Expropiación: instrumento que busca lograr el equilibrio entre el interés público y el interés privado. Elementos fundamentales para alcanzar este equilibrio es la garantía de que la expropiación sólo puede llevarse a cabo mediante indemnización y por interés público.
Los 120 km de la discordia. ¿Expropiar o no expropiar? ¿Ocupación temporal es lo mismo que expropiación? Ese es el dilema, que desde el viernes 19 de mayo predomina en la conversación pública. La ocupación por cinco años de 120 km para dar continuidad a la construcción del ferrocarril transoceánico, una obra clave para el desarrollo del país, desató una beligerante reacción de la oposición.
Era conocido que en tiempos electorales, la beligerancia en la oposición aumentaba. Eso cambió. El sello de la oposición en este sexenio ha sido la descalificación sistemática y permanente de las iniciativas del gobierno; así como, la interposición de recursos legales y jurídicos para impedir que los proyectos del gobierno se ejecuten.
La expropiación es un recurso utilizado en nuestro país y en casi cualquier democracia del mundo. No se trata de una acción autoritaria, sino de una acto de autoridad del Estado por causa de utilidad pública. Expropiaciones en México han sido muchas. Para no hacer el cuento, largo recordemos algunas de éstas durante gobiernos panistas y priistas.
Vicente Fox Quezada expropió 27 de 60 ingenios azucareros, porque consideró que registraban altos niveles de endeudamiento, además de que no pagaban a los productores de caña y eran económicamente inviables, dicha acción afectó a cuatro consorcios industriales.
Felipe Calderón expropió quince hectáreas pertenecientes al ejido “HALACHÓ”, en Yucatán, a favor de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, quien los destinó a la construcción del libramiento Becal-Maxcanú de la carretera Campeche-Mérida.
Enrique Peña Nieto expropió un inmueble de 8 mil 599 metros cuadrados, en Veracruz, para la construcción del Libramiento Ferroviario a Santa Fe, como parte de las obras e instalaciones para la ampliación del Puerto de Veracruz.
Estos ejemplos ilustran que la expropiación ha sido una figura recurrente en los diversos gobiernos de México sin importar su origen partidario. Pero lo que el gobierno ejecutó en el caso de Ferrosur, no fue una expropiación, sino una ocupación temporal que el propio presidente de la República comunicó de manera directa al dueño de este empresa, Germán Larrea.
¿Quién es Germán Larrea? Es el mexicano con la segunda fortuna más importante del país. Un empresario de 63 años de edad que le gusta pasar desapercibido, alejado de los reflectores. Es presidente de Grupo México, la empresa minera más grande del país y tercera productora de cobre a nivel mundial. Pertenece al selecto grupo de empresarios, que se han beneficiado de los diversos gobiernos debido a las relaciones de poder que tejen con la clase política.
¿De verdad la oposición desplegará un movimiento nacional para defender los intereses del segundo hombre más rico de México? Germán Larrea nunca pierde, tal vez ocuparon por cinco años sus instalaciones, pero en dado caso que se expropien le serán pagadas a precio de mercado; más aún, está a punto de realizar un gran negocio con la compra de Banamex. Ningún empresario va en contra de sus intereses y a Germán Larrea le ha ido muy bien en el gobierno de la 4T. Eso pienso yo, ¿usted qué opina? La política es de bronce.
Twitter: @onelortiz