Por El Relámpago
Emilio de Jesús Ramírez Guerrero, secretario General del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria Automotriz Similares y Conexos de los Estados Unidos Mexicanos, pactó para que los lujosos BMW ensamblados en San Luis Potosí nunca sean adquiridos por alguno de los mexicanos, quienes los dejan listos para ser conducidos por los millonarios en Estados Unidos y Europa.
Si algún empleado de la armadora alemana en San Luis Potosí quisiera comprarse el lujoso BMW Serie 3 Sedán 2022 tendría que trabajar durante una década y no gastar un solo peso. Prácticamente tendría que ahorrar para conducir ese lujoso vehículo que pinta, arregla y lo pone listo para que sea comprado.
Un empleado de primer nivel de BMW gana 205 pesos diarios, es decir 6 mil 105 pesos al meses, 73 mil pesos anuales y 738 mil pesos en una década. El lujoso BMW Serie 3 Sedán 2022 tiene un precio de lista de 800 mil pesos, ya incluye el impuesto sobre automóvil nuevo (ISAN), impuesto al valor agregado (IVA) y costos de transportación.
El nivel máximo de ingresos de los operarios de la planta de BMW en San Luis Potosí es de 225 pesos diarios, 6 mil 750 pesos, 81 mil pesos anuales y 810 mil pesos por una década de trabajo, según el Contrato Colectivo de Trabajo por Tiempo Indefinido en poder de agendapropia.mx.
El acuerdo laboral por BMW SLP con Emilio de Jesús Ramírez Guerrero, líder del sindicato afiliado a la CTM y cacique sindical San Luis Potosí, fue suscrito mucho antes de que saliera el primer BMW de la planta encendida con energía renovable en San Luis Potosí. Ahí también ahora van a ensamblar vehículos eléctricos BMW para el mercado de Estados Unidos y Canadá.
Hasta ahora el único recuerdo para los empleados sindicalizados de la BMW SLP es que por su manos pasan los chasis, las llantas y los frenos de los automóviles alemanes.
“La CTM firmó (hace años) un acuerdo de protección de sus trabajadores con BMW, el cual garantiza una vez abierta la planta un sueldo de 1.10 dólares por hora”, reveló Jerry Dias, presidente de Unifor, a principios de 2018 cuando México, Canadá y Estados Unidos renegociaban el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Pero esos trabajadores mexicanos con ese sueldo obtenido por laborar en la planta de carros nunca podrán adquirir uno de esos lujosos vehículos. “En este momento, un trabajador mexicano puede comprar 4 llantas y 4 tapones del vehículo con su salario de cinco meses”, señaló el líder sindical canadiense, quien pedía modificar el capítulo laboral del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Algo que lograron y vieron reflejados en el acuerdo comercial Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
En Canadá, los trabajadores de una planta de ensamblaje pueden adquirir ese automóvil después de 5 meses de trabajo, dijo el canadiense, quien luchó por incrementar los salarios de la industria automotriz mexicana y de otros sectores económicos favorecidos por el TLCAN.
Jerry Días al igual que 185 integrantes de la Cámara de Representantes de Estados Unidos exigieron a Robert Lighthizer, representante comercial de Estados Unidos, un incremento a los salarios en México, así como revisar la existencia de sindicatos blancos que benefician a los intereses de la empresas.
“Se necesita un nuevo capítulo laboral en el TLCAN, pero el gobierno mexicano no lo está empujando y mantiene la posición de explotar a sus propios ciudadanos”, dice.
Los sindicatos, organismos empresariales y el gobierno de Canadá y Estados Unidos piden que se eleven los estándares de vida de los trabajadores mexicanos, pero el presidente Enrique Peña Nieto quiere “continuar explotando a los trabajadores mexicanos”, advirtió Días.
Uno de esos casos donde identificado por el líder sindical canadiense no se defendió a los trabajadores se dio en la inversión de BMW en San Luis Potosí. Ahí firmaron un contrato de protección, es decir un convenio colectivo falso para favorecer a las empresas.
