“Hoy voy a cambiar

Revisar bien mis maletas

Y sacar mis sentimientos

Y resentimientos, todos

Hacer limpieza al armario

Borrar rencores de antaño

Y angustias que hubo en mi mente

Para no sufrir por cosa tan pequeñitas

Dejar de ser niña para ser mujer…

Volar libre con todos mis defectos

Para poder rescatar mis derechos

Y no cobrarle a la vida caminos y decisiones

Hoy quiero y debo cambiar

Dividirle al tiempo y sumarle al viento

Todas las cosa que un día soñé conquistar.”

LUPITA D’ALESSIO

“Las siete ya van a dar

El niño va a merendar

Las siete van a sonar

Y es cuento de no acabar…”

CRI-CRI

Hoy, a las once de la mañana, Marcelo Ebrard dará un “anuncio importante sobre lo que viene sobre la definición de quien va a encabezar a Morena el año que entra”. Las cábalas abundan, pero centrémonos en los dos escenarios más probables: romper con el proceso —y por consecuencia con el partido y con el presidente— o hacer un llamado en favor de la unidad y en apoyo a Claudia (lo cual se puede presentar de mil formas: desde decir “confío plenamente en las encuestas” —todas apuntan a Claudia como vencedora— o de plano un “me bajo del proceso y apoyo a Sheinbaum”). Yo apuesto a que no romperá, y lo pienso así porque Ebrard ha mostrado ser es una persona sumamente racional y no hay por qué pensar que ahora se dejará guiar por las vísceras. Romper con Morena, más si es para irse con otro(s) partido(s) sería UN SUICIDIO.

Romper

Romper con la 4t sería una pésima apuesta por parte de Marcelo. Se ganaría un enemigo formidable: un movimiento respaldado por 23 gobernadores, un Congreso a modo y al presidente más poderoso que ha tenido México en las últimas décadas.

Si Marcelo rompiera y con ello se llevara cualesquiera votos, Andrés y todo su régimen le echarían encima lo relativo a la Línea 12 del Metro. El ex canciller bien podría terminar en prisión.

Muchos (me incluyo) han planteado en al menos una ocasión que los emecistas le abrirían las puertas de par en par. Mas, ¿para qué irse a MC? Marcelo no se iría solo por irse, ni siquiera con el solo objeto de pulverizar el voto en favor del Frente. Lo haría únicamente si a través de Movimiento Ciudadano tuviese una oportunidad de derrotar a Claudia y eso no va a suceder. ¿Romper para fortalecer a una franquicia sin ningún beneficio y con costos altísimos? No le conviene.

Considero que Delgado se quedará esperándolo y López Obrador se encargará de no hacerle la vida miserable ni a uno (Dante) ni al otro (Marcelo).

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Quedarse y apoyar

Los números fríos son los que llevan a que el racional Marcelo tome la decisión de quedarse en Morena, pero ya no competir. Las encuestas —no solo las que se conocen, sino las propias que él tiene— señalan que él no ha rebasado a Claudia y que eso no lo logrará nunca.

Aquí hay un elemento de origen: Andrés Manuel ‘se los bailó’ a todos. Veamos: cedió a todo o casi todo lo que le pidió Ebrard, pero en el fondo sabía que quien llevaba la ventaja desde un principio, la mantendría. Y esa #EsClaudia.

Si esto fuera una carrera de autos, sería el equivalente a decir que todos se encuentran detenidos a la espera de que limpien la pista. Aun cuando se tengan nuevas reglas del juego, dado que la carrera está detenida, las posiciones no pueden cambiar. Los competidores que empezaron atrás, siguen atrás.

Sin debates y con tiempos acotados (entre Morena y los medios de comunicación, principalmente las televisoras), no había forma de que el orden de las posiciones se alterara.

¿Qué sigue para Marcelo?

Estimo que si Marcelo actúa racionalmente tendrá claro que su futuro es ser coordinador de Morena en el Senado; una senaduría muy cómoda, lidiando con todos los temas, especialmente los internacionales, que le permiten ir y venir a distintos foros en el exterior.

Lo que Marcelo requiere es fuero y protección por parte de la 4t.

Ello no es sinónimo de que pueda coordinar a los morenistas, particularmente a los de la ala radical que lo detestan.

Una apuesta segura y decorosa; un seguro de vida (de impunidad, dirían algunos) al abonar a la unidad de Morena y no al rompimiento.

¿Será efectivo como coordinador?

Tendrá oportunidades de brillar en ese y otros foros, que es lo que importa.

No buscará un ejercicio de revocación de mandato para quitar a la presidenta de la república. No tendrá suficiente capital político. Si no le alcanza hoy para la Presidencia será punto menos que imposible que lo tenga en tres años; los morenistas no lo permitirían.

O-O-O

Habemus senador. Lo que sigue para Marcelo es una posición hasta cierto punto cómoda, en algunos puntos de influencia; “comprarse” un seguro de vida. Apostar a que Claudia se dé por satisfecha. Eso es lo que estimo seguiría para Marcelo. Las once ya van a dar.