La oposición sabe que, en este momento, la situación o el panorama luce complicado para las elecciones que están en puerta. Se antoja muy difícil que una alianza variopinta se acerque, por lo menos, al paso dominante que Morena ha mostrado en los estudios metodológicos que miden el pulso ciudadano.
Y una oposición que depende de la suma de más estructuras para canalizar respaldo ciudadano, no necesariamente es una garantía de competitividad, máxime porque reúne una serie de factores negativos en su contra.
Es verdad que las elecciones se ganan con votos, y también con la capacidad que demuestres para operar una elección. Sin embargo, la oposición -en las últimas elecciones- no ha demostrado esa aptitud para incidir en el voto popular. Los resultados son los que hablan y, en este momento, es muy notable la decadencia que ha vivido el contrapeso.
A pesar de la gran multitud que convocó la oposición, el pasado fin de semana, sigo insistiendo que, en este preciso momento, sigue siendo insuficiente cómo para formar una plataforma sólida que compita en las próximas elecciones. De hecho, creemos que la única esperanza de la alianza Va por México es esperar un rompimiento en Morena; sólo algo así puede abrir la puerta sí es que hay desencuentros o, en su defecto, imposiciones en los puestos de elección, para que -el contrapeso- logre capitalizar los saldos que arroje alguna situación de esa naturaleza.
En política todo puede acontecer y, en ese sentido, el presidente López Obrador ha tomado sus precauciones. No quiere ninguna sorpresa y ha decidido, a través de la carta que envió Mario Delgado, mostrar voluntad al oficializar la incorporación de la cuarta corcholata. Con ese matiz, Morena comienza a cicatrizar heridas y antes de la que situación se hubiese agravado -en el seno morenista- el mandatario tuvo que ceder al grito de piso parejo que clamaron, durante 18 meses, todos aquellos que notamos claramente la segregación, pero, igualmente, el favoritismo.
El caso es que, una vez divulgada la carta, hay una esperanza de que realmente la situación llegue al plano democrático. Sólo el tiempo nos podrá asegurar sí es un hecho que la voluntad del mandatario se lleva a la práctica. Y seguramente así será porque, repito, el presidente no quiere ninguna sorpresa y su objetivo es, como parece, no sólo ganar el Estado de México este año, sino también la presidencia de la República, y la mayoría absoluta en ambas cámaras.
Aquellos que salieron a las calles a manifestarse, en un gesto auténtico de la democracia, no sólo llevaban la consigna de protestar por el Plan B que aprobó el legislativo federal, sino de convencer a la población civil de la importancia de tener injerencia en la toma de decisiones desde ambas Cámaras. El mensaje tuvo un claro motivo en ese sentido: equilibrar las fuerzas que integran ese poder del estado autónomo. Saben que, con ello, el contrapeso tomaría más valor.
Después de la protesta en el Zócalo brotaron o, más bien, desciframos la esencia de una marcha que, en estos tiempos, tenemos que tolerar y respetar como lo justificamos ayer en nuestra columna de este espacio de opinión. Empero, está más que claro que, ese ejercicio de manifestación, es un mensaje de la oposición, especialmente de organización y planeación. Sería un error político no considerar ese hecho como importante porque esa columna que se gestó puede ser la plataforma de la oposición para responder al gran poder de convocatoria que jala Morena bajo la imagen del presidente López Obrador.
Y ese, hoy en día, es uno de los principales motivos de la oposición para ir armando una estructura pues lo que está en juego es la presidencia de la República, así como la integración de una nueva legislatura federal en 2024 donde, al parecer, todo pinta para que Morena se lleve carro completo previendo que no habrá fracturas internas ni muchos menos desencuentros. Por cierto, el único que puede encauzar ese proceso, como líder moral del partido, es el mismísimo presidente Obrador. Es decir, si él mismo abre el compás a la democratización y al consenso, seguramente Morena llegará vigoroso para arrasar en las elecciones próximas.
De hecho, Andrés Manuel mostró cierto temor y preocupación en diciembre del año pasado. Sabía que, una ruptura interna en Morena, sería la hecatombe luego de la inconformidad que grandes sectores de la militancia y simpatía del partido mostraron porque, en ese sentido, había favoritismo, lo mismo que exclusión. Y corregir fue, en ese momento, la única vía para hacer posible que Morena conquiste todo a futuro. Es decir, carro completo.
Notas finales
Reforma Electoral
Ricardo Monreal pidió respetuosamente a Santiago Creel, presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados que firme para que el Plan B ya pueda ser publicado.
Recordó que el Senado envió todo el paquete del Plan B desde el miércoles de la semana pasada, porque según la Constitución para poder enviarlo al Ejecutivo para su publicación deben firmarlo los dos presidentes de las Cámaras de Diputados y Senadores.
Como Santiago Creel no lo ha firmado está detenido el trámite, por eso no se ha publicado y por lo tanto no ha entrado en vigor.
A pregunta expresa el senador Monreal reconoció que el retraso ocasionado por la falta de firma si retarda el proceso de impugnación que pueda hacer la oposición, porque no se puede continuar con ningún trámite.
También Monreal Ávila afirmó que fue un gesto correcto del presidente López Obrador haber aceptado la instalación de Tesla que va a generar miles de millones de dólares de inversión y empleos en la región.
El senador Monreal afirmó que en estos momentos México debe asumir actitudes de tolerancia, de respeto y de serenidad. Y agregó, que no tiene elementos para poder pedir o exigir la cancelación del registro del PAN.
No conviene este desencuentro permanente, esta confrontación, este encono. Yo no soy partidario de ese tipo de prácticas. Ninguno de los extremos es conveniente.
Sobre el caso de dos plagios de tesis, por parte de la ministra Yasmín Esquivel, el presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, afirmó que ella está ejerciendo su derecho y que serán los tribunales jurisdiccionales los que deben determinar si su acción fue y es procedente.