Una de las banderas del compañero presidente y camarada Andrés en la supuesta lucha contra la corrupción es el llevado y traído caso Lozoya, sin embargo, ha resultado un verdadero monumento a la impunidad, el amiguismo, la complicidad y el cinismo.
La FGR a cargo de Gertz Manero no lo tiene arraigado como se había dicho y había declarado; el exdirector de Pemex va en plena libertad gozando los millones de dólares que obtuvo por los sobornos del caso Odebrecht.
La realidad es que, aunque AMLO día tras día tenga alguien a quien acusar, la 4T no ha logrado ningún resultado en la lucha contra la corrupción ni ha castigado a nadie.
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Un rotundo fracaso
Fue la periodista Lourdes Mendoza quien evidenció y de forma valiente exhibió a Emilio Lozoya comiendo en uno de los restaurantes más lujosos de la CDMX en compañía de Eduardo Molina y Doris Beckmann, hermana de Juan Domingo de Tequila Cuervo, quienes se reunieron para festejar a Lore Guerra Autrey. (Qué asco de ciudadanos)
En este mismo espacio he comentado sobre el nerviosismo que causó en la 4T la detención en España de Emilio Lozoya en febrero de 2020; la reacción del gobierno mexicano fue usar toda la fuerza del Estado para lograr su extradición, fue tan rápido, que sólo se explica por el temor de que Lozoya “cantara” como jilguerito frente a las autoridades españolas.
El caso Odebrecht
Los testimonios de Marcelo Odebrecht, quien se acogió a la figura de testigo protegido en Estados Unidos y desde ahí dio detalles de las operaciones que realizó en prácticamente toda América Latina, destaparon un escándalo internacional que dio lugar al encarcelamiento de varios presidentes y funcionarios gubernamentales.
En Perú fueron arrestados los expresidentes:
- Alejandro Toledo,
- Ollanta Humala,
- Pedro Kucynski y
- Alan García, quien terminó suicidándose ante su inminente detención.
En Brasil, Luiz Ignacio Lula da Silva fue a la cárcel y su sucesora, Dilma Rousseff, fue destituida, ambos, curiosamente, aliados de AMLO.
En otros países como Argentina, Colombia, Ecuador, Panamá o Guatemala, también fueron aprehendidos altos funcionarios.
Hubo una constante: todos los presidentes y funcionarios implicados en el caso Odebrecht son de países que forman parte del Foro de Sao Paolo.
México fue el último país donde estalló el escándalo y cuyo presidente, Enrique Peña Nieto, era el único que no pertenecía al Foro.
Pero, de acuerdo con los testimonios y pruebas que ofreció Marcelo Odebrecht, Lozoya habría recibido millones de dólares, porque desde antes de ser nombrado director de Pemex fungía como su consultor o gestor en México.
Marcelo Odebrecht incluso solicitó a la PGR que hablara con Luis Alberto de Meneses, Luiz Mameri e Hilberto da Silva, funcionarios de Odebrecht quienes dieron sus testimonios juramentados indicando que Emilio Lozoya en 2012 recibió 4.1 millones de dólares en 2012 depositados en paraísos fiscales como pago por los servicios que presuntamente prestó a favor de esa compañía.
Ya como director de la paraestatal, Lozoya recibió como sobornos otros seis millones de dólares que se entregaron a cambio de contratos con Pemex.
Entre las obras que ganó Odebrecht están un contrato en la refinería de Tula, Hidalgo, por medio de una alianza con una compañía local, Construcciones Industriales Tapia. Otra fue la de Etileno XXI en Coatzacoalcos, donde Braskem, filial de Odebrecht en sociedad con IDESA del ex secretario de Comunicaciones y Transportes de AMLO, Javier Jiménez Espriú, ganaron ese contrato.
¿Algo cobró la 4T?
Resulta impactante como la 4T ha tergiversado todo el expediente de Lozoya. AMLO asegura que el exdirector de Pemex recibió los sobornos de Odebrecht para pagar a legisladores que votaron en favor la reforma energética de Peña Nieto, lo que, a la vista de los expedientes judiciales y el asunto que se juzga, nada tiene que ver.
Al final es una mentira más de AMLO y de su gobierno en complicidad con Lozoya. A Odebrecht, como empresa de construcción, le daba igual la reforma energética, lo que le interesaban eran los contratos de construcción.
Al parecer el cuasi ahijado de Carlos Salinas -que igual, miente en contra de la periodista Lourdes Mendoza- acusa a los “adversarios” de AMLO, con tal de lograr su libertad, gozar sus millones de dólares y de paso, pues quedar bien con la 4T.
¿Qué le sabe Lozoya a la 4T que lo tienen entre algodones? Lo salvaron de la cárcel en España, lo trajeron a México a disque divulgar la corrupción y señalar a los corruptos y hasta el momento, nada.
¿Qué tanto sabe? Para que la FGR al mando de Gertz Manero cambiara las denuncias y las acusaciones que ofrecieron Marcelo Odebrecht y su equipo y que en otros países llevaron a la cárcel a presidentes y altos funcionarios.
Parece un intento de utilizar a Lozoya para forzar la aprobación de la reforma eléctrica que no resultó, porque se basa en la mentira y en coaccionar a quienes no piensen como ellos a través de, como dice AMLO, estigmatizar, como lo intentaron hacer con la periodista Lourdes Mendoza.
¿Será Lozoya el alfil de AMLO para atacar, descalificar o amenazar a cualquier opositor a la propuesta energética?
A qué bajo nivel de política hemos caído, con Bartlett, Gertz, Nahle y el propio AMLO, dispuestos a cualquier cosa por imponer su reforma eléctrica, al puro estilo de los tiempos del autoritarismo del PRI, o peor.