La senadora culpa al presidente Andrés López Obrador y a la presidenta electa Claudia Sheinbaum de querer robarle la senaduría.

“Estoy iniciando mi demanda legal contra estos ‘imitadores de Maduro’, porque aplastan opositores”, declaró Lilly Téllez.

“Se debe a la inseguridad de Sheinbaum, pues mi opinión, le da miedo porque tengo la fuerza de la razón y voz para enfrentarla”, agregó

Sheinbaum debe estar estremecida, debe tiritar de miedo ante estas declaraciones.…

Lilly Téllez se presentaba en el programa matutino de Ciro Gómez.Llevó una mañana un pastel con una vela roja con el número 36; número que representaba las semanas que faltaban para que el gobierno de López Obrador terminara. La ocurrente senadora dijo entonces que llevaría un pastel cada semana para contar el tiempo que faltara para el fin de la administración actual.

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“Faltan 36 semanas, Epigmenio, para que se vaya el que te paga en palacio nacional”.

Mencionó que guardaría le guardaría un pedazo para el día que él se presentara. “No lo voy a envenenar”, dijo.

Lilly vive en la fantasía del éxito y poder. Por sus venas corre el odio, el rencor; estaba segura de que sería la presidenta de México, pero su sueño se vio frustrado, el PAN que forma parte de la coalición se decidió por otra candidata.

Lilly Téllez ve como amenaza a Claudia Sheinbaum…

“La presidenta Sheinbaum tendrá todo el poder el Estado, las Fuerzas Armadas y la mayoría en el congreso pero su inseguridad predomina”…

La seguridad fantasiosa de Téllez se debe a que cuenta con la fuerza inaudita del Partido Acción Nacional al que pertenece y a la de sus poderosos integrantes, entre ellos, lejos, eso sí, la del expresidente Felipe Calderón, la de su esposa la diputada Margarita Zavala, que sabe tan bien expresar sus ideas e indignación. Cuenta con la neurasténica Kenia López y con el poder de Mariana Gómez del Campo, quien es presidenta del Capítulo Ciudad de México del Colectivo 50+1; además con el apoyo de la derrotada excandidata Xóchitl Gálvez, quien, eso ni qué negarlo, es experta en demandas.

¿Claudia insegura? Ella no ha tenido que recurrir a ningún aspaviento, a ningún arranque, siempre se ha conducido con rectitud, con inteligencia haciendo caso omiso a las agresiones, a la envidia, al coraje de muchas mujeres.

En el desempeño en campaña mostró sus convicciones y sobre todo la seguridad en ella misma. Mostró de manera sincera el cariño que le tiene al pueblo, al país; esa confianza está consolidada con el apoyo y aceptación de millones de mexicanos para que siga con lo que el presidente, por falta de tiempo no pudo concluir, y para construir el segundo piso de la cuarta transformación.

Lilly Téllez era, de profesión, reportera y presentadora de televisión. Ingresó a la política en 2018 de la mano del que es ahora su más férreo enemigo. Su ascenso en la política se dio precisamente de la mano del movimiento fundado presidente Andrés Manuel López Obrador. En ese entonces, Téllez, sonriente, le brindó su apoyo al ahora jefe del Ejecutivo Federal.

Ya estando en terreno, en el senado, Téllez comenzó con los desacuerdos. Se opuso a las iniciativas de Morena como despenalizar el aborto y legalizar la marihuana en el país. Por tal razón, la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia del Movimiento Regeneración Nacional pidió su salida de la bancada. Téllez declaró que durante su estadía en Morena se incumplieron distintas promesas. “Estaban haciendo todo lo contrario a lo prometido. Esto no fue lo que se dijo en los templetes y yo pensaba: ¡Dios mío santo, qué equivocada me di con éstos. Empecé a ver la verdadera cara de López Obrador una vez en el poder, muy distinta a la de la última campaña”, comentó.

Ya fuera de Morena, los mexicanos vimos la verdadera faz de la senadora Téllez

Lilly considera un error su paso por Morena. A su vez el presidente acepta que fue un desacierto al haberla incorporado. “Me hago responsable”, afirmó. El presidente señaló que una de sus grandes equivocaciones había sido invitar a la senadora a sumarse al proyecto de transformación para después ser “traicionado”.

“A mí no me apoyó, yo no estaba buscando trabajo y menos entrar en la política. El presidente estuvo pide y pide que lo ayudara en Sonora. No le debo nada. Es un sinvergüenza”, señaló Téllez.

¿El presidente sinvergüenza? Creo que esta declaración es invertida.

El último de los enfrentamientos de la senadora panista y frustrada futura presidenta fue por la participación de Andrés Manuel López Obrador en la entrega de la medalla Belisario Domínguez en el Senado de la República, a lo que Lilly Téllez llamó a enfrentarlo y lo nombró “el violador serial de la Constitución”.

Si López Obrador fuese dictador como muchos lo señalan, con estas declaraciones ¿en qué situación estaría Lilly?

En respuesta, el presidente de México aseguró que no asistiría a entregar la medalla a Ifigenia Martínez, pues consideró que “una legisladora convocó a que me falten al respeto, ahí en el Senado”, y no quiero caer en provocaciones.

La senadora Téllez no presentó ninguna prueba sobre el posible asedio del presidente López Obrador y de Claudia Sheinbaum.

Seis años le quedan a la senadora María Lilly del Carmen Téllez García para seguir en lo en lo suyo, el ataque…

¿O comenzará a partir del 1 de octubre a llevar pasteles para contar ahora las semanas de la presidenta Claudia Sheinbaum? Eso del veneno, lo esputa cada vez que se expresa…