“El pueblo de México lleva dos siglos construyendo derecho e instituciones y podemos estar en riesgo de que éstas se vayan por la borda”, fue una de las múltiples reflexiones que expresó el prominente político mexicano, Mariano Palacios Alcocer, quien no tuvo impedimento alguno para manifestar sus opiniones, preocupaciones y hacer llamados de alerta respecto al Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, durante una Conferencia Magistral que ofreció el miércoles en Expo Guadalajara convocado por la Agrupación Política Nacional “Confío en México”, que me honro en presidir.
“Es necesario tener un sistema democrático nutrido de demócratas y es necesario crear ciudadanía; si los partidos políticos están en crisis en México y en el mundo hay que crear organizaciones intermedias. Las Agrupaciones Políticas son un ejemplo claro de que quienes no coincidimos en todo podemos estar de acuerdo en algo; y hoy lo que nos preocupa es la realidad nacional y el futuro del país”, señaló.
“El Constitucionalismo Mexicano y el Estado de Derecho. Evolución y Perspectivas” fue el tema sobre el que verso la cátedra del ex gobernador de Querétaro, quien recordó: “Al siglo XIX le debemos la Independencia, el ejercicio responsable de la soberanía, y la forma de Estado republicana y federal, a la Constitución de Querétaro se le debe la incorporación de los derechos sociales y la base jurídica de las instituciones públicas de nuestro país”.
“Hoy el Estado de derecho tiene efectivamente una Constitución escrita, reconoce el principio de igualdad ante la Ley, da la garantía de derechos a los gobernados, reconoce el principio de legalidad, garantiza el acceso a las decisiones públicas y a enriquecer el sistema democrático y tiene vías garantizables del control de la constitucionalidad. En el ámbito formal, somos un estado de derecho, pero en la práctica hay renglones que distan mucho de ajustarse al texto constitucional”, prosiguió el también ex senador de la República.
Mariano Palacios, quien es doctor en derecho y Notario Público, habló también sobre otros sectores afectados durante la pandemia y lamentó que el gobierno mexicano no fuese capaz de responder efectivamente ante la emergencia.
En este punto habló de los dos años perdidos para la formación de jóvenes estudiantes. Los más de 2 millones y medio de desempleados, y que se vea a los jóvenes “sembrando vida” como una solución al problema.
“Quizá donde veamos la crisis con mayor agudeza es en el sector salud, porque al error de las políticas públicas se ha sumado la agresión inmisericorde de la pandemia. Desmontar el aparato institucional del Seguro Popular disminuir u olvidar las compras de medicamentos en tiempo y forma, negar que la realidad exista para imaginarnos una realidad donde todo está bien, invocar un “Detente” y no usar tapabocas en virtud de que la fuerza moral del presidente lo previene del Covid-19 han hecho que México tenga cifras escandalosas de muerte, un desmantelamiento en el aparato institucional en materia de salud, y estos aspectos algún día tendrán que pasar al juicio de la historia”, aseveró.
Palacios Alcocer advirtió que hay al menos 10 retos por vencer en el México de nuestros días:
Primero. Esta travesía de seguridad en nuestro país para consolidar un estado de derecho, nuestra generación está viendo que existe en el papel, pero escasea en la vida diaria.
Segundo. Advierto una concentración indeseable en el Poder Ejecutivo. Desde siempre el poder debe ser acotado, limitado, responsable y claro con la rendición de cuentas, cosa que advierto no ocurre en estos días.
Tercero. Es preocupante un talante autoritario y populista en la conducción de los asuntos públicos del país, se trata de economía los poderes del Estado, los organismos constitucionales autónomos y no me importaría tanto que esta fuera la pretensión del ejecutivo, lo que me preocuparía es que los integrantes de los poderes Legislativo y Judicial o los organismos constitucionales autónomos cedieran a las presiones autoritarias del Ejecutivo. Creyente como soy del orden constitucional apuesto por el respeto de la soberanía en el congreso y de la máxima magistratura jurisdiccional garante de la Constitución.
