“Lo difícil de tener una enfermedad mental es que la gente quiere que te comportes como si no la tuvieras”.
CLARA SEGURA
“Cada loco con su tema”.
DICHO
Obviamente lo que se reclama no es encerarlos como el hecho de darles a los pacientes con padecimientos y enfermedades de corte psiquiátrico la atención que requieren.
Y es que a la burla de la convocatoria dirigida a médicos especialistas para acceder a alguno de los cerca de 14 mil puestos vacantes que anuncia el gobierno federal se agrega una chanza más. ¡Qué digo chanza!, algo escandaloso más bien. El titular de la Secretaría de Salud federal, el doctor Jorge Alcocer, aprovechando que el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, estaba ausente en el acto, se aventó una gateleada (entiéndase: un error descomunal). El galeno justificó la desaparición de los hospitales psiquiátricos porque “la salud mental se atiende de manera integral desde la familia”.
Y, bueno, es cierto que las autoridades mundiales del sector salud recomiendan ir cerrando paulatinamente dichos centros hospitalarios, pero siempre teniendo con anterioridad plenamente establecidos servicios especializados en rehabilitación psiquiátrica (así como presupuestos muy robustos para financiar estos), lo que en México ciertamente no hay.
Eliminar los hospitales psiquiátricos sin tener una solución para dar tratamiento y cabida a los pacientes —salvo recurrir a las familias de los pacientes, esto es— constituye un acto de irresponsabilidad absoluto. No es decisión seria ni ningún objetivo de austeridad administrativa lo justifica.
Esta acción pondrá en riesgo a los enfermos mentales, a sus familias, a la población mexicana en general. Habrá, además, no pocos que ya no tengan un lugar a donde acudir, residir, vivir.
¿Qué pasará con los enfermos mentales que requieran medicinas? ¿Se les informará a ellos o a sus familiares que hay desabasto —uno supuestamente producto de la pandemia del Covid y del uso indiscriminado de estos—? ¿Cómo espera el gobierno federal que se atienda esa situación poniendo en peligro al enfermo y a sus familiares?
Esa es la Cuarta Transformación; ese es el gobierno “humanista”, el que no se preocupa por las poblaciones vulnerables ni los más necesitados. Tomen nota, se los pido.
Es verdaderamente increíble lo que sucede en México: ¡los locos a las calles! Los dejan a su suerte los desquiciados que tenemos como gobernantes.