Confieso que no reconozco a Lilly Téllez, una mujer que toda su vida había defendido principios éticos. ¿La política cambia tanto a las personas?
La senadora Téllez quiso ser graciosa, pero no lo consiguió. Lo único que logró fue alentar otra campaña de linchamiento en redes sociales contra el hijo —menor de edad, por cierto— de Andrés Manuel López Obrador y Beatriz Gutiérrez Müller.
No por su inadecuado uso de las mayúsculas —le recomiendo a Lilly que consulte el Diccionario panhispánico de dudas—, sino por haber promovido que se agrediera a un menor, la señora Téllez debe borrar este tuit:
“Mis sinceras felicitaciones al Presidente López y a la Doctora Beatriz Gutiérrez, por enviar a su hijo a estudiar a Reino Unido y no a Cuba. Alejar a su hijo del modelo educativo de Marx Arriaga y Elena Álvarez-Buylla les merece un reconocimiento como buenos padres de familia”.
Lilly Téllez en Twitter
Desde luego, la senadora panista también deberá disculparse con el jovencito al que evidentemente ella acosó —o buleó, para que entiendan algunos usuarios de las redes sociales—.
Con los menores de edad, no. ¿Es tan difícil entenderlo, senadora Lilly Téllez?
Dirán quienes simpatizan con Lilly que ella no mencionó el nombre del muchacho. Es verdad, pero quienes la siguen en Twitter entendieron el mensaje y se dejaron caer con todo para insultar y calumniar —otra vez— al hijo de Andrés Manuel y Beatriz.
Cuando Lilly Téllez denunció que su hijo había sido amenazado en Twitter, el presidente López Obrador se solidarizó con ella.
¿Por qué Lilly generó condiciones para que se atacara en esa red social al hijo de Andrés y Beatriz? No se vale.
Lilly Téllez ha sido una mujer de principios basados en la ética; ojalá no los haya extraviado por completo en la lucha política. Una simple disculpa la honraría, ¿será capaz de pedir perdón?