Cada certamen internacional provoca grandes expectativas siempre, especialmente un mundial de fútbol, lo mismo que los Juegos Olímpicos que, como sabemos, se organizan cada cuatro años. En ese sentido, los medios digitales nos llevan a acercarnos al clima de cada una de las disciplinas que se han consolidado. De hecho, la comitiva de nuestro país —con gran entusiasmo— ha llegado a Francia, y en cada una de esas actividades, en efecto, se abre un abanico de oportunidades para alcanzar la cúspide. A lo que me refiero es que, por mucho, se ha ido avanzando y progresando para dar la pelea en algunos encuentros.

México, por ejemplo, tiene grandes posibilidades de medalla en disciplinas como box, clavados, tiro con arco, caminata y taekwondo. Además de ello, claro está, dará la pelea en atletismo y natación artística. En las demás disciplinas, evidentemente, nuestro país será espectador ante el nivel altísimo de las superpotencias mundiales. Eso significa que, una vez más, el territorio nacional se tendrá que adaptar a ese potencial que muestran territorios como Cuba, Estados Unidos, China, Japón e Inglaterra. Inclusive, en cada encuentro se percibirá el nivel tan elevado que, a la postre, hace imposible competir de tú a tú.

Estamos muy conscientes de esa situación. De hecho, ha resultado más importante medirse con ese tipo de atletas que, a nivel mundial, rompen las marcas establecidas. Eso, además de la experiencia, sirve para ir aprendiendo más y más. Algo similar a lo que pasa en el balompié mundial. Como sabemos, Europa es el escalón más alto al que puede trepar un futbolista que ha fijado sus metas muy por encima. Ahí, en efecto, se practica la mejor competencia y, de paso, es un trampolín para consagrarse en todos los aspectos. Siendo así, es muy bueno que la selección de atletas de México se ubique, al menos así lo vemos, en el ranking de los 15 mejores.

Recordemos que, en México, no todos tienen la oportunidad de asistir a una competencia olímpica como la que se celebrará en Francia. Existe, en efecto, una evaluación interna para llevar a los mejores atletas y, con ello, poder aspirar al podio. En pocas palabras, son espacios que están reservados para lo mejor de cada disciplina. Siendo así, las condiciones deportivas crecen como para pensar en grandes acontecimientos. De hecho, será muy importante el tema de la parte anímica y la motivación que cada entrenador imprima. En lo que respecta a México, como ciudadanos, hemos depositado la esperanza de poder observar el mayor esfuerzo y entrega, eso sí, bajo el compromiso de defender al territorio nacional.

Hoy, en el transcurso del día, viviremos la inauguración de los Juegos Olímpicos de Francia. Este tipo de competencias, de hecho, son un marco perfecto para unificar a los países, especialmente aquellos que, por razones políticas e ideológicas, tienen alguna diferencia. Me refiero al respeto, la tolerancia y la empatía con las culturas que existen a lo largo y ancho del planeta tierra. Si es así, este certamen marcará un precedente para hacer posible que la paz reine en cada punto del mundo. Recordemos que, cada transmisión y participación, ha traspasado fronteras y se ha expandido a los dispositivos de comunicación.

Esto, en conjunto con un mundial de futbol, pone el principal acento en un mundo globalizado como el que vivimos. Su difusión, de hecho, rompe cualquier paradigma social que, por supuesto, va acompañado de un fin común: reunir a los mejores atletas del mundo para conquistar nuevas metas. Ese fin, junto a muchos otros, son la esencia de los juegos olímpicos que, en definitiva, no debemos perder de vista, especialmente por la participación de la delegación mexicana que, una vez más, se enfrentará al nivel más alto de cada deporte.