La conducción política de la administración del Presidente AMLO se ha hecho cada vez más compleja de manejar en términos de hacer compatible las iniciativas políticas internas (la reforma constitucional al sector eléctrico, la ofensiva militar contra el CJNG, la política presupuestaria para la reactivación económica y distributiva, el tema de Emilio Lozoya), las propuestas lanzadas en el Consejo de Seguridad de la ONU que demandan congruencia interna entre las políticas interior y exterior que él se precia de practicar, con sus posicionamientos en la reunión trilateral de líderes de América del Norte, relacionados con los temas aquí mismo esbozados. Esta complejidad apareció en cuanto el activismo exterior se hizo presente y en cuanto su aliado más poderoso le presionó para cambiar su postura en el combate al crimen transnacional y pasar a otra de ofensiva militar, de mayor corresponsabilidad en dicho escabroso terreno vía la activación del “Código Negro” contra el CJNG. La demanda actual de coherencia es mayúscula.
La búsqueda y concreción de la alianza legislativa para lograr la mayoría calificada en el Congreso de la Unión y luego su ratificación en los congresos locales, es compleja porque los líderes del neoliberalismo dentro del PRI, especialmente el Lic. Carlos Salinas y los funcionarios de tres administraciones con dicha doctrina están vivos, y los dirigentes del nacionalismo energético están muertos, junto con los líderes y sectores del corporativismo sindical afines a dichos planteamientos, los intelectuales ausentes, muy debilitados o convertidos al liberalismo de mercados abiertos con retracción del Estado, a pesar del desastre que ello ha causado especialmente en el sector energético. Ellos dicen que el desastre es el que viene si se aprueba la reforma. Hábiles y fulleros, pero también cínicos. La moneda está en el aire.
La política de “fin de la guerra contra el narcotráfico” en su versión policiaco-militar dio un giro completo ante la presión estadounidense para hacer un trabajo político, de inteligencia y militar de pinza para capturar al liderazgo del CJNG y dar un golpe definitivo a su estructura organizativa, operativa y a sus alianzas regionales dentro y fuera de México. “A querer y no” las bajas militares se están extendiendo. El costo se va elevando considerablemente. No estaba planteado así, esperamos que el tema de las bajas militares y/o colaterales sea muy acotado para que no represente problemas serios en la concepción, la estrategia y el impacto interno. Y claro, no represente dolor humano para sus familiares.
Emilio Lozoya sigue siendo una fuente inagotable de información criminal, pero lo escribimos en varios ocasiones: los delitos de cuello blanco propios de las redes criminales para la captura del Estado que parten del vértice del poder (la Presidencia de la República) y que ejecutan “mafias de Estado” son extremadamente complejos de investigar y convertir en evidencias judicializables, no imposible, pero en México, durante décadas la parte de la clase política cleptocrática y en el poder se cuidó muy bien de no dejar pasar ninguna legislación penal que pudiera ser usada para estos propósitos, y luego de un año de expectativas de justicia para todos los cómplices de Lozoya, el caso se ha derrumbado casi por completo y hace mucho más compleja de cumplirse la carga de la prueba como responsabilidad de la Fiscalía. Esto puede ser un “el Watergate de la FGR” que impacte a todo el gobierno del Presidente AMLO. El momento es muy delicado.
Después de arduas batallas en el la Cámara de Diputados fue aprobado en lo general y lo particular el Presupuesto de Egresos de la Federación 2022 durante la madrugada del 14 de noviembre. Un punto muy controversial es el presupuesto para Educación, parte de la política social, considerado por muchos insuficiente, así como la asignación de ingresos para Estados y Municipios (no olvidar que hoy MORENA tiene la mayoría de Estados, y ello no puede ser interpretado como “golpe político a la oposición”) quienes vieron disminuidas las partidas para seguridad e infraestructura social. En una coyuntura económica como la actual de recuperación difícil es casi imposible dejar a todos satisfechos y menos aún en momentos de un proceso inflacionario que viene estando presente desde 2017 y que ha avanzado este año. Nuevamente la gran prioridad son los programas sociales federales, la energía y la defensa. No es novedad. Sostenemos que es indispensable un acuerdo para el crecimiento sostenido con el sector empresarial hoy reacio al mismo.
