Es inaudito que un funcionario como el doctor Hugo López-Gatell subsecretario de salud de una nación siga en el puesto. En el pasado negó absolutamente la necesidad de vacunas para niños una y mil veces.

Cabe recordar que en septiembre del 2021 dijo que por cada dosis de vacuna aplicada para un niño, le sería arrebatada la posibilidad de vacunarse a una persona vulnerable y mayor. Es decir, el niño vacunado sería el culpable de que muriera una persona mayor. Esa es la emoción y la sensación que malévolamente quiso instaurar en la mente de miles.

El 27 de Julio del 2021 dijo que no eran necesarias las vacunas para los niños, insistiendo en que no existía evidencia científica que sugiera que es imprescindible, también aseguró en ese entonces que la narrativa sobre la necesidad de vacunar a los niños era por círculos específicos de personas que se oponían al regreso a clases presenciales, para de ese modo, golpear políticamente al presidente.

Todos estos dichos, apoyados absolutamente por el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Después de todo esto, hoy el subsecretario de salud que cínicamente sigue en su puesto, acepta que siempre sí: los niños deben de ser vacunados y como si fuera un favor por parte de él, comentó que los niños ya también podrán disponer de la vacuna.

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No soy epidemióloga pero creo sin duda que el tema de la vacunación se lo terminaron adjudicando políticamente el eminente doctor Gatell y al presidente, y entonces el que demandara vacunas se convertía en un “opositor”.

De pronto los padres de familia nos volvimos de la oposición, enemigos del oresidente y hasta golpeadores por suplicar que nuestros hijos fueran vacunados.

Yo incluso amparé a mis dos hijos judicialmente para que recibieran la vacuna contra el Covid. La respuesta fue negativa. El argumento fue que porque no estaban enfermos de otra cosa, no tenían derecho a la vacuna. Supe de otros amparos que sí prosperaron.

Y es que no dejaba de salir de mi asombro, que en mi país tuviera que estar levantando una demanda al gobierno por no querer brindarle a mis hijos menores el derecho a la vacuna. Siendo que incluso el artículo 4to de la Constitución dice claramente que todo Niño tiene derecho a la salud y por lo tanto a ser protegidos con esquemas de vacunación completos.

El presidente sabía bien junto con su fiel servidor Gatell que las vacunas contra Covid para los niños eran necesarias, pero aceptarlo era sentirse derrotado. Me ganarán los opositores, supongo que pensó al aceptar brindar vacunas.

Hoy que ya la exigencia nacional los orilló a administrarle la vacuna a menores, me imagino cuánto tiempo pasó para que aceptaran que sí era necesaria, me pongo a pensar en cuántos niños habrán enfermado por Covid o incluso fallecido a causa de la negativa de no distribuir vacunas.

Pero hoy “cantaron” como un triunfo la existencia de la vacuna para niños, y la verdad es que vergüenza deberían de haber sentido por comunicar algo así hasta ahora.

Insisten en que tomemos como un favor la administración de la vacuna y pues tristemente seguramente les funcionará con ciertos sectores como un factor para atraer votos.

La única sensación que me queda con respecto al señor Gatell es que ni es una eminencia ni es una buena persona, ni le importa la salud de nadie, más que la de los suyos.

Sin palabras.

Es cuanto.