Sonora Power
Llegamos a los primeros 100 días del gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo el pasado 8 de enero, y la verdad es que la presidenta ha sabido darle forma a un gobierno bastante eficaz, muy claro en sus objetivos, con método y sistema para hacer las cosas y que poco a poco comienza a mostrar sus alcances.
Andrés Manuel López Obrador tomó un gusto casi mordaz en decirle a propios y extraños que quien le sucedería en el cargo, era mejor que él y que sin duda alguna Claudia Sheinbaum Pardo era lo mejor que le pudo pasar a México en esta etapa.
Esta muy claro ahora que todo esto formaba parte de un plan de continuidad de su proyecto y que todo el proceso sucesorio fue planificado con mucho cuidado para que las cosas salieran bien. Incluso el proceso de transición entre Andrés Manuel y Claudia fue algo único, porque el entonces presidente llevó a la presidenta electa a recorrer el país, conocer las obras y proyectos de su gobierno y a involucrarse tanto con liderazgos políticos como sociales, de cada zona y a interactuar con autoridades en funciones.
Andrés Manuel López Obrador le heredó a Sheinbaum Pardo mucho más que el poder político, le dejó su autoridad moral y su entendimiento de las causas que llevaron a su movimiento a triunfar en el 2018 y a tomar tal fuerza en el 2024, que se convirtió en una fuerza abrasadora de la naturaleza, parecida desde mi punto de vista a una avalancha a la que no hay poder humano que se le oponga.
Desde su llegada al cargo, Claudia Sheinbaum se ha dedicado a recorrer el país de nueva cuenta y trabajar en su propia versión de la 4T. Ella tiene su estilo personal de ejercer el poder y no tiene empacho en reconocer el trabajo bien hecho por su antecesor.
Eso no significa que no haya espacio para mejorar, pues si bien AMLO realizó un trabajo extraordinario en tiempo récord, el país tiene todavía demasiados asuntos pendientes como para cantar victoria.
Lo que está claro es que el diagnóstico correcto de la problemática social y económica del país, además de las claves para entender los fenómenos de la descomposición del tejido social que condujeron a la violencia criminal que afecta a regiones enteras de México, lo tiene Claudia en sus manos.
El plan maestro está en marcha y la visión de conseguir que disminuya la insultante desigualdad que ha marcado a este país, avanza.
La redistribución del ingreso y la promesa de que a todos nos beneficiará la política de ensanchar el mercado interno, es una realidad cada vez más tangible.
Claudia no es Andrés Manuel, su esencia es distinta, comenzando por su formación académica y por su origen en las clases medias ilustradas de la gran ciudad.
También su origen en las luchas sociales, como integrante del movimiento estudiantil del CEU en 1986, da claridad de quién es y qué le motiva.
Además con la presidenta, como ella lo ha expresado, llegan todas las mujeres, llegan quienes han luchado toda su vida por la igualdad.
Su congruencia es algo muy interesante de ver y palpar, así como su empeño por acercar la educación gratuita a todos y todas, la iniciativa ya hecha reforma constitucional de garantizar igualdad para las mujeres, el haber designado este 2025 como el año de la mujer indígena, o que uno de sus primeros actos de gobierno haya sido honrar la memoria de las víctimas de la represión del 2 de octubre de 1968.
La dignidad con que ha enfrentado los retos planteados por la fantochería de Donald Trump, su compromiso con los pueblos indígenas, su determinación a la hora de mantener y emprender los proyectos de reforma la Constitución, tanto propios como los heredados de su antecesor, todo hace que Claudia Sheinbaum se perfile para convertirse en una gran gobernante.
De hecho las encuestas no dejan mentir, la aceptación hacia la primera mujer presidenta de México que ronda el 80% es algo increíble y esto deriva también la disminución de la oposición y su narrativa a la mínima expresión.
Pero sus resultados también son muy importantes, uno de los primeros se dio a conocer ayer jueves, la estrategia coordinada entre las fuerzas armadas, la Guardia Nacional, la Fiscalía General de la República, las secretarías de gobernación y de seguridad, junto a los estados y municipios, el efecto ha permitido disminuir la criminalidad de manera generalizada, con un énfasis muy relevante en la incidencia de homicidios dolosos.
Claudia Sheinbaum tiene un plan, y muy pronto conoceremos sus alcances y dimensiones para transformar a México en una auténtica potencia.
Correspondencia a demiandu1@me.com | X: @Demiandu