Está bien entrado el actual curso escolar, 2024-2025, y la Nueva Escuela Mexicana sigue arrastrando lastres que, sin duda, deben de revisarse para bien de las Niñas, Niños, Adolescentes y Jóvenes (NNAJ) que asisten a una escuela pública.
Es posible que uno de estos lastres sea la excesiva y hasta ofensiva carga administrativa que gravita dentro de las escuelas y que aplasta los hombros de los docentes con el consecuente daño al trabajo académico. Este auténtico problema no es nuevo pues, por décadas, se viene arrastrando en todas las modalidades y niveles, aunque, pareciera que, actualmente se ha disparado aún más esta carga pues ya está asfixiando a la escuela pública y está llenando de estrés brutal a los docentes.
Si partiéramos de lo establecido en las leyes, diríamos que esta ofensiva carga administrativa dentro de las escuelas se antoja hasta ilegal, pero, no obstante eso, nadie hace nada para combatirla y menos disminuirla. Por el contrario, pareciera que la existencia de este cáncer es deliberada para minimizar el efecto educativo de los docentes frente a las comunidades educativas.
Veamos lo siguiente. En la Ley General del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros encontramos lo siguiente.
Artículo 3. Los esfuerzos y las acciones de las autoridades educativas en sus distintos ámbitos y niveles de gobierno en la revalorización de las maestras y los maestros para efectos de esta Ley, perseguirá los siguientes fines:
I. Priorizar su labor para el logro de metas y objetivos centrados en el aprendizaje de los educandos;
V. Priorizar su labor pedagógica y el máximo logro de aprendizaje de los educandos sobre la carga administrativa;
Pero y ¿entonces por qué las autoridades educativas federales y las locales no atienden este grave problema?
Por eso digo que lo hecho por las autoridades en contra de las escuelas se parece en mucho a lo ilegal.
Para explicar el origen del monstruo administrativo en las escuelas y las causas de su no atención, vamos a tratar primero de delinear el mismo problema, sus posibles causas y, al final, plantear algunas posibles alternativas.
Al buscar cifras exactas sobre cuántas escuelas de Educación Básica y Media Superior que no cuentan con un director técnico y que carecen de un elemento administrativo, no encontré datos fiables. Pareciera que estos datos no son públicos. No obstante, sería interesante saber cuántas escuelas del total tienen un director técnico, es decir, un director que no atienda funciones de dirección y, a la vez, tenga que atender un grupo de escolares. Así empieza el problema. Yo trabajo en el medio rural y zonas escolares completas de la sierra subsisten con escuelas que tienen un director comisionado con la responsabilidad también de atender a un grupo de escolares. Además, la mayoría de estas escuelas que tienen un director comisionado, tampoco tienen un personal que haga funciones administrativas. Por excelencia, el personal administrativo debería de atender asuntos administrativos. Pero esta situación anormal significa que los directores comisionados tienen que desatender sus obligaciones frente a grupo para darle prioridad a las exigencias administrativas.
Veamos un ejemplo concreto. Como producto de la corrupción, sobre todo del gobierno panista de Puebla, en concordancia de los dirigentes sindicales de ese entonces, oficinas de supervisión, oficinas de sector y escuelas grandes de las urbes, tienen una acumulación excesiva de personal administrativo. Sin duda, esta acumulación de personal administrativo en zonas urbanas no se hizo pensando en los estudiantes. Esta acumulación se convierte en un despilfarro de recursos y nadie se atreve a realizar un reacomodo de personal, claro, sin dañar sus derechos creados ya.
Otra posible causa del problema administrativo que rebota en las escuelas es el exceso de mesas administrativas en las áreas centrales de la secretaria de educación pues, hasta pareciera que, cada mesa se inventa trámites administrativos para justificar su existencia. Y por supuesto que estos trámites y ocurrencias impactan en las escuelas con las consecuencias ya descritas. Para muchas de estas mesas, pareciera que complicar lo administrativo se ha convertido en todo un arte. Tipo de letra, color de tinta, formato, nombre del funcionario y otros absurdos, puede ser motivo para repetir todo un expediente.
Veamos una muestra de la infame carga administrativa. Si a alguna autoridad se le ocurre regalar uniformes escolares, cosa que puede resultar beneficiosa para las comunidades educativas, es al docente-director a quien, como inicio del proceso, se le exige que recopile las tallas de los estudiantes; que suba esas tallas a una plataforma; después que vaya a las oficinas regionales a recoger los uniformes; recorrer el trayecto puede ser de varios minutos hasta de varias horas; después el director tiene que regresar a su escuela a entregar las prendas y, hecho todo el proceso, devolver los comprobantes a la oficina correspondiente. Si hay devoluciones por tallas incorrectas o si faltan uniformes, el trámite se repite. Si en otra fecha se regalan zapatos a los estudiantes, el proceso de igual forma se repite. También si los uniformes se entregan por etapas, se repite todo el proceso por cada etapa. Tal vez y todo este proceso, fácilmente podrían realizarlo las representaciones de padres de familia. Pero para los funcionarios, estos trámites consideran válido endosárselos a los directores-docentes.
Decenas de tramites como estos recaen en las escuelas. Otra práctica común de las autoridades es que los requerimientos administrativos no los calendarizan, cosa que pudiera resultar beneficiosa pues permitiría a los docentes organizarlos en un plan. El problema es que los requerimientos administrativos, las autoridades los van solicitando de improviso, es decir, de un día para otro, con la exigencia de que el docente tiene horas, y no días, para cumplir lo pedido. Si el docente no cumple a tiempo con lo exigido, siempre estará la amenaza de graves sanciones en su contra y, obviamente, como los docentes no quieren ser sancionados, entonces mejor prefieren desatender sus obligaciones con los estudiantes. Los días de la descarga administrativa programados en el calendario escolar, no sirven de nada pues las mismas autoridades no respetan estos espacios. Otras autoridades, haciendo uso de una atribución que no tienen, sustraen docentes de sus grupos para asignarles otras actividades ajenas a su función y nuevamente se amenaza al docente de que si no cumple la indicación será severamente sancionado.
¿Cuáles alternativas quedan ante el eterno peregrinar de los docentes por las oficinas para entregar requerimientos administrativos, cumplir comisiones ajenas a su función, mientras descuidan sus grupos y ante las promesas incumplidas de autoridades en el sentido de que ahora si se atenderá el problema administrativo?:
1.- Reubicar personal administrativo sin dañar sus derechos.
2.- Revisar el enorme faltante de directores técnicos en las escuelas públicas y asignar todos los que hagan falta según las propias reglas de la secretaria, mismas que no se han cumplido en este sector.
3.- Revisar el enorme faltante de personal administrativo en las escuelas y asignar todos los que hagan falta de acuerdo a los propios lineamientos de la secretaria.
4.- Revisar si es eficaz o no que la secretaria siga rentando o comprando plataformas a particulares para, según, hacer más eficiente lo administrativo o, si eso es un negocio de alguien QUE deliberadamente entorpece lo administrativo sin importarle el daño que se le ocasiona a las NNAJ.
5.- Sancionar gravemente a quien desvíe recursos humanos o a quien asigne funciones diferentes sin tener atribuciones para hacerlo.
6.- O realizar una verdadera descarga administrativa. Pero como eso ya sabemos que no va suceder, mejor habría que intentar cumplir los 5 puntos anteriores. Creo que es más fácil eso que esto último.
7.- O no hacer nada y dejar que sigan siendo afectados los NNAJ.
Mtro Juan Durán Martínez. Docente de escuela pública. Puebla. Puebla.
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