Jorge Fernández Menéndez, columnista de Excélsior, debe haber estudiado la vida y la obra de Sakichi Toyoda, fundador de la fábrica de automóviles Toyota.
Periodista informado e inteligente, Jorge conocerá la historia de Toyota, que nació como Toyoda. Ya nos dirá el columnista si es cierto lo que leí en internet acerca del cambio de nombre de Toyoda a Toyota:
- El primer motivo para tal cambio “venía justificado por la necesidad de simplificar la pronunciación con vistas al mercado internacional”.
- “Segundo, el cambio de letras facilitaba la escritura del nombre en la complicada caligrafía japonesa”.
- “Por último y tercero, está la teoría de que el motivo del cambio se debe a la asociación de la palabra Toyota con el número de trazos que la componen, un total de ocho, el número de la buena suerte en Japón, ya que representa el crecimiento, el éxito”.
Las cinco preguntas (y una más) que Fernández Menéndez debería hacerse antes de defender a Felipe Calderón
Más allá de la anécdota del cambio de nombre, el columnista de Excélsior debe entender los méritos analiticos de un método desarrollado por Sakichi Toyoda para llegar al diagnóstico correcto o a la causa raíz de un problema. Tal método es el de los cinco porqués —que pueden ser cuatro o seis, el chiste es hacer las preguntas adecuadas que faciliten encontrar la explicación definitiva—.
En su columna de hoy, en Excélsior, Jorge Fernández Menéndez ha defendido la guerra contra el narco de Felipe Calderón. Desde el título, queda claro que, para Jorge, el esposo de Margarita Zavala ganó la guerra: “CJNG y Cárteles Unidos: no fue Calderón… Felipe Calderón prácticamente destruyó a la Familia Michoacana”.
Como no estoy de acuerdo con el columnista lo invito a hacerse las cinco preguntas (más una) de Sakichi Toyoda para llegar a la causa raíz de la violencia en México. Son estas:
Primer porqué
Pregunta: ¿Por qué si Calderón ganó la guerra entre 2006 y 2012, la seguimos perdiendo todos los mexicanos y todas las mexicanas, como lo demuestran hechos de violencia terribles como el de San José de Gracia, Michoacán?
Respuesta: Porque en realidad la guerra de Calderón no acabó con las mafias del narco, como el Cártel Jalisco Nueva Generación y muchas otras, sino que las reorganizó y las obligó a armarse mucho más que en el pasado. En efecto, los grupos de la delincuencia organizada, desde la guerra de Calderón tienen un inmenso poder de fuego y lo utilizan donde quieren, cuando quieren y contra quien quieren; estos grupos están inclusive mejor armados que las fuerzas de seguridad y militares del Estado.
Segundo porqué
Pregunta: ¿Por qué han acumulado tanto armamento y reclutado tantos sicarios los grupos de la delincuencia organizada?
Respuesta: Precisamente porque el gobierno, sin éxito, abiertamente les declaró la guerra en 2006. Para defenderse de futuras acciones del Estado en contra de los cárteles, estos decidieron gastar buena parte de sus recursos en armarse, lo que han hecho inclusive con más sofisticación que el ejército y la marina de México.
Tercer porqué
Pregunta: ¿Por qué el gobierno, a pesar de sus recursos y su poder, no pudo ganar la guerra contra el narco de 2006?
Respuesta: Porque el entonces titular del poder ejecutivo, Felipe Calderón, no tuvo cuidado de asegurarse de que las operaciones para combatir a las mafias iniciaran después de un trabajo perfectamente realizado de diseño de estrategia; es decir, aquel gobierno lanzó a los soldados y a los marinos a simple y sencillamente pelear contra un enemigo con enormes recursos y aliados en los sistemas financiero y político.
Cuarto porqué
Pregunta: ¿Por qué en 2006 no se elaboraron planes estratégicos para combatir a los grupos del narco antes de enviar a las fuerzas armadas a la guerra?
Respuesta: Porque, evidentemente, no lo consideró necesario Genaro García Luna, el jefe de las operaciones contra la delincuencia organizada del gobierno de Felipe Calderón.
Quinto porqué
Pregunta: ¿Por qué García Luna no hizo correctamente su trabajo de combatir con inteligencia a las mafias del narco?
Respuesta: Hoy lo sabemos, la respuesta está en una prisión de Estados Unidos, donde se ha encarcelado a García Luna acusado de haber trabajado para el cártel de Sinaloa. Es decir, él no iba realmente a combatir a sus verdaderos jefes, los capos del tráfico ilegal de drogas.
El sexto porqué del señor Toyoda para Fernández Menéndez y Calderón
Hay una sexta pregunta, que deberá responderse cuando termine el juicio contra García Luna en Estados Unidos: ¿este hombre, en el sexenio 2006-2012, tuvo capacidad para entregar la Secretaría de Seguridad de México al narco por pura incompetencia e indolencia de su jefe o, de plano, por complicidad de Calderón con la delincuencia organizada?
En algún momento, desde Estados Unidos, llegará la respuesta y sabremos el destino de Felipe Calderón, quien enfrente dos posibles caminos: seguir como rockstar de Twitter o ser juzgado fuera de México por tantos crímenes que han enlutado a nuestro país.