Al enterarnos del nombramiento de Luisa Alcalde cómo nueva secretaria de Gobernación, la reacción de los difusores de odio de la derecha en redes sociales no se hizo esperar.

Uno de los comentarios más repugnantes y misóginos fue el del ingeniero fracasado y peor pseudocomediante José ManuelChumelTorres, quién comentó que Luisa, una mujer con estudios de derecho en la UNAM y una maestría en Berkeley, pasó “del microbús a la Segob”, cómo si usar microbús fuera denigrante y cómo si la experiencia de Alcalde no contara, sólo por su participación en el video de Morena hace más de una década.

La realidad es que hace una década, al momento de fundarse Morena, los recursos del ahora partido en el poder eran escasos. Se necesitaba una persona para el spot y Luisa cumplió con el cometido. Donó su tiempo así cómo muchos, desde las épocas en que se usaban los “blogs”, antes de la aparición a nivel masivo de las redes sociales.

Y no es sólo el pseudocómico chihuahuense el que hizo este tipo de comentarios. Existió una serie de personajes a quienes les incomodó que Alcalde sea mujer, que sea joven, que sea “chaira”, o que venga una familia de políticos.

¿A qué voy con esto? Si se va a realizar una crítica sobre la ahora secretaria de Gobernación, esta debe ser desde una posición de conocimiento sobre su desempeño. Se pueden criticar aspectos de su paso en la Secretaría del Trabajo, que los tuvo, pero no su género, ni su apariencia, menos sus orígenes.

Sin embargo, eso es mucho pedirle a los “derechairos” en redes sociales, en medios tradicionales o hasta en la falsa “comedia”, que es más bien un vil discurso de odio. AMLO se va en menos de año y medio, pero no pueden dejar de odiar.