Hay corazones sin dueño,
que no tuvieron nunca la oportunidad
de regir como un péndulo casi atroz
el laborioso espasmo de la carne.
Hay corazones de repuesto,
que esperan sabiamente
o por quién sabe qué mandato
el momento de asumir su locura.
Hay corazones sobrantes,
que se descuelgan como puños de contrabando
desde la permanente anomalía
de ser un corazón.
Y hay también un corazón perdido,
una campana de silencio,
que nadie sin embargo ha encontrado
entre todas las cosas perdidas de la tierra.
Pero todo corazón es un testigo
y una segura prueba
de que la vida es una escala inadecuada
para trazar el mapa de la vida.
Roberto Juarroz
Este fin de semana nos enteramos de que Ricardo Salinas Pliego la volvió a hacer. Muy fiel a su estilo peleón que llega a ser de mal gusto, y a la vez arrogante —tales características no están, necesariamente, enfrentadas—, anunció que con motivo de su cumpleaños regalará un millón de pesos “a quien le dé la gana”. Así sin más; es un pequeño lujo pero creo que lo valgo.
Naturalmente, no es que de pronto el magnate se haya vuelto loco, tampoco un hermano de la caridad, sino que el acto es parte de una estrategia de mercadotecnia para promocionar su nueva aplicación, “baz” (quien quiera enterarse de qué se trata, que lo averigüe, yo no me voy a prestar a patrocinar a Grupo Azteca). Y es que a nadie que me lea regularmente le causará sorpresa que yo piense que ni este señor ni su empresa son paradigmas ese buen quehacer empresarial innovador y creativo.
Lee esto: Emilio Lozoya sigue siendo procesado y su tiempo para aportar pruebas termina el 3 de noviembre, señala la FGR
Pero, a lo que voy. No obstante lo anterior, debo admitir que en fechas recientes sí hay algo que he aprendido a agradecerle al señor Azteca: el haber visto un potencial periodístico y comunicativo en dos mujeres.
Será que estas poseen un rasgo de absoluto desparpajo heredado del ex jefe o, quizá, que tienen los pantalones que a muchos otros miembros de la comunidad informativa les falta. O tal vez es que son por naturaleza escandalosas o de plano ingenuas y no saben poner barreras de contención (algo que tristemente debe tener que ver sin duda con el hecho de ser mujeres). O será el sereno, pero lo cierto es que hay muchas similitudes entre Lilly Téllez y Lourdes Mendoza.
Hoy apuesto tres a uno que Lourdes va que chuta para senadora de la República —por la oposición, sí— al igual que en su momento se lanzó su colega de profesión, la ex periodista y comentarista de TV Azteca, Lilly.
Lourdes Mendoza ya ha sido dos veces linchada y dos veces ha demostrado tener la razón. En agosto de 2020, la primera, después de que el testigo gourmet Emilio Lozoya la acusara de haber recibido de Luis Videgaray una bolsa Chanel como soborno para impulsar la aprobación de la reforma al sector energético en tiempos de Enrique Peña Nieto. La segunda apenas hace dos días; toda la estructura cuatrotera en redes tratando de desmentir la veracidad de las fotos que Mendoza dio a conocer sobre el ex director de Pemex cenando en el Hunan (irónicamente, Emilio Lozoya evitó presentarse ante el juez para responder a la demanda interpuesta por Mendoza por daño moral argumentando un arraigo domiciliario que ya constatamos ¡no existe jurídicamente!).
Dos veces injustamente acusada; dos veces “absuelta”. Y ello de pronto se traduce en que tendría detrás el apoyo de todos los que —como yo— estamos hasta la coronilla de la impunidad que campea en este país. El constatar que un criminal confeso como Lozoya, que desfalcó al país, goza a manga ancha de su libertad provisional, dándose la buena vida en un restaurante de lujo cortesía de la incapacidad —o peor, el contubernio— de la 4T.
Lourdes Mendoza será senadora si se lo propone, pues ahora tendrá la oportunidad —supongo que bien ganada— de capitalizar la enorme indignación que ha causado el affaire Lozoya entre un importante segmento de la población mexicana.
Si hay buenos estrategas en alguno de los partidos de oposición —creo que sigue habiendo uno que otro— de seguro ya le habrán echado el ojo a la periodista y estarán diseñando de ya el cómo lanzarla al estrellato pero en esta ocasión en el ámbito político.
Lo que logró Lourdes Mendoza este fin de semana es echar abajo de manera irremediable el discurso del presidente AMLO de un gobierno que se presenta como impoluto y distinto a sus predecesores.
Y antes de concluir esta columna, otra cosa: es mi convencida opinión que Lourdes Mendoza podría apuntarse como candidata de oposición al Senado y que ganaría. Pero lo que no es opinión, sino un hecho, es que el titular de la UIF de Hacienda, Santiago Nieto, también ya vio el revuelo que esta periodista ha ocasionado; lo que abre una oportunidad que a él se le presenta en bandeja de plata.
Por lo mismo, el funcionario ya dejó claro que busca ser el próximo fiscal general de la República.
Así y de ninguna otra forma hay que leer su reciente mensajes en Twitter: “la impunidad siempre es una afrenta”. En otras palabras, “quítate Alejandro Gertz, que es mi turno”.
¿Lo querrá así el presidente AMLO? ¿Lo habrá acordado ya con él? Muy pronto lo sabremos. Bueno, algo ya supimos en la mañanera de este lunes 11 de octubre: López Obrador envió fuertes indirectas muy directas a Gertz de que ya se ponga las pilas pues, hasta el momento, no ha hecho nada bueno.