Estimados lectores, hice un recuento de las cifras alegres de pasajeros, y con toda la intención no contabilicé a la nueva Mexicana de Aviación, y es que existe una poderosa razón, no podemos englobarla ni como aerolínea tradicional y mucho menos como una de bajo costo.

La Aerolínea del Estado Mexicano, que lleva por nombre comercial Mexicana, no es la antigua Compañía Mexicana de Aviación que nació en julio de 1921 y que al día de hoy, con una concesión vigente, es la cuarta línea aérea más antigua del mundo.

Lo traigo a colación porque se sigue confundiendo a la aerolínea que hoy presta sus servicios, y que está a cargo de los militares, con aquella que desgraciadamente fue bajada de vuelo en agosto de 2010, durante el gobierno de Felipe Calderón; pero son dos empresas totalmente distintas.

Y efectivamente, la línea aérea del gobierno opera bajo el nombre comercial de Mexicana porque los trabajadores de la antigua Mexicana de Aviación vendimos la marca al gobierno mexicano. Dicho propiamente, vendimos los trabajadores de Nuevo Grupo Aeronáutico, el verdadero nombre del grupo que tiene bajo su poder a las aerolíneas Mexicana, Click, y Link, entre otras empresas.

Lo anterior es importante para que no se confundan, Compañía Mexicana de Aviación no regresó al aire, esa sigue bajada de vuelo, con su concesión vigente hasta el 2030. Ahora sí dicho lo anterior vayamos al tema.

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La nueva aerolínea del gobierno federal tiene grandes retos por delante, sobre todo ahora que estamos a un par de meses de distancia para que la doctora Claudia Sheinbaum Pardo tome posesión del cargo de presidenta de la nación.

A ella le tocará analizar, junto con el Ejército Mexicano, qué es lo que más le conviene al país en materia de aviación, y un punto medular es saber a ciencia cierta cuál va a ser el modelo de negocio de la aerolínea del Estado.

Voy a ser muy clara y sincera, “sin cortapisas” se dice, el actual presidente Andrés Manuel López Obrador, lejos de ayudar a comprender la importancia que tiene la industria aeronáutica en este país, y el rescate de la “marca” Mexicana, ha creado confusión, y resulta obvio que para no contrariarlo se han cometido graves errores, y vamos a ello.

El primer gran error fue no buscar a gente de la antigua Mexicana de Aviación y ponerla a cargo de la nueva aerolínea del Estado. Optaron por buscar a terceros como prestadores de servicios, tal y como sucedió en el desastroso caso de Petrus Aero, con quienes la SEDENA mantienen actualmente un litigio por unas rentas de aviones que nunca llegaron, porque esta arrendadora no cumplió.

Me queda claro que los militares recurrieron a ellos al desconocer cómo funciona la industria aérea civil, que es complicada hasta decir ¡basta!, y se necesitan algunos añitos para conocerla a fondo. Lo deseable, y que les hubiera ahorrado dolores de cabeza, era crear una administración a cargo de la gente de Compañía Mexicana de Aviación, que son muy capaces.

Otro error, derivó de esta idea polémica que tiene López Obrador de “ahorrar” lo más posible. Hay que entender que en el sector aeronáutico no se puede ahorrar ni un centavo; estamos hablando de una industria que requiere de una estructura económica sólida, porque ya lo vimos con el caso de la fabricante de aviones norteamericana Boeing: ahorrar sale muy caro.

Estamos hablando de seguridad aérea y ahí no se puede escatimar ni un solo centavo. Cuando fue la degradación a categoría 2, AMLO no le dio la importancia necesaria, y nos tomó poco más de dos años recuperar la categoría 1, con las consabidas pérdidas económicas a la industria.

Me encantaría decir que esas pérdidas solamente afectaron a los grandes empresarios pero no fue así, los que terminaron pagando los platos rotos fue la clase obrera; muchos de ellos se vieron en el escenario de la pérdida del empleo y hablo de trabajadores que no ganan más que el salario mínimo, no de sueldazos de miedo.

