, el que todos los equipos deben andar.