Y no, simplemente, no está bien que la secretaria de Gobernación le aviente porras a Morena defendiendo la sobrerrepresentación de morenistas en el Senado, siendo que su función es: “mantener la gobernabilidad de la capital, así como conducir las relaciones las relaciones de la o el jefe de Gobierno con los organismos y poderes públicos locales y federales”.

Discúlpenme pero Luisa María Alcalde al participar en la mañanera al afirmar que: “La Constitución es clara, no existe sobrerrepresentación”.

Es decir, Luisa María Alcalde se vuelve una defensora de la sobrerepresentación de morenistas en todos lados, afirmando que la Constitución es clara en ese sentido.

¡Válgame, pues! Es que las fichas que López Obrador ha puesto para que le sirvan de guaruras, de cobijo, que se vistan de complicidad y lealtad ya ni siquiera disimulan. Y Luisa María Alcalde hace eso justamente ya no les importa disimular.

Saldrán a decir muchos que ella tiene la razón, que la oposición la quiere atacar y demás pretextos. Lo que ha venido haciendo Luisa María Alcalde en las mañaneras ¿realmente es legal?

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Es decir, ¿puede una funcionaria pública tirarle porras al presidente y a sus planes? ¿La secretaria de Gobernación no debería de abstenerse de aplaudir los proyectos políticos de Obrador sino servir a la ciudadanía?

La descripción de su puesto lo dice: Tiene que velar por la gobernabilidad y velar por la gobernabilidad es velar por todos los mexicanos, sean o no sean  de Morena.

Finalmente Luisa María Alcalde se va, seguramente entrará al gabinete de Claudia Sheinbaum, veo difícil que no esté en él y deje de ser parte de estas porras disfrazadas de gobernabilidad.

Pero se dice que va por la dirigencia de Morena. No creo que ahí retome fuerza. En realidad a Mario Delgado nunca se le vio como una figura de respeto. Nadie le entendía a sus bravuconerías porque eso fue lo que hizo todo el tiempo que estuvo como líder de Morena. Ahora Luisa María Alcalde va a cubrirle la espalda a López Obrador que aunque diga que ya se va, no se irá.

Total que todos salen ganando menos los mexicanos. Eso es lo más triste. He estado buscando trabajo con desesperación y no lo he encontrado, y veo como es que tan fácil entra cualquier persona que sea cercana a López Obrador o a Claudia Sheinbaum y que ni siquiera tienen que tener conocimientos sobre los puestos que les brindan como en el caso de Mario Delgado, que no tiene un ápice de idea de lo que es la pedagogía ni las adecuaciones curriculares pero ahí está, para que esté calladito, o porque sabe mucho o le debían un favor.

En fin… que me derrota ver este exceso de injusticias en este país donde no hay ley ni hay salida.

Ya para qué les escribo más.

Es cuanto.