¡Cuánta razón tenía el general prusiano, extraordinario historiador y teórico militar, Carl von Clausewitz! “Todo en la guerra es muy simple, pero lo más simple siempre es lo más difícil”. Esta cita destaca la naturaleza paradójica del combate, donde los objetivos pueden parecer sencillos, pero la complejidad del campo de batalla y las incertidumbres de la guerra dificultan el triunfo. La simplicidad en la estrategia y las tácticas suele ser el enfoque más efectivo, pero se requiere habilidad, experiencia y una planificación cuidadosa para ejecutar con éxito.
El domingo pasado, Fareed Zakaria entrevistó, en el programa GPS de CNN, al Almirante en retiro William H. McRaven. Cuatro décadas como “Navy SEAL” le enseñaron muchas lecciones de vida. Las comparte en su nuevo libro, publicado el martes pasado, “The Wisdom of the Bullfrog: Leadership Made Simple (But Not Easy)”. El codiciado título de “Bullfrog”, que le fue otorgado a McRaven en 2011, reconoce al “Navy SEAL” con la mayor cantidad de años en servicio activo.
Los Equipos Tierra, Mar y Aire de la Armada de los Estados Unidos (“Navy SEAL”) son el componente marítimo del Mando de Operaciones Especiales de los Estados Unidos. El almirante William McRaven fue su jefe. A lo largo de su carrera, lideró algunas de las misiones más desafiantes en la historia militar moderna, incluida la captura de Saddam Hussein y la operación que resultó en la muerte de Osama bin Laden, en Pakistán, en 2011.
En 2014, McRaven pronunció un discurso de graduación, en la Universidad de Texas en Austin, donde exhortó a los estudiantes a pensar en la ropa de cama. “¡Si quieres cambiar el mundo, empieza por hacer tu cama!” advirtió, vistiendo su uniforme de almirante. “Las pequeñas cosas de la vida importan. Si no puedes hacer bien las pequeñas cosas de la vida, no puedes hacer bien las cosas grandes”, dijo. Las pequeñas decisiones marcan la diferencia y lo que hagas repercutirá en la historia, por lo que es mejor que hagas las cosas bien.
McRaven puso a pensar a los estudiantes cuando les dijo: “si cambias la vida de sólo diez personas, y esas diez personas harán lo mismo, después de 5 generaciones, podrías haber cambiado la vida de 800 millones de personas”. McRaven ofreció entonces diez lecciones:
1. Tiende tu cama. Si logras hacer bien la primera tarea, entonces el resto del día tiene más posibilidades de salir bien. ¡Haz bien las pequeñas cosas!
2. Rema en equipo. No puedes cambiar el mundo solo, ni por tu cuenta. Encuentra a alguien que te ayude.
3. Nunca descartes a las personas que consideras pequeñas. Mide a una persona por el tamaño de su corazón y su compromiso.
4. Nunca serás perfecto. Debes seguir avanzando siempre.
5. La vida no es justa y fracasarás a menudo. No tengas miedo a fallar.
6. Deslízate por la soga. A veces tienes que ir a por lo inalcanzable; toma riesgos.
7. No retrocedas ante los tiburones. Enfrenta y confronta tus miedos.
8. En tus momentos más oscuros será cuando necesitarás dar lo mejor de ti.
9. Una persona puede cambiar el mundo dando esperanza. Levanta a los oprimidos.
10. No tires la toalla. Nunca renuncies.
Esto resuena muy bien con mucho de lo que hemos leído y experimentado, pero aunque sabemos que los consejos son ciertos, no siempre es fácil apegarse a ellos cuando estás bajo presión. El video del discurso de McRaven ha sido visto más de 10 millones de veces. Su primer libro sobre esto encabezó la lista de los más vendidos del New York Times. Lo que me llama la atención de los consejos de McRaven es que nos enseñan algo muy importante: si deseas comunicar una lección ampliamente, vale la pena mantenerla simple y personal.
