Como dato preliminar no deja de ser sorprendente, en sus casi 7 meses de gobierno la estrategia de seguridad implementada por la presidenta Claudia Sheinbaum logró reducir en un tercio la incidencia de la principal tipología criminal que aqueja al país.
Esto es, se disminuyó en 32.9% la incidencia de asesinatos, bajando de un promedio de víctimas que se ubicaba en 87 casos diarios al cierre de la administración de Andrés Manuel López Obrador, a 58 casos que se reportaban al 21 de abril, esto es 28 asesinatos menos, lo que marca una tendencia muy favorable.
Habrá que apuntar que durante el sexenio anterior, la incidencia de homicidios bajó de 100 casos diarios a esos 87 ya mencionados y que se logró el objetivo de frenar la tendencia ascendente heredada de los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
Hoy Claudia Sheinbaum puede presumir junto a su gabinete de seguridad de resultados tangibles.
No se trata de ninguna manera de echar las campañas al vuelo, falta trabajo por hacer, pero de que existen buenos resultados, de eso no cabe duda.
La estrategia de ir a las causas, buscar la pacificación en focos rojos, recurrir a una mejor coordinación entre autoridades de los tres niveles, aplicar el enfoque de las mesas de seguridad, mejorar los métodos de investigación, aplicar inteligencia y prevención y cerrar el paso a la impunidad con la participación de las fiscalías de los estados para delitos del fuero común y de la Fiscalía General de la República para los del fuero federal, son aváncese sustanciales.
Se trataba de poner orden y la presidenta en 7 meses lo logró. Ahora el reto es seguir adelante con esa tendencia y reducir el índice de delitos a la mínima expresión.
Se detuvo a objetivos criminales de alto perfil y por fin se consiguió una incidencia a la baja en homicidios en estados como Guanajuato, Baja California y el Estado de México.
De hecho Sonora, logró pasar del lugar 7 en homicidios al 14 y colocarse a media tabla.
Los decomisos de droga, armas y dinero, las más de 18 mil 700 detenciones, las estrategias regionales, definir mandos únicos como se decidió recientemente para San Luis Río Colorado en la frontera de Sonora, lo permite.
Ahora es fundamental no bajar la guardia.
De hecho la percepción de inseguridad sigue en el caso de Sonora a la baja, y esto tiene que ver con la persistencia en la aplicación de la estrategia.
El gobernador Alfonso Durazo encabeza de manera cotidiana la mesa de seguridad y se ha propuesto pacificar a Sonora y lograr que los ciudadanos nos sintamos seguros.
En Hermosillo, Nogales y Cajeme, las tres principales ciudades la percepción de inseguridad bajó y cada una de esas tres ciudades representan casos de éxito, aunque particular mención merece Cajeme, donde se logró una baja en la sensación del ciudadano de que está inseguro de casi 20 puntos, lo que permitió apagar el foco rojo que representaba la cabecera municipal (Ciudad Obregón) que a pesar de su tamaño en población, era considerada una de las ciudades más inseguras de México y el mundo.
Hermosillo es otro caso de éxito, pues con niveles de percepción de inseguridad del 46%, es una de las ciudades capitales con mejor percepción del ciudadano en este sentido.
Las autoridades, en este caso encabezadas por Claudia Sheinbaum, Alfonso Durazo, Javier Lamarque (Cajeme) y Antonio Astiazarán (Hermosillo), tienen un buen resultado y lo importante será no dormirse en los laureles y entender que esa es su responsabilidad primaria, garantizar la seguridad del ciudadano y dar tranquilidad.
En Sonora y en todo México realmente se agradece el esfuerzo.