Todos los partidos políticos sin excepción se encuentran en su peor momento, sin principios, estructuras, ni liderazgos y lo peor, han dado la espalda a la ciudadanía. Ni el PRI, PAN o PRD son la oposición que México necesita, ni Morena el mejor partido en el poder.

Tan grande es la descomposición de los partidos, que ahora resulta que el más opositor al compañero presidente y camarada, es Morena, su partido, mientras que la “oposición” se ha convertido en comparsa de las locuras y ocurrencias de AMLO.

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En Morena se dan con todo

Vaya, ni el PRD en sus peores épocas de choque de corrientes, los pleitos al interior de Morena se han multiplicado en los tres años que llevan como partido en el poder y la ambición sin límites de sus integrantes expone su peor cara.

Tienen frente a sí un botín sin precedente, empezando por la renovación de la dirigencia donde se pronunciaron al menos cuatro grupos poderosos, dos de ellos ligados al Gabinete actual: Yeidckol Polevnsky e hijos de AMLO; Ramírez Cuéllar-Beatriz Gutiérrez-Gabriel García-Bertha Lujan; Ricardo Monreal-Alejandro Rojas Díaz Durán; y Mario Delgado.

El proceso dio inicio en 2019, con la manipulación del padrón de militantes, firmas falsas, acarreos y toda la marrullería posible extraída de los sótanos del PRI, que provocó que el TEPJF ordenara la depuración del padrón de militantes.

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Desde entonces se han dado con todo. Han intercambiado duras y fundadas acusaciones que incluso, han llegado hasta la FGR, como la malversación de fondos por más de 300 millones de pesos de Yeidckol Polevnsky; luego, en respuesta a la auditoria que envío hacer Ramírez Cuéllar, Polevnsky acusó al líder interino, tras mano, de pretender desestabilizar a la UNAM.

Porfirio Muñoz Ledo denunció penalmente a Mario Delgado por presuntamente hacer uso de recursos públicos con fines político-electorales. Mientras, John Ackerman, criticó la torpe conducción de Mario Delgado en Morena: “Si no fuera por su torpe conducción autoritaria, facciosa y ensoberbecida, Morena habría arrasado en todos los rincones de la patria el 6 de junio” y, Claudia Sheinbaum, acusó a Monreal por la debacle electoral en la CDMX.

Basta una sola mañanera para darnos cuenta de que la oposición de AMLO está en Morena. Es sabido que los reporteros o pseudoperiodistas que se acreditan traen “línea” de algún funcionario del gobierno federal o legislador de Morena y, cuando no se están “poniendo de pechito” con AMLO, “presentan” denuncias de corrupción en contra de algún enemigo morenista.

En la mañanera de ayer hubo varios ejemplos, el reportero Marco Antonio Olvera -que va de parte de René Bejarano- acusó la corrupción en la compra de terrenos para los parques industriales del Istmo de Tehuantepec. La reportera Bianca Aguirre, de la Octava, reiteró una acusación de corrupción en Conacyt y la reportera de Contralínea, quien se encarga de dar seguimiento a la investigación que realiza el INAE contra la oficina de la Presidencia.

El frágil primer círculo del presidente

Ya son varias las renuncias de secretarios de Estado y miembros del primer círculo de AMLO, como Carlos Urzua, Víctor Toledo, Jaime Cárdenas, Julio Scherer y Alfonso Romo, que reflejan la corrupción y el golpeteo que se vive al interior del Gabinete.

Qué decir del pleito entre Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard, quienes desde la tragedia de la Línea 12 del Metro, todos los días se “sacan sus trapitos al sol” por el pésimo trabajo en la CDMX o los yerros de la cancillería. Están también los pleitos públicos entre el exgobernador de Tabasco y hoy secretario de Gobernación, Adán Augusto contra el director de la CFE, Manuel Bartlett por el desfogue de la presa Peñitas que causó la muerte de tabasqueños.

Sin embargo, AMLO se mantiene gracias a la “oposición”

Si no tuviera de su lado al PRI de Alejandro Cárdenas “Alito” y a su súper asesor y aliado, el “porro” José Murat -que ya llevó a su hijo, el gobernador de Oaxaca, a militar en Morena-; si no contara con la triada panista de Ricardo Anaya, Damián Zepeda y Marko Cortés; si en el PRD no tuviera a personajes como “los chuchos”; y en MC a los más grandes mercenarios de la política Dante Delgado y Agustín Basave… AMLO y su 4T estarían desahuciados.

AMLO gana a la oposición y pierde a su partido

El panorama de los partidos es muy incierto, necesitan reconectar con su militancia y asumir compromisos más profundos para convertirse en verdaderos interlocutores de la sociedad frente al poder y no ser un simple grupo de élite que ocupe posiciones políticas de espalda a la sociedad.

AMLO logró un hecho incuestionable: hacerse de la oposición y no lo hizo como presidente, sino en su larga campaña de cara a la elección de 2018.

Para minar al PRD puso a Agustín Basave en la dirigencia. En el PRI maniobró con Murat para colocar a “Alito”, quien no dudó en traicionar a su partido; en el PAN apoyó a Ricardo Anaya, quién consiguió “torpedear” a las dos corrientes, la de su mentor, Gustavo Madero y la del expresidente Felipe Calderón y de paso, romper cualquier alianza que se pudiera dar con el PRI y su candidato José Antonio Meade.

Así, mientras Morena se despedaza por ver quién será el sucesor de AMLO, la mal llamada “oposición” va en contra de sus militantes y partidarios y se desvive por mantener su contubernio con Andrés Manuel y lo hacen, ya sea por beneficios personales y económicos o porque fueron doblados a la mala, a través de la FGR y la UIF.

En resumen, la sociedad les vale madres.