El Tratado México, Estados Unidos y Canadá establece que cada trabajador de la industria automotriz va cobrar cuando menos 16 dólares la hora de trabajo en la línea de ensamble de los lujosos vehículos.
El presidente Enrique Peña Nieto anunció el 3 de julio de 2014 una inversión de mil millones de dólares de BMW para instalar la primera planta de manufactura avanzada, la cual producirá 150 mil vehículos anuales para el mercado nacional y exportación.
Esta cifra equivale prácticamente al 10 por ciento de las ventas mundiales de autos de BMW, que en 2013 alcanzaron un millón 650 mil vehículos.
La empresa alemana generará mil 500 nuevos empleos directos, multiplicará por 7, el número de empleos directos que hoy ofrece en México.
Todo era una maravilla. Pero el acuerdo entre la Federación de Trabajadores del Estado de San Luis Potosí, una filial de la CMT, con la armadora alemana BMW es un “modelo para un contrato de protección patronal”, aseguró Thomas Fritz, investigador del Centro de Investigación y Documentación Chile-América Latina – FDCL.
“Cuando los empleados en algún momento comiencen a laborar, existirá ya hay un pseudo contrato colectivo, sobre cuya aceptación no pudieron votar”, manifestó el investigador.
El contrato estableció malas condiciones, porque los empleados sólo podrán 48 horas a la semana y tendrá una miserable paga, asegura Fritz.
“El contrato modelo (firmado entre BMW y la CTM) sólo ofrecen los salarios mínimos garantizados por la ley y proporcionan al empleador la autoridad discrecional para decidir sobre todos los aspectos de las condiciones de trabajo”, advirtió la Confederación Sindical Internacional (CSI).
Otro caso similar sucedió en una planta de Ford en San Luis Potosí, en donde se firmó un contrato entre la empresa estadounidense y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria Automotriz, Sección 15 (afiliada a la CTM), sin tener la primera piedra y sin trabajadores.
“El contrato Ford-CTM impedirá que los trabajadores escojan a su representante de negociación de manera democrático”, cuenta CSI.
En Nuevo León, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria Automotriz, Similares y Conexos de la República Mexicana, de la CTM, encabezado por el Senador del PRI Francisco Joaquín del Olmo Velázquez, suscribió contratos con KIA y HYUNDAI sin haberse construido las plantas.
“Gran parte de este auge en el empleo automotriz en México se debe a los menores costos de producción asociados a los bajos salarios en el país en comparación con los de Estados Unidos y Canadá”, según Mauricio Rodríguez Abreu, investigador Asociado del Colegio de México (Colmex).
A partir de la firma del TLCAN, el empleo en la industria automotriz mexicana incrementó más de 7 veces su tamaño al pasar de 112 mil a 767 mil empleos, cuenta el académico.
El empleo en esta industria en los Estados Unidos y Canadá presentó tendencias a la baja, de un millón a 940 mil y de 128 mil a 126 mil empleos, respectivamente, explica el investigador en el estudio El Futuro del Trabajo Automotriz en México.
En 2016, un trabajador mexicano en la industria terminal percibió un sueldo de 3.14 dólares por hora, mientras que un trabajador en los Estados Unidos ganaba más de 28.60 dólares y uno en Canadá, 26.34 dólares, el doctor en demografía aplicada por la Universidad de Texas, dice.
“La brecha salarial entre los países no sólo se ha mantenido, sino que se ha incrementado”, manifiesta Rodríguez Abreu.
Los sindicatos mexicanos son antidemocráticos y están alineados con las empresas o las élites políticas locales que con los trabajadores, advierte la Federación Estadounidense del Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales, comúnmente llamada AFL-CIO.
En México, los sindicatos blancos dominados por las compañías a menudo firman contratos sin ninguna participación o contribución de los trabajadores con el único propósito de interferir con formar una agrupación que los defienda, alerta la organización estadounidense.
“El efecto acumulativo de estos sindicatos falsos es reducir los salarios y las condiciones de trabajo en México”, concluyó ALF-CIO.
Colaboración especial para SDPnoticias de agendapropia.mx, portal especializado en asuntos sindicales