En la búsqueda de combatir el cambio climático, la industria aeronáutica no ha dejado de explorar la fórmula de seguir impulsando el transporte aéreo de pasajeros, pero de manera sostenible, tratando de disminuir la huella de carbono lo más que se pueda.
El Acuerdo de Paris, firmado en el año 2015 con el apoyo de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), tiene el propósito de introducir combustibles sostenibles, y reducir las emisiones de CO2. Desde el 2021 tiene el carácter de “voluntario”, pero a partir del año 2027 será obligatorio para todos los países firmantes.
Por ello, al igual que en la industria automotriz, hay compañías que no solo se basan en el tipo de combustible, sino que también se encuentran desarrollando modelos diferentes que sean impulsados por otro tipo de energético.
Así es como ahora hay un “auge” en los automóviles eléctricos. Soy fan del fútbol americano, y utilizo la plataforma de streaming de la NFL para ver los juegos, y en ella veo los anuncios comerciales de las cadenas televisivas de los Estados Unidos. Y lo digo con conocimiento de causa, el impulso que nuestro vecino del norte le imprime a la venta de autos eléctricos es brutal; ya no estamos hablando de automóviles híbridos, sino de modelos completamente eléctricos.
Truman Capote escribió: No es ninguna vergüenza tener la cara sucia, la vergüenza es no lavársela nunca. Las ONG´s ambientalistas han creado un sentimiento de vergüenza en torno a la industria aeronáutica, que incluso ya tiene nombre: “flygskam” (vergüenza de vuelo, en sueco) que comenzó en el 2008 con Maja Rosén, y su negativa a volar para así reducir su huella de carbono en el mundo.
Como toda industria, la aviación está pasando por una transformación, pues sigue creciendo, pero para evitar la pérdida de usuarios hay que comprometerse con el medio ambiente. Para algunos no es suficiente que se tengan SAF (Sustainable Aviation Fuel) combustible sustentable, sino que debe ir más allá.
Por eso algunas compañías están apostándole a los aviones eléctricos de pasajeros. Como la israelí Eviation Alice y su prototipo de tamaño similar a un jet privado, con nueve plazas. Sirve para vuelos de corta distancia -aproximadamente unos 400 kilómetros de autonomía-. Ya tuvo su vuelo inaugural de prueba en los Estados Unidos, y este fabricante tiene la intención de sacarlo al mercado en el año de 2027.
Otro ejemplo de esto, son los Velis Electros de dos plazas, hidroaviones eléctricos ideales para vuelos turísticos, o donde no existen pistas de aterrizaje.
Tenemos el caso de Air Canada quien anunció la compra de 30 aviones híbridos eléctricos de Heart Aerospace, compañía sueca que espera poner en servicio sus aviones de 30 plazas para el año de 2028.
La empresa holandesa Venturi Aviation tiene el ambicioso plan de lanzar al mercado para el año 2030 un avión de 44 asientos, que pueda ser atractivo para las aerolíneas regionales. Sin duda una opción muy interesante.
La compañía Cranfield Aerospace Solutions (CAeS), tiene un modelo de 9 plazas, que será el primer avión eléctrico movido por hidrógeno; su plan es lanzar este modelo para el año 2025, y su mercado estaría enfocado a la aviación ejecutiva.
No podemos dejar a un lado a Rolls Royce, empresa que no solo es famosa por sus automóviles de lujo, sino por la fabricación de los mejores motores para avión. Esta compañía inglesa se encuentra desarrollando un avión con una capacidad de 11 asientos, pero totalmente eléctrico, con la idea de convertirlo en el avión eléctrico más rápido del mundo, y esperan que su salida al mercado sea para el año 2026.
La armadora europea de aviones Airbus se encuentra trabajando en modelos impulsados por hidrógeno; por el momento ya creó un helicóptero 100% eléctrico: el “CityAirbus”, y por supuesto seguirá buscando fabricar aviones menos contaminantes. Sus miras están puestas en el año 2035, cuando esperan conseguir dicha meta.
Zero Avia, empresa británico/estadounidense desarrolla aviones eléctricos de hidrógeno desde 2017. Ellos han creado una aeronave alimentada por hidrógeno a través de una pila de combustible. Tan llamativo ha sido su emprendimiento, que British Airways ha invertido cerca de 24,3 millones de dólares en la empresa para acelerar el proceso de desarrollo de aviones de más de 50 plazas, para el año 2030.
Pero también tiene otros modelos de aviones que tiene en planes sacarlos en rutas comerciales para 2025; aviones de entre 9 y 11 plazas, algunos con una autonomía de 800 kilómetros. Así como también para ese mismo año esta compañía tiene proyectado lanzar al mercado aviones de 19 plazas con un nivel de autonomía de 600 kilómetros, ideales para la aviación ejecutiva o para aerolíneas regionales muy pequeñas. También busca ofrecer para el 2027 aviones de 76 plazas, con autonomías cercanas a los 1,000 kilómetros.
Sin duda alguna habrá que seguir de cerca a todas estas empresas que están innovando en la industria aérea, con la finalidad de hacer más sostenible y amigable a la aviación.
Hace algunos años era solo un sueño el tema de los combustibles sostenibles y ahora es una realidad. Muchos fabricantes de aviones están impulsando su uso con las aerolíneas comerciales, gravitando hacia una movilidad “más verde”.
La aviación comercial es muy amplia, y va desde la ejecutiva, la regional, la bajo costera, la tradicional y recientemente la híbrida; la aviación es una industria en constante desarrollo, nunca estática, y siempre en la búsqueda de reinventarse. Dejemos pues que “se lave la cara”, y que nos siga sorprendiendo.