Nunca nos imaginamos el poder que tiene la creación de hábitos que nos permitan hacer cosas buenas sin pensar, sin palabras. Levantarnos temprano, tender la cama. Tenemos que construir rituales personales. Los hábitos son poderosos. En el libro “Tiende tu cama; y otros pequeños hábitos que cambiarán tu vida y el mundo”, McRaven comparte sus ideas sobre el liderazgo. Una de las lecciones más significativas que enfatiza es la importancia de asumir la responsabilidad como líder. Él enfatiza que los líderes deben aceptar la culpa cuando las cosas van mal, en lugar de echársela a otros. Este enfoque genera confianza y credibilidad con los subordinados, ya que ven que su líder está dispuesto a asumir la responsabilidad de sus acciones.
Otra lección importante que enfatiza el almirante McRaven es la necesidad de que los líderes prediquen con el ejemplo. Los líderes deben marcar la pauta para sus subordinados y demostrar el comportamiento que esperan de los demás. Deben estar dispuestos a correr riesgos, trabajar duro y ser responsables de sus acciones. Es muy importante construir relaciones con los subordinados. Los líderes deben tomarse el tiempo para conocer a los miembros de su equipo y comprender sus fortalezas y debilidades. Esto les permite delegar mejor tareas y responsabilidades, así como brindar apoyo y orientación cuando sea necesario.
Los líderes tienen que ser adaptables. Deben ser capaces de responder a las circunstancias cambiantes y ajustar sus planes en consecuencia. Esto significa estar dispuesto a cambiar de rumbo cuando sea necesario y estar abierto a nuevas ideas y perspectivas. Los líderes deben ser capaces de perseverar ante la adversidad y mantener una actitud positiva, incluso en las situaciones más desafiantes. Deben recuperarse de los reveses y seguir avanzando, a pesar de los obstáculos en el camino.
El nuevo libro de William McRaven organiza los capítulos en torno a 18 frases poderosas que son parte del pensamiento y la estrategia militar. El almirante tomó 18 lemas y credos de las fuerzas armadas. Cuenta historias que ilustran el mensaje inherente en cada frase. Y las usa como guía ante los desafíos del liderazgo:
1. Prefiere la muerte antes que el deshonor.
2. No se puede ganar la confianza en automático.
3. Cuando estás al mando, manda.
4. Todos tenemos nuestros flotadores.
5. El único día fácil fue ayer.
6. Corre hacia el sonido de las armas.
7. “Sua sponte” (En leyes, un acto de autoridad sin indicaciones formales de otra parte; acciones de un juez sin una moción previa o solicitud de las partes).
8. Quien se atreve gana.
9. La esperanza no es una estrategia.
10. Ningún plan sobrevive al primer contacto con el enemigo.
11. Vale la pena ser un ganador.
12. Un pastor debe oler igual a sus ovejas.
13. Recorre la línea de la tropa, habla con ellos, hazles preguntas.
14. Espera que recibirás lo que inspeccionaste.
15. Comunicar, comunicar, comunicar.
16. En caso de duda, mejor sobrecarga tus armas.
17. Nunca nades solo; siempre ten un compañero de natación.
18. ¿Puedes pararte a defender tu caso frente a la larga mesa verde de oficiales?
Las historias que McRaven narra en su tercer libro están llenas de sabiduría, sentido común y buen juicio. La calidad de los líderes radica en su integridad y confianza. ¿Podemos confiar en un líder? De eso se trata todo. No tiene que ser la persona más inteligente. Pero es quien escucha, quien sirve a sus seguidores, a sus colaboradores, para lograr que todo el equipo tenga éxito. Si sólo piensas en tí mismo, entonces probablemente no eres la persona adecuada para ser el líder de un equipo.
Si crees que todos tus días difíciles han quedado atrás como líder, estás equivocado. Cada día va a ser más difícil, así que tienes que venir preparado, para hacer el trabajo duro. Es importante correr riesgos, personales y profesionales, pero calculados. Tres cuartas partes de tu tiempo como líder lo tienes que pasar en una pizarra haciendo la planificación, el ensayo y el plan alternativo en caso de que las cosas fallen. Si no planeas el riesgo, si no ensayas el riesgo, entonces fracasarás en la misión. Pero tienes que estar preparado para asumir esos riesgos o nunca vas a dar el salto que necesitas para ser un gran líder. La gente todavía valora el honor y la integridad.