El aeropuerto de Santa Lucía hace agua y no precisamente por las lluvias que han azotado el oriente de la ciudad de México, sino porque desde su planeación, fue error tras error, porque resulta poco eficiente y no cumple siquiera con los estándares de seguridad para dar conectividad a la CDMX en pasajeros y carga.

La obra que se planeó por capricho y obsesión del Faraón de México, Andrés Manuel López Obrador también ha fracasado en cuanto a tiempo y calidad de ejecución de la obra y en cuanto a costos, ya ha rebasado su programación presupuestal.

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Santa Lucía en crisis

De acuerdo con un reportaje publicado por el diario El Universal, se cobran “moches” a trabajadores del aeropuerto Felipe Ángeles. Trabajadores dieron a conocer que soldados a cargo los hacen firmar un pago que no corresponde a lo que perciben y que, ante la presión para concluir la obra en 2022, han aumentado los accidentes y decesos.

Juan Manuel, nombre ficticio que pone el reportaje para evitar represalias, en un testimonio de los que a AMLO le gusta consultar, señala que él y cientos de sus compañeros vienen del antiguo megaproyecto que impulsó Peña, el NAIM y se queja de que antes les pagaban más y había menos “moches” que pagar a los intermediarios de la obra quienes supuestamente actúan en contubernio con militares, Juan Manuel denuncia que les cobran entre 20% y 30% de sus sueldos para poder trabajar.

El reportero de El Universal que cubre la mañanera le preguntó al Faraón Andrés Manuel si tenía conocimiento de esas prácticas, pero como siempre, al responder atacó al mensajero por hacer su trabajo:

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No, y le tengo mucha desconfianza a El Universal, es decir, no les creo, porque los de El Universal son de estos medios a los que he hecho referencia que antes se dedicaban a aplaudir y a callar porque recibían dinero del gobierno y ahora tienen una actitud distinta, entonces constantemente están cuestionando al gobierno, atacando al gobierno y por lo general se dedican a mentir, a calumniar.

El Universal hizo su trabajo y cumplió con la petición de AMLO de que se le ayude a denunciar la corrupción, pero cuando la denuncia involucra a los suyos, no es capaz de aceptarlo y, por el contrario, la justifica y defiende a capa y espada.

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¿Por qué cuando El Universal objetivamente denuncia corrupción AMLO no lo acepta?

Pero cuando reporteros de la calaña de Lord Molécula lo hacen, en contra de los adversarios de la 4T, gira inmediatamente instrucciones a la FGR y otras instancias que investiguen. En esta administración, la justicia es selectiva.

Pero no son solo los moches, los problemas de la “Central Avionera” del Faraón AMLO, el tema va más allá, principalmente por la negativa de las líneas aéreas de utilizar la terminal. El subsecretario de Transportes, Carlos Morán Moguel, señaló que se prevé que entre 2022 y 2023 las operaciones en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) tengan un límite para evitar la saturación y que las aerolíneas consideren estar en Santa Lucía.

Lo barato sale caro.

Desde su concepción, el aeropuerto de Santa Lucía ha estado en la mira de organismos internacionales por tres causas principales:

1- Que su creación implicó la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAIM)

2.-Que en los mismos terrenos operará una base aérea militar

3.- Y porque la saturación del espacio aéreo hace compleja su incorporación

La ACI (Consejo Internacional de Aeropuertos, por sus siglas en inglés), es uno de los organismos que más comentarios ha hecho sobre la edificación del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA):

“Nosotros hemos sido grandes críticos del proceso, porque nunca imaginamos que fueran a entregar lo que están haciendo. Hemos visto los modelos de negocio en América Latina, en donde prometen mucho, pero entregan muy poco. Y aquí, lo que han hecho en dos años es increíble”.

Otro punto que queda pendiente es el del transporte terrestre.

El gobierno federal en coordinación con la CDMX y Edomex llevan a cabo 14 proyectos, pero apenas el 35% muestra algún tipo de avance.

Debido a la falta de planeación y la corrupción inherente, hacen un hoyo, para tapar otro, ahora tienen la intención de extender el tren suburbano a la “central avionera” sin que medie la mínima planeación y sin tomar en cuenta que implica quitar a la CFE una infraestructura de gaseoductos estratégica. Lo peor es que contratistas de la SCT ya están haciendo la solicitud para pedir el moche correspondiente.

Otra cosa que no se puede ignorar, es que existe un cerro que no consideró el asesor y amigo de AMLO, José María Riobóo, mismo que limitará aún más la capacidad de vuelos, es decir, el NAIM se planteó porque eso se requería, pero AMLO lo minimizó y el proyecto de Santa Lucía no servirá para aumentar la capacidad de vuelos, de hecho, quedará peor que antes.

AMLO ya se dio cuenta de que nadie quiere utilizar la “central avionera” de Santa Lucía por los múltiples inconvenientes y su incompatibilidad con el AICM y que la línea aérea que quiere hacer, seguro la llamaría “Bienestar”; tampoco serviría para mantener al elefante blanco que surgió de sus ocurrencias.