Seguido mantengo comunicación con José Luis “Pepito” Castañeda, exciclista capitalino que dio grandes triunfos a nuestro país en la década de los setenta. Pepito era especialista en la contrarreloj por equipos e individual, así como en carreras por etapas. A pesar de su valiosa experiencia y convicción no lo hemos valorado ni hemos sabido aprovechar sus conocimientos para el beneficio del ciclismo mexicano.
Pepito empezó en el ciclismo cuando su hermano le regaló una bicicleta en 1967, vivía por la carretera a Cuernavaca en la Ciudad de México y de pequeño le impresionaba ver a los ciclistas subiendo esa tremenda cuesta con las piernas brillosas llenas de músculos. El interés por el ciclismo que comenzó cuando era niño se convirtió en su afición, pero jamás pensó que se convertiría en uno de los mejores ciclistas mexicanos de su época.
Cuando estaba en secundaria le encargaron un trabajo sobre los Juegos Olímpicos y se encontró con la historia del belga Eddy Merckx, el mejor ciclista de todos los tiempos. Merckx se convirtió en su ejemplo a seguir y su mayor inspiración, Pepito decidió concentrarse a tiempo completo en su carrera como ciclista.
En 1969 quiso inscribirse en su primera carrera de ciclismo en la categoría juvenil, pero se encontró con varios obstáculos. Pepito no contaba con una licencia de la Federación y tuvo que inscribirse en la segunda categoría junto con su hermano. Se unió al Club Pedal y Fibra y luego continuó en la escuela de ciclismo.
Castañeda continuó su desarrollo en el ciclismo y fue campeón novato en el año 72. Sus habilidades como contrarrelojista y escalador lo llevaron a formar parte del equipo nacional, consiguiendo 4 medallas de oro en Campeonatos Panamericanos y Centroamericanos.
En su camino por la Selección Nacional coincidió con Radamés Treviño y Agustín Alcántara, los mejores ciclistas mexicanos en ese entonces. “Siempre vestían con elegancia y estilo europeo, como les enseñó el italiano Luigi Casola, olían a loción de Sanborns. En el pelotón les envidiaban por la clase y calidad que mostraban en todo momento. Agustín Alcántara se convirtió en mi entrenador, aprendí mucho de él y traté de seguir su ejemplo en todo momento, tratando de vestir con clase y traer mi bicicleta limpia siempre”.
Castañeda ganó una de las carreras por etapas más duras de la época, la carrera ciclista Transpeninsular. El capitalino se enfrentó a una feroz batalla contra los equipos de la Unión Soviética, los europeos venían a México con un estilo de carrera más agresivo y ponían a los mexicanos en dificultades en el plano con sus famosos abanicos y orilladas.
Pepito no se dejaba intimidar, “en una de esas formaciones perdí contacto con el pelotón y mi compañero ‘Ceja’, me decía ‘¡agárrate de la camioneta, se va a perder la carrera!’ Yo le dije no me importaba, yo quería llegar a meta sin hacer trampa” dijo Castañeda. Así era siempre, respetando las reglas. Con la ayuda de sus compañeros de equipo pudo volver a hacer contacto con el grupo de cabeza ese día, defendiendo su liderato.
Otro momento de crisis durante la carrera fue al bajar la Rumorosa en un día lluvioso y con mucha neblina. El mexicano iba perdiendo el liderato, pero afortunadamente recibió la valiosa ayuda de Ernesto “El Tiburón” Hernández, Ceferino Estrada, y algunos cubanos. Juntos lograron reducir la diferencia de tiempo, llevando a Castañeda a la victoria de esta durísima carrera Transpeninsular.
“No fue fácil ganar, pero juntos pudimos lograrlo” dijo Castañeda siempre dando mérito a sus compañeros de equipo. Su hazaña contra los soviéticos trascendió y recibió un merecido reconocimiento durante el partido de fútbol Cruz Azul vs Chivas. En esos años el equipo Cruz Azul era el equipo con más campeonatos, pero ese día ganaron los Chivas.
Pepito Castañeda se siente muy orgulloso de su trayectoria dentro del ciclismo nacional, “pues estábamos al nivel de los mejores ciclistas colombianos. Siempre traté de orientar a los jóvenes que se iniciaban en el deporte del ciclismo”.
Y esto me consta. En 1976 formaba parte de la preselección mexicana juvenil y estábamos concentrados en el Centro Deportivo Olímpico Mexicano, cuando nos tocaba rodar con los de primera fuerza Pepito siempre nos daba grandes consejos y nos motivaba para no rajarnos nunca. Mis propios logros en el ciclismo también fueron gracias a él y sus grandes consejos.
El ciclismo no solo le dio experiencias de vida. En 1973, mientras representaba a México en la Vuelta a Costa Rica, conoció a Deyanira Rojas Salas. Compartieron cartas y llamadas telefónicas mientras mantenían una relación a distancia durante un año. 50 años más tarde, la pareja sigue más unida que nunca y viven en la ciudad de Querétaro.
El ciclismo le dio a José Luis “Pepito” Castañeda un estilo de vida sano y metódico en donde aprendió a trabajar en equipo, un matrimonio y una familia ejemplar; además inspiró a la juventud mexicana y nos dio el ejemplo de que si se puede vencer tanta adversidad. Uno de los males de nuestra sociedad es la falta de reconocimiento a nuestros deportistas, pensamos que todo es fútbol o béisbol, el mundo del deporte es enorme y el reconocimiento a nuestras figuras es nulo.