No son casualidad los múltiples tuits de odio de Gabriel Quadri, diputado del PAN elegido principalmente por las clases medias reaccionarias de la capital del país, contra la comunidad trans.
Carentes totalmente de propuestas que beneficien a la gente, en medio del colapso generalizado de la gobernanza de “occidente” y del modelo capitalista neoliberal que les proporcionaba una especie de soporte ideológico, las derechas nacionales e internacionales recurren al único script que conocen: la demonización de minorías, los pánicos morales y el fascismo.
Quadri, falso “ambientalista” que va a corridas de toros, acosador sexual con múltiples denuncias y falso “progresista”, hasta hace unos meses no emitía ningún tipo de opinión respecto a las personas trans en nuestro país. Simplemente era algo que aparentemente no le importaba.
Sin embargo, curiosamente después de unas multipublicitadas reuniones de políticos del PAN con políticos fascistas del partido neofranquista Vox de España, Quadri comenzó con sus crímenes de odio contra personas trans, con mensajes similares a los que se han podido leer por parte de políticos ibéricos y norteamericanos. Supuestas imposiciones de “ideología de género”, “dictadura trans” y otras estupideces.
Hay que ser muy miserable para atacar a un grupo de personas vulnerables, que representan una fracción muy pequeña de la población y cuya visibilidad resulta un riesgo para sus vidas. Quadri sabe lo que hace: azuzando el odio contra las personas trans, da pie a que se cometan feminicidios y otros crímenes de odio contra estas personas, que viven en muchos casos en situaciones extremadamente vulnerables.
En el caso de los hechos ocurridos ayer, Quadri malgenerizó a la diputada trans Salma Luévano, llamándolo “señor”. Esto constituye un crímen de odio y debe ser causal para que se le comience un juicio político e incluso para que purgue una condena de cárcel. Ya fue suficiente de los crímenes de odio de Quadri y su partido el PAN (un partido de origen nazi) contra personas trans, LGBI, racializadas, pobres y del sur del país. ¡Suficiente!