IRREVERENTE

Les platico:

Me sorprende como gente a la que antaño creía pensante, cae en la tentación de alabar sin medida a un gobierno que -por más cosas que pudiera hacer bien- está muy lejos de la perfección que le atribuyen en sus comentarios, todos en los chats vueltos viles y raídos chales, por obra y gracia de las mal llamadas benditas redes sociales.

Ninguno de ellos escribe en medio formal alguno.

Son “periodistas” diletantes que usurpan la función del periodismo que corre riesgos; que afronta amenazas de los fanáticos del presidente; que paga impuestos y crea fuentes de empleo.

Las columnas más leídas de hoy

Este coro de loros y de focas aplaudidoras no saben lo que es una declaración al SAT, porque algunos -como el bebé del que vuela avioncitos de papel- se fue de México porque el SAT lo traía de la cola y ahora el IRS de Estados Unidos donde vive, anda en las mismas, tras sus huesos.

No corren ningún riesgo empresarial porque no son empresarios y se creen dignos de opinar de todo cuando de nada saben.

Sus babosadas escritas son elucubraciones de noches “pachecas” donde el humo de los cuartos donde viven es todo menos incienso y huele a todo menos a lavanda.

Y por si esto fuera poco, tales termitas de la libertad de expresión se ostentan ante sus comunidades virtuales como si fueran químicamente puros o inmaculados, que ya es decir.

Dan las noticias -según ellos- copiando salvajemente cuanto post cae ante sus lagañosos ojos.

Lo peor es que los despistados, obnubilados y ap3nd3jados “administradores” de los mentados chats, los dejan hacer y deshacer a mansalva.

Esa es una de las razones de los bestiales niveles de confusión que pulula en esos espacios.

Pero con información fidedigna o sin ella, es sorprendente la entreguez, la estrechez de mente, la p3nd3j3z con que defienden a un presidente que insulta y divide todos los días.

Somos vergüenza mundial, porque no hay manera de defender las expresiones cada vez más insultantes de quien se siente con todo el poder -y quizá lo tenga, por ahora- como para querer venderle chiles a Clemente Jacques.

Le valen madre el tratado comercial de México con Estados Unidos y Canadá.

Le importa un republicano rábano estar inmiscuyéndose en la vida de países democráticos como Perú, donde a 3 meses de haber sido encarcelado Pedro Castillo por su intento fallido de auto golpe de Estado, lo sigue reconociendo como tal y desafía a su presidenta y al congreso de ese país.

Cartón de Garabato para Plácido Garza

Mal ejemplo cunde

Otros inoculados inmaculados defienden con igual frenesí a alcaldes como Miguel Treviño de Hoyos, que quiere ser senador y luego gobernador de NL, a pesar de que no es capaz siquiera de sincronizar dos semáforos.

Como si no tuviera ardiendo el comal de San Pedro Garza García con sus desmadres del Centrito, del Casco, de los parques y plazas públicas.

Anda muy ufano él, prendiendo lumbritas en el anafre de senadores panistas y de alcaldes del área metropolitana de Monterrey, porque quiere que se quite de Cadereyta la Refinería de PEMEX.

Me recuerda mucho este alucinado, a la venerable vecina del Tecnológico de Monterrey, que una vez anduvo levantando firmas para que dicho instituto se cambiara de lugar porque causaba mucho tráfico y alharaca en su apacible vecindario de la Colonia Roma.

Pobrecita la venerable ama de casa.

A todos estos, no los adoctrinan sus pastores.

Más bien, los inoculan.

Miguel Ángel Treviño en sesión sobre la crisis del agua
Miguel Ángel Treviño con senadores del grupo plural

CAJÓN DEL SASTRE DE PANAMÁ.

“Y pobrecito también Miguel, candil de la calle, oscuridad de su casa”, remata la irreverente de mi Gaby.