Trabajadores que a veces llegan a doblar jornadas por un mísero salario pero que la operación sale gracias a ellos. Uno de los sectores a los que la 4T no le ha hecho justicia es precisamente al aeronáutico, malamente se tiene la creencia que los que prestan sus servicios en esta hermosa industria son unos “privilegiados”, y no es así; año con año los salarios de los trabajadores del medio se han ido pauperizando.

Es por esta razón que el gobierno de Claudia Sheinbaum debe poner especial interés en una industria que ingresa al Producto Interno Bruto cerca del 3.7%. Sheinbaum tiene que hacer una serie de reformas y reajustes a la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC), para acabar con el marasmo de corrupción que sigue imperando en dicha dependencia.

Y lo más importante, el gobierno de Claudia Sheinbaum debe definir cuál será el modelo de la nueva línea aérea del Estado. Porque los militares, al desconocer los “intríngulis” de la aviación, han estado tropezando de manera constante. No solo con el tema de Petrus Aero, sino que el plan de crecimiento que tienen con dos HUB´s más es interesante, pero antes deberían de enfocarse a la aviación regional.

Este es un mercado que quedó completamente disponible tras la salida de Transportes Aeromar. Además, el espíritu de la aerolínea del Estado debe ser el de tener al país con la mayor conectividad interna.

Es un grave error querer competir con las líneas aéreas de bajo costo, porque ese no es su mercado, ni cuenta con los equipos necesarios para ello. Al contrario, debe enfocarse en equipos pequeños para impulsar el modelo de negocio de aviación regional.

No sé por qué “mal miran” a la aviación regional, y la “pelusean” como si no fuese una parte vital para el desarrollo aéreo de nuestro país. Ese afán de cubrir las rutas que hoy por hoy ya operan Aeroméxico, VivaAerobus o Volaris es un total desatino. No “urge” volar al extranjero, lo que sí urge es solidificar a la nueva línea aérea en su nicho de mercado.

Es momento de hablar de cifras, ¿cuántos pasajeros ha transportado la nueva línea aérea? 119 mil 534 pasajeros entre enero y junio de este año, con cinco aviones dentro de su flota: tres Boeing 737-800NG y dos aviones Embraer 145.

Por cierto, si no se le puede comparar ni con las dos líneas aéreas de bajo costo del país, mucho menos con la aerolínea tradicional y bandera de este país.

¿Cuántas líneas aéreas hay en el país? por orden alfabético:

  1. Aéreo Calafia
  2. Aeroméxico (Aerovías de México)
  3. Aeroméxico Connect (Aerolitoral)
  4. Aerus
  5. Magnicharters (Grupo Aéreo Monterrey)
  6. Mexicana (Aerolínea del Estado Mexicano)
  7. Transportes Aéreos Regionales (TAR)
  8. VivaAerobus (Aeroenlaces)
  9. Volaris (Concesionaria Vuela Cía. de Aviación)

De este grupo de aerolíneas nacionales, sólo TAR, Aerus y Aéreo Calafia son aerolíneas regionales; Magnicharters, como su nombre lo indica es una aerolínea “chartera”, de vuelos no regulares; y pues Mexicana está en un limbo indefinido por la propia SEDENA, que no ha atinado a definirla en algún modelo de negocio, ya sea tradicional, bajo costo, regional, chartero o híbrido.

En realidad con quien podemos comparar a la nueva aerolínea del Estado es con TAR, Aerus y Aéreo Calafia. ¿Saben cuántos pasajeros han transportado entre enero y junio?

  • TAR: 71 mil 292 pasajeros
  • Aerus: 14 mil 660 pasajeros
  • Aéreo Calafia: 5 mil 372 pasajeros

Como podemos observar, a la nueva Mexicana le está yendo bien, pero sí deben poner en la mesa cuál va a ser el modelo de negocios que van a seguir, y en esto Claudia Sheinbaum tiene que tomar las riendas, por la importancia que significa la conectividad dentro del país, y abarcar esos lugares a donde nadie llega. Un gran reto sin duda para el nuevo gobierno de la primera mujer presidenta del país.