“El oportunista que no sirve para nada siempre hechiza a la chusma.”
EURÍPIDES DE SALAMINA
“Siempre he intentado vivir en una torre de marfil, pero una marea de mierda no deja de golpear sus muros y amenaza con tirarla abajo.”
GUSTAVE FLAUBERT
Lo que no sabe de leyes como para discutirlo en su lugar de trabajo, Lenia Batres considera puede hacerlo en la plaza pública. Ya lo dijimos antes: la novel constitucionalista ‘ni sabe ni le interesa’; lo que es más, hace gala de ello. Imposible llamarle ‘la ministra del pueblo’; ministra de ‘su reputísima’ ignorancia y mala leche, más bien.
Pero encima, no muestra ninguna intención de estudiar. ¡Caray! Dado que ya es ministra que al menos se informe.¡Vaya! De perdida que ponga a su equipo a redactar de manera coherente y con base en derecho lo que pretende debatir. A este ritmo, que Lenia mejor devuelva su sueldo íntegro —y no solo una parte—, ese que le pagamos con nuestros impuestos.
Lo que ella hace en redes sociales —protestar sobre las resoluciones a las que ha arribado el máximo tribunal (en este caso con relación a la inconstitucional reforma eléctrica de Andrés Manuel)— no es correcto.
Ella quiere hacer su función de jurista/constitucionalista/ministra en redes sociales, lo que está prohibido. Ventilar allí lo que no se argumentó o no se logró argumentar con suficiencia en las discusiones de la primera, segunda sala y las del pleno es una violación a la norma. Y no lo digo yo. Lo estipula el Código de Ética y el Principio de Imparcialidad de la Corte en el capítulo 2: “se abstiene de emitir cualquier opinión que implique prejuzgar sobre un asunto”.
Sí, ya sabemos que los de la 4t actúan con base en aquello de “no me vengan con el cuento de que la ley es la ley”. Pero que una ministra sea la viva manifestación de eso, ya es otro nivel.
Ahora bien, ¿por qué dirimir en X lo que no pudo ni supo hacer en la Corte? Pues porque no le interesa ser constitucionalista (ni siquiera la de López Obrador); su rol es dinamitar al máximo tribunal y tratará de sabotear todo lo que la SCJN resuelva. Y, como ya dije: hacerlo desde la ignorancia.
Miren que decir que la Suprema Corte dio un albazo es no entender absolutamente nada de cómo funciona la misma y su primera y segunda salas.
Un albazo es un madruguete. Pues bien, en México, el orden del día las sesiones de las salas se informan con antelación. Y Los ministros deben de ir preparados con sus motivos (sustentados en leyes) para poder debatir con sus iguales. La resolución que Lenia pretende desacreditar fue pública, se conocía con antelación el tema de estudio, se permitió la participación de rigor de los ministros y se votó conforme a derecho. Lo que incluye eso del voto de calidad del presidente de la sala (y respetar el artículo 56 de la Ley de Amparo). Que Lenia no conozca los reglamentos, no la exime de respetarlos y acatarlos. Y descalificar a la Suprema Corte mediante un comentario en redes, únicamente la descalifica a ella. Todo el proceso de resolución de la anticonstitucionalidad de la Reforma Eléctrica del obradorismo se realizó conforme a derecho.
El problema de Lenia (uno de ellos) —y que de paso resultará ser un problema para todos los mexicanos—reside en que ella está acostumbrada a comportarse como un porro; exponer un lenguaje soez y basarse en chismes de lavadero. Así se conduce y eso no va a cambiar.