El balance de la elección del domingo no es nada bueno para la oposición y sí muy aleccionador, sobre todo si quieren ser competitivos en 2024 cuando se disputarán la presidencia de la República y más de 15 gubernaturas.

Fracasaron las dirigencias, no los partidos ni candidatos y mucho menos militantes. Una votación con una mínima participación, en cinco de los seis estados no se alcanzó el 50%, de hecho, en cuatro estados no se llegó al 45% del padrón. La única entidad con un 53% de participación fue Tamaulipas, donde la contienda fue más cerrada, el candidato de Morena obtuvo un 49% mientras que la Alianza Opositora logró el 44%. Estas cifras dejan una importante lección, a mayor participación mayor competencia y mejor oportunidad para la oposición.

No hubo “carro completo” para AMLO y Morena, y fue tal el berrinche del presidente que en su mañanera de este lunes acusó a los que no votaron por él y su partido de clasistas, corruptos y conservadores.

Lo malo y lo peor

  • La dirigencia de los partidos

Luego de un análisis rápido de los resultados electorales, destaca el papel que jugaron las dirigencias de todos los partidos políticos.

Lo malo para Morena fue que su líder, Mario Delgado, a pesar de todo el apoyo gubernamental y de la eterna campaña de AMLO en favor de su partido, al igual que en 2021, no alcanzó los resultados esperados.

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Lo peor, las dirigencias de los partidos que conformaron la Alianza Si por México, un absoluto fracaso que debe de llevar a un serio replanteamiento de la estrategia de la oposición con la vista puesta en 2024 para de una vez, quitar a estos dirigentes políticos.

  • PRI

Empezando por el PRI y Alejandro Moreno Cárdenas. Desde 2020 ya lo advertíamos en este mismo espacio y en 2021 aludí a la forma en que Alito, entregado a AMLO, lleva al PRI a la derrota.

Pero qué se puede esperar, si a Alito le impusieron como principal asesor a un lopezobradorista de cepa, que una y mil veces ha traicionado al PRI y a su militancia, elexgobernador de Oaxaca de pésima reputación, José Murat Casab, padre del actual gobernador Alejandro Murat, quien entregó el estado a Morena. Por cierto, se dice que Alejandro se va a dirigir la CFE en sustitución de Manuel Bartlett.

No es casual que para garantizar el triunfo de Morena en la elección de Oaxaca, el PAN y el PRI no hicieron alianza.

  • PAN

El caso del PAN no es nada diferente con Marko Cortés, en este espacio también hemos denunciado su juego perverso de comparsa de AMLO. Desde mucho antes, Ricardo Anaya ya se había vendido a AMLO, traicionó a su mentor Gustavo Madero y a todo el PAN. Ante el declive del PRI logró que su partido no se posicionara e incluso atacó a los líderes tradicionales del partido, empezando por Felipe Calderón y particularmente contra su esposa, Margarita Zavala, a quien no le permitió contender en 2015 por una diputación federal, ni participar por la presidencia del partido ni en la contienda interna por la candidatura a la presidencia de la República de2018, dividió al panismo al grado de ahuyentar o impedir la participación de panistas tradicionales.

En la elección del 2015, Anaya vinculado a Manlio Fabio Beltrones, Ricardo Monreal y a Dante Delgado de MC, decidió que no iría en alianzas, para así permitir el crecimiento del lopezobradorismo. La pregunta es ¿a cambio de qué?

Anaya impuso a los dirigentes Damián Zepeda y luego a Marko Cortés, que de los dos no se hace uno y no representan los principios ni propuestas del PAN. En la elección del 2018, su misión fue debilitar al priista José Antonio Meade, quien, aparte, nunca tuvo el apoyo de la nomenclatura de su partido, es decir, salinistas y radicales se aliaron a AMLO, como Murat, Monreal y algunos más de esa calaña.

  • PRD

Con la dirigencia del PRD, lo mismo. Permitieron que AMLO los vilipendiara y pocos, como Fernando Belauzarán, tuvieron dignidad y no se fueron a Morena, a pesar de que fueron maltratados por la dirigencia.

Vale la pena recordar la alianza que siempre ha existido entre “Los Chuchos” y los “primorenistas”, como Manlio Fabio Beltrones, Ricardo Monreal y José Murat y, donde Agustín Basave, también muy cercano a ellos, dirigió al PRD para entregarlo a Andrés en 2018.

La idea de AMLO siempre ha sido destruir al PRD y ya lo logró, en algunos estados el partido que antes llegó a ser la segunda fuerza política del país y digno representante de la izquierda, ya no alcanzó el registro.

  • MC

En el papel Movimiento Ciudadano de Dante Delgado fue el gran perdedor, se aventuró a ir solo y no ganó nada. Su triste nivel fue alcanzar un 3% para mantener su registro. Sin embargo, Dante le sabe y como parte de la estrategia salinista, cumplió con su compromiso de dividir a la oposición y seguramente será premiado en 2024.

Al final, la gran lección de esta elección es muy clara, PRI, PAN y PRD deben destituir a sus dirigentes Alito, Marko y Chucho Zambrano para que, democráticamente, la asuman caras nuevas, militantes que luchen con un proyecto de nación, que salgan a la calle con y por las bases y que motiven a la población para salir a votar. Ya se vio que a mayor participación hay más competencia y mayor pluralidad y democracia, pero, sobre todo, no se evita que se entregue un cheque en blanco para ser usado, en favor de los intereses de algunos cuantos, como está sucediendo con el actual gobierno.

Propuesta alterna, candidatos honorables, equipos de campaña y gobierno, unidad opositora y replanteamiento de estrategias, seleccionarán naturalmente propuestas que ganen, no que solo mantengan registros y prerrogativas.