Italia le aguó la fiesta a Inglaterra, en lo que debía ser la consagración del equipo de la nación en donde se creó el fútbol. En pleno estado de Wembley, Inglaterra abrió con un gol tempranero, pero fue empatado por los italianos y terminó por colapsarse en los tiros de penaltis.
De forma interesante, el Director Técnico de Inglaterra, Gareth Southgate, colocó a tres jugadores de origen africano, Marcus Rashford, Jadon Sancho y Bukayo Saka, en los últimos tres tiros penales. Lo que debería ser una celebración del carácter “multicultural” del ex imperio británico, se convirtió en una tragedia, ya que de manera increíble, los tres jugadores fallaron sus tiros penales.
Tras la victoria de Italia, en donde los tres jugadores que fallaron, en especial Saka, quien a sus 19 años de edad sufrió por la presión de ser el último tirador, se encontraban destrozados. Como si no fuera suficiente castigo el fracasar en obtener el primer título para Inglaterra en casi cinco décadas, tanto Rashford, como Sancho y Saka, recibieron toda clase de insultos racistas en redes sociales, en especial por su color de piel y origen africano.
La ilusión de una Inglaterra y un Reino Unido, en general, unida, se destruyó por completo, tanto por estos “hooligans” digitales como por sus contrapartes en los alrededores en el estadio, quienes protagonizaron al menos dos hechos violentos contra persona de “aspecto” inmigrante. Y en el tema del Covid-19, los ingleses también lo están haciendo pésimo: pese a su exitosa campaña de vacunación, la falta de precauciones que pudo verse con las multitudes sin protección en los alrededores de Wembley y en los tradicionales pubs, seguramente causará un resurgimiento en contagios y muertes, sobre todo ante la propagación sin control de la cepa “Delta”, la cual es mucho más contagiosa que el coronavirus “original”.
Pese a esto, el “ex” negacionista Boris Johnson, primer ministro inglés, insiste en reabrir totalmente su país y que cada quien se las arregle lo mejor que pueda. Inglaterra, desgraciadamente, es un desastre actualmente, en prácticamente todos los aspectos.