Tal pareciera que la Secretaría del Medio Ambiente y Agua y Drenaje de Monterrey tienen un pacto con los dioses griegos que manejan el clima y estos los tapan de cualquier mal manejo que puedan tener.
El año pasado, con la gran sequía que hubo en Nuevo León, pudiera parecer que Zeus, dueño y señor de las nubes, la lluvia y los truenos, mandó una gran lluvia torrencial que quito el problema de la sequía y tiene llenas las presas.
Ahora Eolo, dios de los vientos, mando rachas de aire llenas de polvo que dan la excusa perfecta para ocultar el gran problema de contaminación que atañe a la zona metropolitana de Monterrey desde hace tiempo.
Empedocles, filósofo griego y no el dios de las cantinas, postuló que los cuatro elementos eran el fuego, tierra, agua y aire, todos estos han atacado a mis paisanos. Fuego en los incendios que dicen que son provocados; tierra, importada desde Texas; aguas, pero residuales donde hay problemas de drenaje y aire que tumba los cables e instalaciones eléctricas.
En Monterrey, ademas del polvo, hay una gran nata de contaminación sobre la cual no se han tomado acciones contundentes para cuidar a los habitantes de la ciudad. Con toda esta contaminación, que se ha vuelto cotidiana, no hay planes oficiales de contingencia donde se tomen medidas como la suspensión de actividades al aire libre o disminución de circulación de los automóviles, como lo hacen en la Ciudad de México.
Hasta parece que estos vientos sucedieron para cubrir la contaminación justo en la fecha que la presidenta Claudia Sheinbaum visita tierras regias. ¿Cómo evaluar sobre los trabajos realizados para desaparecer la contaminación si literalmente no se puede ver nada?
Algún acuerdo con la naturaleza deben de tener las empresas contaminantes de Monterrey, la refinería y las pedreras. Pero la tormenta pasará y dejará en evidencia el gran problema de contaminación que hay en la entidad y tendrán que empezar a hacer algo.
Veremos si el gobierno estatal puede hacer algo con todo lo permisivo que han sido con los contaminadores este periodo gubernamental. Si no sucede algo en los próximos meses, esperaría que las autoridades federales tomen cartas en el asunto para resolverlo de una vez por todas.
Mientras tanto, no sabemos, con tanto polvo, si las empresas contaminantes de Nuevo León están aprovechando el terregal para abrir sus chimeneas y liberar acumulados. Esperemos que no sea así.
¡Ánimo!