“Una de las cabezas mejor amuebladas de México”. ¿Cómo se amuebla una cabeza? Realmente no lo sé. Supongo que además de periodista sea interiorista encefálica la señora Carmen Morán Breña, de El País. Ella elogió en lógica de decoración de interiores la testa de Fernando Serrano Migallón. Supongo que lo hizo para destacar que el personaje es muy inteligente.

Nunca he hablado con don Fernando… o quizá sí. Tengo guardado en mi coco —no tan bien amueblado como el suyo— un lejano recuerdo de él o de alguien que se llamaba como él.

Hace años visité a un director del departamento de derechos de autor de la SEP que, me parece, tenía ese nombre: Fernando Serrano Migallón. Lo hice seguramente por algún asunto relacionado con Milenio, diario que me tocó fundar como director general, esto es, como el responsable no solo de su área editorial, sino también de los temas comerciales, administrativos, productivos y de distribución.

En el arranque de Milenio tuvimos fuertes conflictos relacionados con el nombre del periódico y de otros diarios, regionales, del dueño del negocio, Pancho González. Dediqué mucho tiempo a visitar burócratas necios —así vi a aquel Serrano Migallón— y también a dialogar con abogados, jueces, magistrados y hasta ministros de la SCJN.

Pero, lo admito, pude haber estado en tal dependencia de la Secretaría de Educación Pública por otra razón: un litigio... con Milenio. Mi hijo fue el responsable de que se distribuyera en La Jornada un diario español cuya edición impresa ya desapareció, Público. Los abogados de Milenio se molestaron porque esta empresa era dueña de la marca Público en México y nos llegó algún tipo de demanda. Ayudé a Federico Manuel a poner cierto orden en el asunto.

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El hecho es que alguien me envió la foto de la nota de doña Carmen Morán Breña: “Fernando Serrano Migallón: Los dos mejores presidentes de México fueron los que han tenido menos luces intelectuales”.

El País

La persona que mandó tal imagen, simpatizante del frente PRI, PAN, PRD, me dijo: “Es una ventaja de Xóchitl tener menos luces intelectuales que Claudia. La gente la preferirá porque nos ha ido muy mal con los preparados en el extranjero, como Salinas”.

Pienso que recibí eso porque en una columna anterior afirmé que Claudia Sheinbaum es más inteligente que Xóchitl Gálvez. Había escuchado o leído razones absurdas para justificar la decisión de la cúpula empresarial de apoyar a Xóchitl, pero no la de sus limitadas capacidades intelectuales como una ventaja electoral.

Entiendo ahora por qué en el Frente Amplio por México le hicieron trampa a la inteligente Beatriz Paredes: no querían una candidata con la cabeza tan bien amueblada como la de esta priista, sino a una política como Xóchitl, quien por jugar a ser chistosa frecuentemente tiene la cholla tan desordenada como la de su primer jefe en el gobierno, el destornillado Vicente Fox.

Fernando Serrano Migallón se refiere a Benito Juárez y a Lázaro Cárdenas como los dos mejores presidentes con “menos luces intelectuales”. Creo que don Fernando es demasiado burócrata al utilizar tal expresión: piensa que como no hay títulos académicos, entonces no hay luces intelectuales. Descalifica la preparación de Cárdenas porque estudió hasta el cuarto año de primaria. Ignora el señor Serrano que la gente puede en la práctica formarse intelectualmente hablando: no hay necesidad de acudir a la escuela para adquirir conocimientos, inclusive científicos.

No creo que haya habido en México un presidente con menos luces intelectuales que Vicente Fox. Este hombre siempre ha sido muy pendejo y gobernó, precisamente, a lo pendejo. Sus promotores pudieron venderlo al electorado porque las tonterías que el tipo expresaba hacían reír a la gente.

Para no ofender a Xóchitl al compararla con Fox aclararé que ella es más inteligente que Vicente —desde luego, no tan brillante como Claudia—. Su problema, en mi opinión, es que X. aprendió a hacer política imitando el estilo chalado de su exjefe. No dudo que sea imposición de los estrategas pagados por la derecha empresarial convencidos de que el alelamiento genera votos. Allá ellos.

¿Influyen las encuestas?

Ayer, en El Financiero, el especialista Alejandro Moreno publicó un artículo para responder esa pregunta. Dice:

  • Influyen “a los políticos, quienes toman decisiones y elaboran su discurso considerando resultados de encuestas”.
  • Influyen “a los comentaristas políticos, quienes guían buena parte de sus análisis por lo que muestran los sondeos”.
  • Se han analizado dos efectos, bandwagon y underdog.
  • Bandwagon “significa subirse al carro ganador: algunos electores deciden apoyar a quien va adelante en los sondeos”.
  • Underdog “significa apoyar al candidato que va rezagado en los sondeos”.
  • “La legislación de encuestas, en México y en otros países, se basa en el supuesto de que estas sí pueden influir al electorado y por eso se prohíbe su publicación algunos días previos a una elección”.

Al encuestador Moreno se le olvidó un grupo en el que sí influyen las encuestas, probablemente el que más se deja influir por las estadísticas de preferencias electorales: el de los factores reales de poder, sobre todo los hombres y las mujeres de negocios. Estas personas no tienen ideología, o si la tienen la hacen a un lado a la hora de apostar por una opción política ganadora.

Hombres y mujeres de negocios leen encuestas y buscan a quien va ganando para ofrecerle apoyo, desde dinero hasta influir en grupos sociales en los que tienen credibilidad.

Es la razón de que un destacado empresario, el que más ha sido mencionando como patrocinador de Xóchitl Gálvez, Agustín Coppel, aceptó la invitación del Consejo Coordinador Empresarial para no solo dialogar con Claudia Sheinbaum, sino inclusive para apoyarla poniéndose para la foto al lado de la candidata de izquierda. Por la importancia de este hombre de negocios, tuvo peso la fotografía en la opinión pública.

30 puntos, 30

Si la contienda avanza y la ventaja de Claudia sigue siendo de dos dígitos —llega a superar los 30 puntos, según MetricsMx—, la gente del sector empresarial que está con Xóchitl la abandonará al grito que ya lanzó un intelectual xochilista, Jorge El Güero Castañeda: ¡¡¡“No distraerse con pendejadas”!!!, esto es, o la senadora Gálvez crece ahora mismo o, ni hablar, la derecha tendrá que resignarse con el clásico Houston we have a problem.

Porque, influyan o no, los apostadores de la política ven las encuestas y la más creíble le da a Claudia ventaja superior a los 30 puntos. Así que no descartemos el espectáculo de los promotores de Xóchitl acercándose a Claudia. Tal vez su tocayo Claudio X. jr. no lo hará, pero el papá de este tipo, el Claudio X. original hará lo que tenga que hacer para quedar bien con la presidenta Sheinbaum.

Los Claudios X. en su empresa Kimberly-Clark de México venden Kleenex, que son pañuelos desechables. Ya usaron y desecharon a Lilly Téllez y a Beatriz Paredes, desecharán también a Xóchitl si esta llega a noviembre con tan reducidos números en las encuestas.