Existe un sector de la población que no se encuentra aún integrado del todo a la vida cotidiana de la nación, y son las comunidades indígenas.
En cada proceso electoral se mencionan y se atienden de forma superficial principalmente en temas de promoción de participación política e inclusión igualitaria de grupos poblacionales en situación de desigualdad y discriminación.
¿Justifica la trata de mujeres?
En cuanto al tema de los “usos y costumbres”, recientemente AMLO dio una desafortunada declaración cuando fue cuestionado por una reportera acerca de la información que tenía sobre la venta de mujeres, muchas de ellas menores de edad en comunidades de Guerrero, Chiapas y Oaxaca; como respuesta, AMLO hizo un llamado a “no estigmatizar” dicha práctica.
Entiendo que, quienes somos de izquierda tendemos a romantizar términos que, en lugar de proteger los derechos, terminan encubriendo algunas prácticas que, no por ancestrales, dejan de ser terriblemente violentas como la venta de niñas, para ser obligadas a un matrimonio forzado, para ser esclavizadas, humilladas, maltratadas, asesinadas o víctimas de trata, una “costumbre” que deja fuera el consenso de la ley y que se justifica bajo el romántico término de los “usos y costumbres”.
Ahora AMLO al defender los usos y costumbres, quiere regresar a la época de los políticos que destrozaron instituciones y oprimieron comunidades indígenas para luego ser usadas para conseguir votos.
El INE y las comunidades indígenas
De acuerdo con la encuesta que dio a conocer el Gabinete de Comunicación Estratégica, el INE es más apreciado por la población, que el presidente “activista”. Dicha apreciación puede tener sustento en el trabajo que ha realizado el INE, para lograr el empoderamiento de ciertos sectores que se encuentran abandonados, como la población indígena.
En Oaxaca, por ejemplo, el INE suscribió el Convenio de Apoyo y Colaboración con el Gobierno del Estado para una alianza de trabajo en torno de las capacidades de liderazgo de las comunidades y poblaciones originarias.
Es decir, existe la preocupación por capacitar y construir una sector indígena activo, que permita un mejor conocimiento y aplicación de los derechos político-electorales en esas comunidades y que las mujeres indígenas tengan el conocimiento del uso y ejercicio de sus derechos humanos, político-electorales, pero sobretodo, las que han sufrido maltrato, olvido y discriminación. Las que han estado sojuzgadas a los imperativos y directrices del estándar patriarcal.
El INE ha trabajado por la gobernabilidad democrática en materia de pueblos indígenas para estar a tono con lo que dispone la Constitución, de que ninguna persona puede ser discriminada por causa de origen étnico, aspecto físico o identidad.
En Chiapas, donde se han presentado diversos problemas con las comunidades indígenas, el INE ha implementado medidas para prevenir el riesgo de que se anule alguna elección y donde los habitantes no quieren participar, no se instalarán algunas casillas. En términos generales el INE ha trabajado permanentemente para la inclusión de las comunidades indígenas.
Sin políticas de inclusión
Paradójicamente, la inclusión de las comunidades indígenas desapareció con el triunfo de la Revolución, porque los gobiernos que emanaron fueron relegando paulatinamente a las comunidades indígenas.
Casos durísimos en contra de estas comunidades se presentaron en los estados de Oaxaca, Guerrero y Chiapas, que los desposeían de sus tierras y de su riqueza.
AMLO admiró siempre a personajes que destruyeron comunidades enteras y para colmo, su gobierno reproduce viejas prácticas de Tomás Garrido o su sobrino Patrocinio o Carlos Madrazo, el padre de Roberto Madrazo, como la represión que sufrieron el 18 de mayo pasado estudiantes de la Escuela Normal Rural Mactumactzá que protestaban para exigir un examen presencial de ingreso a esa escuela porque la mayoría no tienen acceso a Internet. La respuesta fue la represión, fueron detenidos 93 estudiantes entre ellos 72 mujeres. De acuerdo con los últimos reportes fueron liberadas ayer por la tarde del penal de El Amate, luego de que un juez del Poder Judicial de Chiapas determinara su liberación condicionada y las vinculara a proceso, por lo que tendrán que acudir a firmar cada 15 días.
Como se hacía antes, la idea no es otra que la de inhibir la participación de la ciudadanía al generar violencia y confrontación, para eso tiene aliados como la CNTE.
Al final lo que prevalece de los “usos y costumbres” de los caciques y políticos en contra de las comunidades indígenas para impedir su participación libre en las elecciones y eso se promueve desde Palacio Nacional.
AMLO al hablar ahora de los “usos y costumbres” tal vez se refiere a las tradiciones autoritarias que estaban en desuso y que ahora regresan para hacerlas de nueva cuenta una triste costumbre.
Y que no se mal entienda, el señalar los atropellos que ocurren solapados por los “usos y costumbres” no significa no respetar las tradiciones, cultura y raíces de estas comunidades, sino que, por ningún motivo deben estar por encima de las leyes ni la dignidad humana.