Ni siquiera han iniciado formalmente las campañas a la presidencia de la República o definido si será entre dos opciones o tres, hasta que Marcelo Ebrard se decida, pero vemos que en México la política se desarrolla de manera muy rupestre, llena de enfrentamientos, rupturas y polarización, tal como conviene a los líderes populistas que reducen todo a estás conmigo o contra mi, es blanco o es negro, el mejor o el peor…

AMLO

El desarrollo democrático de una nación se basa en la elaboración de políticas públicas aceptables y realizables, con visión de Estado y proyecto a futuro, que quien quede al frente de su ejecución, se apegue a un esquema de estricto Estado de Derecho, de negociación y de pluralidad, no a través de ocurrencias o visiones mesiánicas de una persona ni pasando por encima a todo lo que se oponga.

AMLO ha llevado la polarización al extremo y no solo con sus “adversarios”, sino con los de casa, Ahí está la disputa por las candidaturas de Morena y sus aliados en las nueve entidades que tendrán elecciones el año próximo, o con el dedazo para imponer a la exjefa de Gobierno a costa de todo principio y capacidad.

Marcelo

Ebrard conocedor de que su jefe tiene todas las características de un líder populista, sabía el juego que enfrentaba, protestó por las reglas y las formas impuestas y presentó pruebas suficientes ante los órganos de justicia del partido sin obtener respuesta.

Entre las corcholatas que disputaron el cargo o se prestaron al juego solo Marcelo mantuvo cierta independencia y generó propuestas de gobierno y de acción política.

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Los otros cinco fueron réplicas del discurso vacío y pendenciero que les dictaba su jefe.

Sin embargo, en estos momentos Ebrard se encuentra quizá en una de las más difíciles encrucijadas de su vida política. Se advierte que prácticamente está fuera de Morena, tuvo el valor de denunciar que el procedimiento de encuestas fue una rotunda farsa por lo que ya conocemos, que las encuestas están pagadas desde Palacio Nacional y atienden solo y exclusivamente al interés de AMLO.

Sus denuncias ante los órganos del partido y ante la opinión pública le han costado estar prácticamente expulsado de Morena, incluyendo la traición brutal de su líder Mario Delgado.

Movimiento Ciudadano

Marcelo afirma que él estará en la boleta, pero hay pocas opciones. La primera es que acepte la candidatura de Movimiento Ciudadano y se someta a este partido tocado de muerte, ya que su líder Dante Delgado se prestó al juego de AMLO y a servir para ser la tercera opción que le reste votos a la oposición.

Antes se habló de que Marcelo se prestaba al juego de AMLO pero no se concretó y buscaron la opción del gobernador de Nuevo León, aún más débil y desprestigiado que la candidata de Morena.

Así, hasta ahora, se mantiene la idea de que el único candidato a la presidencia de la República que MC puede tener, es Marcelo Ebrard.

Con Morena

La segunda opción es que Ebrard deje de hacer daño se mantenga en Morena y acepte el puesto de coordinador de los senadores morenistas en la próxima legislatura. Sin embargo, por dignidad, por principios políticos y por que sabe que lo van a traicionar, no va a aceptar.

Marcelo ya ha pospuesto en dos ocasiones la definición de su futuro político y aun no se sabe si verdaderamente hay ruptura con AMLO ni las consecuencias políticas para uno y otro escenario.

Dos nuevas opciones para Marcelo.

No se puede negar que es el político más experimentado, con mayor visión y capacidad en Morena, de ahí que, para evitar que se lleve su capital político de 40 años y debilite aún más a la candidata de Morena

Con el FAM

La segunda opción, puede ser incluso la más patriótica e importante, que Marcelo se sume al frente democrático, para impulsar con mucha mayor claridad y fuerza su proyecto político aunque no sea quien lo encabece. Si lo decidiera, fortalecería la democracia, la agenda pública y atacaría frontalmente todo lo que ha denunciado y que en Morena hicieron oídos sordos.

De ahí la relevancia de las decisiones que tome en los próximos días. Seguir de comparsa o mantener una actitud propositiva y políticamente aceptable para el bien de México y los mexicanos.

X: @diaz_manuel