Esta semana nos enteramos de la desagradable noticia de que dos estudiantes franceses que se encontraban de intercambio con la Universidad La Salle en México habían hecho desagradables comentarios contra nuestro país.

El primero, un tal Máxime Perpoil, originario de París, se jactó de llevar un mes con “los indígenas” (que alguien le avise que en la universidad La Salle hay más gente blanca que en el mugrero de Arrondissement Municipaux en donde vive).

Otro, aún más desagradable, se tomó una imagen en una taza de baño, con la bandera de México tapando su cuerpo semidesnudo, implicando que utilizaría el emblema de papel sanitario.

Antes que nada, hay que reconocer a la Universidad La Salle la pronta acción que tomaron en expulsar a estos extranjeros racistas y perniciosos del intercambio y de nuestro país. Esto habla de que los tiempos ya cambiaron en nuestro país y la diferencia en la mentalidad que ha acontecido desde 2018.

Mi pregunta ahora es a que vienen este tipo de personas a México, si esa es su opinión de nuestro país. El racismo es un cáncer que debe ser erradicado de este planeta y la actitud neocolonizadora de estos mequetrefes es una muestra del mismo.

Esperemos que las sanciones que este par de sujetos reciban en su universidad de origen sean severas, por lo menos, deben ser expulsados de las mismas.