Y es que una de las redes sociales que Marcelo Ebrard está empezando a usar con mucha fuerza es TikTok. Ya les había comentado mi pequeña adicción por esa red. A mí me entretiene mucho. Aunque me queda claro que el nicho mayor de usuarios son personas jóvenes, cumple su cometido que es entretener.
Ahí es donde observo que Marcelo está poniendo su atención. A ellos, a los jóvenes, se está dirigiendo el canciller porque creo que él sabe que para el 2024 saldrán a votar millones de jóvenes, me parece que hay una conciencia política en los jóvenes diferente a la de otros sexenios. Creo esa es la expectativa.
El tema es que yo sigo a Ebrard en su cuenta de TikTok no por una genuina admiración o simpatía hacia él, sino porque me apasiona el mundo de la comunicación política digital. Me interesa mucho conocer cómo intentan conectar y comunicar los políticos con la gente en plataformas digitales.
Hoy me encontré un TikTok de Marcelo Ebrard en donde es entrevistado ( y ya chole, de nuevo por Jorge El Burro Van Rankin) y ese TikTok me llevó a distintas reflexiones:
1) Está muy sospechoso que el comunicador Jorge Van Rankin sea el que lo entreviste de nuevo. La verdad se ve muy a modo todo. En especial la pregunta que le lanza al secretario de Relaciones Exteriores de: “¿Quiere usted ser presidente?” Ante lo cual Ebrard contesta con un rotundo “Sí, estoy absolutamente preparado y voy ganando en las encuestas” lo cual se sabe que no es así, porque aunque por poco, Claudia Sheinbaum lo rebasa. ¿Le pagan al Burro por entrevistar a Marcelo? Y si es así ¿con qué dinero? ¿Con el de todos los mexicanos?
2) La entrevista pareciera ser realizada en su oficina. Esto no lo sé yo porque no conozco su espacio laboral, pero el edificio de la Secretaría de Relaciones Exteriores se encuentra frente a la Alameda en la CDMX. Luego entonces en el TikTok se aprecia una oficina, con la bandera de México, y con vista a una zona parece la de alrededor de la Alameda. Si es así, ¿no debería de estar esto prohibido, porque está realizando campaña política dentro de su oficina, y no se nos olvide que es un funcionario público en espacio del gobierno, pagado por todos? ¿Nuestro canciller haciendo uso del espacio que le asignamos todos para trabajar con propósitos electorales? ¿No es esto ilegal? Y si no es en su despacho, pues entonces es un departamento muy fifí, en una oficina muy fifí.
El estratega de Ebrard
Y ahí les va mi otro análisis: es sabido por todos que Claudia Sheinbaum contrató a un asesor político español, Antoni Gutiérrez-Rubí, quien llevó al izquierdista Gustavo Petro a la presidencia en Colombia; parece el adecuado para una campaña política. Pero Ebrard contrató al que movió las redes sociales para la primera película de Yalitza Aparicio, “Roma”, de Alfonso Cuarón. Esto lo dio a conocer Verónica Malo Guzmán en su columna. Ese experto en mercadotecnia digital se llama Emilio Lezama y debe ser bueno ya que hizo conocida en todo el mundo a doña Yalitzia. Bueno, pues entonces chance y Marcelo Ebrard además de querer ser presidente quiera como plan b —por si no gana la grande—hacer casting para algún papel en la Rosa de Guadalupe.
Probablemente le está funcionando esta promoción en redes sociales, particularmente en TikTok porque me sorprendió la cantidad de “likes” que tiene su video, pero la verdad de las cosas es que todos sabemos que en este mundo de la comunicación política digital, comprar “likes” es una cosa común.
Lo que concluyó es que alguien debería de observar y regular la manera en que se están promocionando los ya declarados candidatos y que alguien debería de cuestionarles todo esto, digo yo… ¿quién soy yo para cuestionarlo? Nadie, solo una mexicana observando cosas que podrían ser obvias pero que para las autoridades electorales por lo visto no lo son; debería alguien analizar con mayor detenimiento qué dicen y dónde y cómo lo dicen porque ahí están depositados nuestros impuestos.
Hay que estar muy atentos a las formas, en el cómo están haciendo campaña las corcholatas de Obrador. Por lo pronto, queda claro que entre ellos se están desgarrando internamente. Y eso no es bueno para absolutamente nadie; ni para ellos, ni para el país.
Bueno, seguiré comentándoles las cosas que me encuentro en TikTok. Es todo un multiverso. Acá se los compartiré por si es de su interés.
Es cuánto.