Así como lo hizo Mao, ahora lo pretende hacer AMLO. Elexpresidente chino consideraba que la herencia cultural china estaba impregnada de elementos feudales e imperialistas, entonces optó por hacer una limpieza general en materia de historia y cultura. AMLO busca lo mismo, primero eliminar todo lo relacionado con el periodo que él llama “neoliberal”, para luego imponer su interpretación de la historia y sus propios héroes, para comprobarlo, solo basta tomar una clase de historia en la mañanera.
Los intelectuales
Dos importantes personajes del México del siglo XX, Gastón García Cantú, historiador, politólogo y periodista y el maestro Gabriel Careaga, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, escribieron un extraordinario libro: “Los Intelectuales y el Poder”, en el cual explican la importante relación entre los intelectuales y el Poder para que, quienes gobiernan, tengan la capacidad de entender los fenómenos sociales y las necesidades de cambio.
Según Careaga, los intelectuales formaban parte de los analistas y de los ideólogos, de gobernantes quienes buscaban su consejo, su ayuda y valoraban su aprobación. Pero hay muchos estados superiores de la historia en que no ocurrió así, la corte de Guillermo II, episodios de la historia de China (con Mao), la historia política administrativa norteamericana de la época de MacCarthy, que inclusive persigue a los intelectuales (ergo AMLO), el periodo estalinista, que los ve como enemigos del gobierno. Son periodos negros de la historia reciente, para no hablar de los intelectuales que apoyaron el fascismo, al nazismo, al franquismo y al peronismo.
El presidente López Obrador considera a los intelectuales como críticos, por ello, todas las mañanas despotrica en su contra. No tiene razón, estos personajes, en los gobiernos que aprecian la democracia siempre han ejercido la crítica, pero AMLO los acusa de defender al “régimen corrupto neoliberal”.
Asegura: “Nosotros estamos viendo que uno de los problemas del país, parte de la decadencia, fue que todo el grupo de académicos, de intelectuales fue cooptado desde Salinas, fueron muy pocos los que se mantuvieron con independencia durante el periodo neoliberal, la mayoría fue cooptado, desde contratos para empresas editoriales, jugosísimos, hasta becas, muchísimos”.
Al parecer AMLO nunca leyó los trabajos que fueron publicado en Nexos o en Letras Libres, de intelectuales como Carlos Monsiváis, Elena Poniatowska, Elena Garro y muchos más que en todo momento fueron críticos del poder y, como lo dicen en su libro Careaga y García Cantú, este último, por cierto, trabajó con Manuel Bartlett en Gobernación y en el gobierno de Puebla: Los intelectuales son los científicos y artistas, sacerdotes y catedráticos, aquellos que representan el pensamiento intelectual humano.
Maoísmo
Pero lo que vivimos en México con AMLO se parece cada vez más a la revolución cultural de Mao Tse Tung, quien por medio de sus postulados ideológicos se situó como una figura de culto que actuaba como una la luz que iluminaba el sendero de re-educación, de forma tal, que el libro rojo junto con otras obras que expresaban el carácter del comunismo, se volvieron lecturas obligatorias.
Eso se ha vuelto la mañanera, AMLO no se cansa de decir frases como: “lo más importante es que sentamos las bases para la transformación del país. En estos tres años hemos cambiado como nunca la mentalidad del pueblo, con la revolución de las conciencias. El cambio de mentalidad es lo que nos ha conducido a lo esencial. Podrán dar marcha atrás a lo material, pero no a la conciencia del pueblo de México”.
Hace apenas unos días, AMLO junto con un grupo de trasnochados marxistas, populistas y dogmáticos, anunciaron un nuevo modelo educativo, que nos debería poner los pelos de punta.
Delfina Gómez, secretaría de Educación, bajo la guía de Beatriz Gutiérrez a través de su gran amigo, Marx Arriaga y Luciano Concheiro, anunciaron el nuevo modelo educativo que contempla desconocer los actuales libros de texto porque, dicen, fomentan “el modelo neoliberal”, además, para evitar cualquier exposición con el mundo real, se eliminarán exámenes de evaluación internacional y sus objetivos se alinearán a los propósitos de la Cuarta Transformación. En pocas palabras, el modelo propuesto es pura ideología, propaganda y adoctrinamiento.
Esta propuesta no es nada diferente a la de Mao, quien consideraba que sólo se podría llegar a una toma de conciencia por parte del pueblo si éste era instruido de la manera correcta y si se lograba moldear el pensamiento de la nación, es por ello que los jóvenes que vivieron durante esa época debían aprender no solo de la teoría sino también de la importancia de la práctica y el vínculo entre estas, por ejemplo, trabajando en el campo para comprender y formar parte del trabajo de la clase obrera.
Otra similitud entre la propuesta de AMLO y Mao es la de quitar los exámenes de ingreso, la cual solamente contemplaba lemas revolucionarios, es decir, los aspirantes deberían tener un pleno conocimiento de la doctrina y de los personajes que contribuyeron a su conformación teórica y su práctica.
Por eso AMLO desprecia a los doctores, a la investigación, a los académicos y profesionales, ya sean economistas, ingenieros, críticos o lo que sea que tenga mayor preparación e independencia.
Una doctrina fracasada que se recicla y condena a la juventud a un futuro no pensante, obediente y ciego destruyendo los principios de libertad, de elección y de esfuerzo.