La reciente ola de protestas impulsada por un pequeño grupo de ex empleados del Nacional Monte de Piedad ha capturado la atención social. Alegando despidos injustificados, este grupo ha buscado generar presión en torno a las decisiones laborales tomadas por la institución. Sin embargo, Gerardo Ríos, secretario de trabajo del Sindicato Independiente del Nacional Monte de Piedad, ha desmentido dichas acusaciones, asegurando que los hechos son mucho más complejos de lo que se ha dado a conocer públicamente.

Contrario a lo que señalan los manifestantes, Gerardo Ríos ha afirmado que más del 95% de los peritos valuadores que laboraban en la institución siguen en sus puestos. De acuerdo con el dirigente, los despidos que ocurrieron fueron consecuencia de un mal desempeño laboral por parte de algunos empleados, lo que derivó en su cese.

Ríos también dejó claro que la mayoría de los ex empleados han sido recontratados, lo que evidencia que las denuncias de despidos masivos no corresponden con la realidad. “Si hubieran despedido a 390 peritos, el Monte de Piedad no estaría operando como lo hace en todo el país”, sostuvo enfáticamente.

En el centro de esta controversia se encuentra Arturo Zayún, secretario general del sindicato mayoritario. Ríos acusó directamente a Zayún de ser el principal responsable de la situación actual, ya que fue él quien firmó el convenio laboral que afectó a los valuadores. Según Ríos, Zayún ocultó información clave a los afiliados, lo que generó el malestar y la desinformación entre los trabajadores.

“Zayún no informó a sus afiliados sobre los términos de la revisión contractual, y ahora busca lavarse las manos, haciendo parecer que está del lado de los afectados”, aseguró Ríos. Para el líder del sindicato independiente, la estrategia de Zayún es clara: manipular el conflicto en su beneficio.

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El descontento de los trabajadores no ha pasado desapercibido. Muchos han optado por desafiliarse del sindicato mayoritario, una decisión que, según Ríos, ha sido impulsada por la falta de transparencia en la dirigencia de Arturo Zayún. “Los compañeros se dieron cuenta de las mentiras de su dirigente, y por eso han dejado de confiar en él”, comentó Ríos, evidenciando la crisis interna que vive el sindicato mayoritario.

Uno de los puntos más preocupantes para Ríos es el impacto que estas protestas y las posibles decisiones sindicales podrían tener en la estabilidad laboral de quienes aún trabajan en el Monte de Piedad. En especial, alertó sobre los riesgos para los subgerentes prendarios, quienes, pese a las tensiones laborales, continúan ofreciendo un servicio de calidad a los clientes. “El Monte de Piedad no puede permitirse que este conflicto afecte su operación. Los empleos de cientos de personas están en juego, y debemos ser responsables al abordar esta situación”, señaló Ríos, en entrevista para esta columna.

Las críticas de Ríos no se limitan a la gestión de Arturo Zayún. También hizo un llamado a las autoridades laborales y fiscales para que investiguen las finanzas del sindicato mayoritario. Aseguró que Zayún ha lucrado con las cuotas de los trabajadores y que se debe realizar una auditoría para aclarar el destino de esos recursos.

“No es posible que Zayún esté utilizando el dinero de los trabajadores para mantener su estilo de vida. Es hora de que las autoridades intervengan y pongan orden en este asunto”, reclamó Ríos, dejando entrever posibles irregularidades dentro del sindicato mayoritario.

Ríos se mostró contrario a una posible huelga impulsada por Zayún. Para el dirigente del sindicato independiente, esta medida es más una táctica personal que una auténtica defensa de los derechos de los trabajadores. Acusó a Zayún de buscar recuperar los lujos que perdió tras las recientes decisiones laborales, en lugar de preocuparse por el bienestar de sus representados.

Continuidad del cambio

A sólo 24 horas de que Claudia Sheinbaum Pardo tome el control del poder ejecutivo federal, el país goza de cabal salud. Las finanzas, la estabilidad política, la presencia internacional, la relación diplomática, la seguridad nacional, el proceso electoral interno en las entidades del país; así como la aceptación de la población dentro del territorio nacional, suma adeptos, lejos de la resistencia que se manifestó en la transición de gobiernos como la del partido Acción Nacional en el año 2000 o, la vuelta del Revolucionario Institucional en 2012.