Ante un evento de esa naturaleza política, siempre es interesante conocer la postura de los protagonistas que poseen una influencia poderosa, sobre todo porque están ligados a los grandes acontecimientos siendo, Lula da Silva, uno de esos personajes que pasarán a los anales de la historia por su aportación a la lucha democrática en Latinoamérica con una alternativa que, cuando gobernó en Brasil, brindó mejores oportunidades de desarrollo que dieron gran estabilidad demostrando, eso sí, un programa ponderable a través de un esquema de reformas que favorecieron el equilibrio, considerada, en esa etapa, como un proceso clave comprometidos con los sectores más vulnerables y las clases populares.
Sufrió, como todo líder de izquierda, una ofensiva estratégica de desprestigio de los grupos conservadores, sin embargo, se mantuvo firme con el respaldo de una estructura social. Un claro ejemplo de tenacidad y resistencia. Lula da Silva es, sin lugar a dudas, un referente de la izquierda en Latinoamérica.
Casos como él, tiene una enorme relación con los acontecimientos políticos que han pasado en nuestro país. Quizá el presidente López Obrador tenga esa identificación porque, evidentemente, ha tenido que remar a contracorriente, sin embargo, han logrado vencer brechas y obstáculos teniendo en cuanta que aun existen efectos del legado que hoy se están recomponiendo con una estructura sólida de instituciones, pero también con poderes de la nación que le han apostado a cerrar filas con la Cuarta Transformación como el caso del Legislativo federal que es, hoy por hoy, el motor que alimenta el equilibrio al superar un número importante de Reformas.
Eso inspiró a Lula da Silva a visitar nuestro país. Viene a nutrirse de la opinión de los liderazgos de la llamada Cuarta Transformación ya que ha definido nuevamente su futuro y, éste año, competirá en la elección presidencial de Brasil. Por eso, ha tomado en sus manos una ruta de manifestación por distintos países de Latinoamérica. México no ha sido la excepción, máxime porque gobierna un presidente que asumió una responsabilidad social desde hace más de treinta años en la lucha democrática del país.
Esto es fundamental porque habla de la empatía para convertir un gobierno progresista por distintas partes de Latinoamérica. Pasó en Bolivia, Perú y hace poco en Chile.
Nos hace pensar que, llegado el momento, Lula da Silva pueda regresar a gobernar por segunda ocasión en distintos periodos. Tendrá que superar, como lo hizo el presidente López Obrador hace tres años, la guerra propagandística que aquellos que se oponen al proyecto auténtico, humanista y progresista.
Al convertirse nuevamente en una alternativa para el país de Sudamérica, Lula da Silva se mostró elocuente. Fiel a su estilo, se pronunció a favor de la política del presidente debido a que, como una inmensa mayoría que respalda la 4T, coincide que fue lo mejor que le ha sucedido al país no solo porque se ha comprobado el desarrollo, sino que gracias a ello hay mecanismos e instrumentos al servicio del pueblo para mejorar el progreso.
Al reflexionar sobre ese tema, Lula da Silva sigue siendo un líder de la izquierda mundial. El botón de muestra fue la efervescencia que produjo su visita al país. AMLO lo recibió con enorme entusiasmo; asimismo, el canciller Marcelo Ebrard mostró su alegría y dio la bienvenida. Sin embargo, destacó más el encuentro con senadores de la República donde, legisladores de Morena, reunieron una gran multitud para tomarse la foto con el expresidente de Brasil.
Y, para finalizar, convocó a continuar respaldando la política del presidente López Obrador. En esa coyuntura, invitó a seguir impulsado el proyecto alternativo de nación nacido de la lucha democrática.
Javier Lozano Gamiño en Twitter: @JavierLozanoMor