“Ya anda en campaña, parece matraquero”

“Con todo respeto, no se meta ciudadano Presidente, no le corresponde”

AMLO (25 de noviembre de 2005)

Desde que México en 1996 avanzó hacia la consolidación de la democracia electoral con la ciudadanización del IFE, a la que aportó mucho el hoy presidente Andrés Manuel, y con la creación del Tribunal Electoral del Poder Judicial, no se había visto un presidente que, como AMLO, interviniera de forma tan abierta en los procesos electorales para favorecer a su partido y con un elemento aún más peligroso para la salud democrática, pretender destruir las Instituciones que se crearon con años de lucha de la oposición.

Una de las acusaciones recurrentes de López Obrador, de esas que repite hasta el cansancio para que se conviertan en verdad -de acuerdo con el manual de Joseph Goebbels- es acusar a los expresidentes de intervenir en los procesos electorales. Sin embargo, quien cínica y flagrantemente lo ha hecho como nadie, es el compañero presidente y camarada.

Las sanciones

Recientemente el INE impuso una multa de 55.7 millones de pesos a Movimiento Ciudadano y a su gobernador electo en Nuevo León, Samuel García, por recibir apoyo de su esposa Mariana Rodríguez en sus redes sociales. Además, multó al partido y al gobernador electo con 28 millones de pesos por recibir aportaciones de sus familiares por 14 de millones de pesos, por lo que reducirán a MC el 25% de sus recursos mensuales por concepto de actividades ordinarias hasta alcanzar dicha cantidad.

Por otra parte, el INE determinó que el PVEM pagó a influencers más de un millón de dólares, es decir, más de 20 millones de pesos por publicaciones que violaron la veda electoral como parte de una estrategia de comunicación o campaña propagandística encaminada a influir en los electores e incluso la Fiscalía Especializada en materia de Delitos Electorales, abrió una carpeta de investigación sobre este caso.

Sin embargo, para AMLO las sanciones que imponen las autoridades electorales a los partidos y candidatos de su partido o de sus aliados se reducen a meros actos de “politiquería”, no así para sus adversarios.

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AMLO sin sanción

Para AMLO no hubo sanción, a pesar de que de forma flagrante se inmiscuyó en el proceso electoral e incluso instruyó a las autoridades a su cargo coaccionar a sus adversarios políticos.

“Los voceros del conservadurismo se rasgaban las vestiduras porque la Fiscalía abrió una investigación contra dos candidatos del gobierno de Nuevo León, yo apoyo esa decisión de la Fiscalía, aquí lo denuncié porque es un delito electoral. Un candidato repartiendo tarjetas, valiéndose de la necesidad del pueblo, una compra de voto encubierta y descarada, que investigue la Fiscalía y que se aplique la ley, es un delito grave el fraude electoral”.

Ni el presidente Enrique Peña Nieto ni Felipe Calderón que, en su momento, fueron sancionados por violar el ambiente democrático electoral, acumularon tantas denuncias como el jefe del Ejecutivo federal en funciones.

El exconsejero del IFE, Mauricio Merino, que sancionó al expresidente Vicente Fox por el financiamiento irregular de su campaña y su intervención en los comicios de 2006, señaló en entrevista para Proceso que desde 2006, AMLO ha sido el presidente que más ha intervenido en los procesos electorales y enumeró las violaciones a la ley que, a su juicio, ha cometido el tabasqueño, como el uso de recursos públicos con fines electorales a través de sus conferencias mañaneras.

“El presidente no puede promover sus programas. Sin embargo, lo hace; no puede pronunciarse en favor o en contra de los partidos… y lo hace. No puede utilizar los programas públicos que están bajo su control para favorecer a una opción política… y lo hace… no puede llamar a los electores a votar en favor o en contra de un partido y, sin embargo, lo hace”.

AMLO y las redes sociales

Cuando las redes sociales funcionan a su favor, AMLO las justifica y avala, por más ilegales que operen, como el caso de las elecciones en Nuevo León y cuando están en su contra, las sataniza y las quiere desaparecer. En 2014 cuando en las redes había una corriente a su favor decía “Sería el colmo que censuraran el internet ¿Qué acaso no les basta el control omnímodo que ejercen sobre los medios comunes de información?”

Cuando las redes sociales operaron en contra de su amigo, aliado y jefe político, Donald Trump, AMLO salió a la defensa y solicitó a la secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero, analizar la creación de su propia red social y de cómo se podrían limitar las que funcionan actualmente como twitter, Facebook, YouTube o Instagram.

AMLO entonces declaró, como juez supremo, que tanto el INE como el TEPJF no están haciendo bien las cosas, por lo que llamó a su renovación “para que haya seriedad”.

El INE y la legalidad

En todo momento el INE actuó con apego a la legalidad, en el asunto de los influencers que vendieron su espacio para “influir” en el proceso electoral a favor de los aliados de AMLO en días de veda electoral, en el caso de la esposa de Samuel García, Mariana Rodríguez y lo mismo con las candidaturas sancionadas por los órganos electorales de sus amigos y compadres, como Félix Salgado Macedonio y Raúl Morón.

Si bien es cierto que el tema de las redes abre un debate importante sobre el camino a seguir en el perfeccionamiento de la legislación electoral, esto nada tiene que ver con la actuación del INE y del Tribunal y sí mucho, con la forma ilegal y grosera en la que AMLO ha intervenido en los procesos electorales, como en los tiempos en que Salinas y Bartlett controlaban la llamada Comisión Federal Electoral y organizaban elecciones de Estado.