La puntera

Claudia Sheinbaum encabeza todas las encuestas cuya metodología no cae en lo ridículo. El País publicó hoy una recopilación de encuestadoras donde –exceptuando Rubrum, los de la encuesta robotizada que ponía a Mejía Berdeja en primer lugar– las otras nueve ponen a Sheinbaum arriba. Al cierre de estos más de 70 días de recorridos, salvo algún imponderable, Claudia será la próxima coordinadora de los comités de defensa de la 4T.

Después de recorrer todos los estados del país, vimos a una Claudia cada vez más cómoda con un discurso muy claro sobre sus ejes: soberanía nacional y ampliación de derechos. Vimos también una disciplina impecable, muy característica de su actuar político a lo largo de su carrera. Observamos una política con convicciones firmes, que ha sabido convencer y construir alianzas con sectores amplios de la sociedad, pero siempre dejando claro que, de llegar a la presidenta, seguirá privilegiando a los más pobres, al igual que lo hizo como jefa de gobierno en la CDMX.

El proceso interno

Además de conocer a los y la aspirante más a fondo, el proceso sirvió para democratizar la vida interna de Morena –y, para el bien de nuestra democracia, salpicó también a los demás partidos–. Ayudará también para que quien lo gane goce de legitimidad dentro del movimiento y, por supuesto, para buscar llegar al 2024 en unidad. Durante el proceso se rompieron ciertos acuerdos. Algunos gobernadores expresaron en redes su apoyo a Claudia Sheinbaum, publicaciones que bajaron a petición de ella misma. Marcelo Ebrard, al tener tantos puntos de desventaja, desobedeció abiertamente varios de los acuerdos: desde los primeros días acudió a medios considerados adversos a la 4T, hizo propuestas, atacó a su competidora, y ha amenazado con judicializar el proceso, todo explícitamente prohibido en los acuerdos.

Los medios mostraron una obsesiva atención al proceso interno de Morena, mientras que con el del Frente no se cuestionó el financiamiento, ni el que siguieran en sus cargos mientras hacían campaña, ni la legalidad de sus campañas, tampoco la falta de transparencia en el proceso y mucho menos se buscó echar gasolina a las tensiones naturales de un proceso interno en cualquier partido. Sin embargo, la encuesta que publicó El País la semana pasada muestra que, a pesar del papel de los medios, Morena subió 8 puntos en sus positivos, mientras que el PRI, PAN y PRD bajaron entre 2 y 4 puntos.

Lo que sigue

Durante este proceso se ha criticado a Claudia Sheinbaum por “querer copiar al presidente”. Por supuesto que hay un proyecto en común con el presidente, –no es casualidad que la base del obradorismo mayoritariamente la apoye a ella en la interna–, pero eso no significa que sea un títere. Lo mismo sucede con Xóchitl Gálvez, claro que tiene una afinidad con el viejo régimen y, al igual que Claudia, representan una continuidad con sello propio a un proyecto y al otro.

Hacia delante para Morena y aliados, para el Frente y para MC, vienen semanas de negociaciones naturales y sanas en la política que vendrán acompañadas de un proceso de sutura para lograr llegar a junio del 2024 en unidad. Y, por supuesto, seguiremos teniendo ese apasionante debate que desde hace tiempo ha politizado al pueblo de México: la batalla entre dos proyectos de nación, distintos y contrapuestos.