No hay ningún país ni gobierno al que le alcance con sus propias fuerzas económicas y generando mercado interno mediante capacidad adquisitiva para lograr un crecimiento constante y vencer la pobreza. El mejor ejemplo son las hoy poderosas economías asiáticas y las europeas: unas, desarrollando un esquema muy dinámico de economía (inversión) mixta con compromiso de distribución de la riqueza, es decir, de bienestar social, que ha permitido que un país como China con tasas históricas sostenidas de crecimiento a lo largo de este siglo haya declarado al mundo que erradicó la pobreza extrema, no lo hizo EUA ni Gran Bretaña. El “secreto chino” no es un misterio para la ciencia económica: es el resultado de la expansión sostenida también de sus tasas de ahorro interno y de inversión fija bruta anual, más ciertos controles a los mercados (no excesivos) y desinversión en sectores productivos innecesarios para el Estado cedidos a la iniciativa privada, no sólo estímulos al consumo y mayor presencia del propio Estado en la economía.
El Estado de Bienestar, la máxima construcción de bienestar social que ha conocido la historia socio-económica y política contemporánea, sólo fue posible mediante un acuerdo amplio con los partidos de la izquierda, los grandes sindicatos (incluso los controlados por los comunistas europeos) y las organizaciones empresariales bajo una perspectiva de desarrollo nacional, mercado interno, competitividad y desarrollo del sector exportador durante la posguerra. Si el crecimiento económico no sostiene el esfuerzo del gasto público y la inversión social, el modelo cae estruendosamente.
Claro, debe haber disposición y comprensión de su necesidad por ambas partes para que ello trascienda los relevos sexenales. Tales acuerdos no implican renunciar al poder, sino someter su lucha a un pacto que trascienda la temporalidad de los partidos en sus disputas legítimas. El sector empresarial debe asumir el compromiso social contra la pobreza, la desigualdad profunda y la pobreza extrema sin desplantes tácticos que falsean su verdadera intencionalidad; como un real compromiso nacional. Y el gobierno debe bajar su retórica y su confrontación ideológica para dar paso a una búsqueda auténtica del acuerdo. La política como actividad de conciliación de los intereses divergentes.
No le alcanzará al gobierno consigo mismo, por más “austeridad republicana” (que en el corto y mediano plazo afecta la inversión para el crecimiento), el combate a la corrupción “que devuelva al pueblo lo robado” y aumentos presupuestales al gasto social que se esfuerce en lograr, esfuerzo muy encomiable y digno de apoyo. Pero el problema de la desigualdad y la pobreza en sus variantes, es histórico no sexenal, trasciende los horizontes temporales del gobierno de AMLO. El “voluntarismo” no vence a la “racionalidad económica” aunque puede empezar a recomponer sus términos en el escenario nacional. La “ideología de la pobreza” no es lo mismo que el combate económico a la misma. Una puede ser el sustento de la otra pero no puede sustituirla. Usar también las armas de la economía, no solo de la política.
Y aquí abordamos también la congruencia indispensable con la política exterior: toda política amplia para el bienestar requiere una reforma a la fiscalidad del Estado, tampoco le alcanza el SAT cobrando a quienes no han pagado, lo cual es correcto también: ¿para cuándo la propuesta y el acuerdo fiscal que recaude no el 4% sino el 2% de las ganancias netas de las más grandes fortunas mexicanas y de las (no mil) 500 empresas más poderosas del ranking nacional? El Presidente AMLO no puede caer en lo que hacían presidentes como Luis Echeverría y otros, que efectuaban grandes propuestas en el ámbito mundial sin la correspondencia debida en lo nacional. Se requiere mucha congruencia.
Reforma fiscal indispensable porque es claramente demostrable que la retracción de la inversión pública y la desinversión del Estado, se desenvolvió en paralelo a la concentración monumental de la riqueza en pocas manos en México. Es decir, hemos replanteado la legislación en materia laboral, pero este gobierno no ha replanteado la legislación sobre la fiscalidad ni sobre el capital. Es indispensable.
Uno de los economistas contemporáneos más leídos en Europa, Thomas Piketti, al exponer la exagerada concentración actual de la riqueza en países europeos, dice:
“Esta evolución también se debe en gran medida a privatizaciones ventajosas y posiciones de monopolio especialmente beneficiosas, sobre todo en los sectores de la energía, las telecomunicaciones y las nuevas tecnologías, tanto en Europa como en Estados Unidos, así como en Rusia, México, la India y China”
Thomas Piketti
A partir de esta gran concentración de la riqueza en tal región y países, cualquier “regalo fiscal” (mantener la misma fiscalidad) no sólo es innecesario, está de más para quienes les ha ido tan bien, sino que una reforma fiscal no constituye una amenaza de ningún tamaño a tal tipo de base impositiva. El gobierno debe saberlo. ¿Espera el momento oportuno o no es prioridad del gobierno?.