Fustigar e inhibir a los medios de comunicación criticando y ensañándose con quienes opinan en contra. Es imperdonable que ahora exista una tribuna que denueste a los medios con esa figura ofensiva del “Quién es quién” en las mentiras patrocinada por el autor de muchas de ellas.
Otro elemento preocupante es el debilitamiento de la sociedad civil, el fustigamiento a quienes tienen pretensiones de mejorar su educación, su trabajo, su empresa, o sus niveles de vida. El seraspiracionista fue la característica de López Obrador al ser tres veces candidato a presidente de la República, pero el aspiracionismo no es un derecho exclusivo del presidente sino una potestad de cada individuo que lo abrace. Y finalmente los populistas procuran la creación de clientelas electorales bajo las dádivas del subsidio público. Todos los programas asistenciales entregan el dinero en mano, han venido a generar clientelas electorales que pervierten la calidad de la vida pública y democrática del país.
Cuarto. Desmantelamiento institucional del Estado. No solo el Seguro popular, los fondos de emergencia, los fideicomisos en apoyo a la ciencia y a la tecnología, las pretensiones de desaparición de los organismos constitucionales autónomos nos pueden llevar a una política de reversión sobre el desarrollo institucional del país que fue el mejor legado del siglo XX mexicano.
Quinto. Es preocupante la creciente militarización del país en actividades que corresponden a la sociedad civil. Yo respeto enormemente a las Fuerzas Armadas, conozco el proceso de levantamiento de nuestros soldados y marinos que son hijos de las familias del pueblo, la creación del heroico colegio militar y en los principios de la lealtad y patriotismo para garantizar la seguridad nacional. Pero hoy se confunde seguridad nacional con seguridad pública y se les ha metido en actividades de aduanas, de puertos, de aeropuertos, la banca del bienestar, la Guardia Nacional, obras públicas, y se advierte la creación de una empresa militar. Creo que será conveniente que se cumplan las disposiciones del congreso en el sentido de que deben ser civiles los que coordinen la Guardia Nacional y en el sentido de que la presencia militar vaya regresando a los cuarteles en la medida en que la policía pública de orden civil vaya teniendo presencia y eficacia.
Sexto. Es preocupante la creciente ola de violencia y el enseñoramiento económico y político del crimen organizado en nuestro país. Aquello de que en dos años pacificaremos al país, de que haremos una política de abrazos no balazos, de becarios no sicarios cuando menos en la primera parte de la faena no ha tenido éxito.
Séptimo. Hay una creciente ola de impunidad y peor aún, de ejercicio voluntarioso de la actividad ministerial. Las actividades públicas de la Fiscalía General de la República han sido ampliamente criticadas y creo que es indispensable que la autonomía que se le ha concedido a este órgano constitucional autónomo no solo tenga vigencia en la constitución sino aceptación entre la ciudadanía.
Octavo. Advierto que hay una confusión entre las funciones de líder que debe ser sometido a las normas; en el Congreso constituyente de Querétaro se dijo necesitamos un presidente fuerte pero su fuerza debe ser sometida al derecho y el presidente confunde derecho con moral, cuando la norma no le conviene invoca valores personales y la moral representa principios adoptados de manera autónoma e interna y de ninguna manera obligatorios para los demás. Confunde su función de líder político con el de dirigente religioso. Las evocaciones de orden religioso no solo agravian al estado laico sino desdicen el carácter republicano del gobernante. Esta confusión entre moral, religión, derecho y política, constituyen un cóctel peligroso, basta dar un vistazo por los países musulmanes donde la política y el derecho son sometidos a la religión y los fanatismos imperan sobre el espíritu democrático y la dignidad humana.
Noveno. No están dadas las condiciones para una lucha democrática genuina. Hoy han emergido en la arena democrática el crimen organizado como autor privilegiado inimputable que con el recurso de la persuasión y de la fuerza pueden descarrilar candidatos, levantar operadores o ejecutar impunemente a los actores políticos. Pero, por otra parte, hay un activismo político desde el gobierno contra el que luchamos durante 40 años. Si los priistas -como me asumo serlo-, fuimos desmantelando la hegemonía del partido con reformas graduales para dar acceso a las minorías e incluso lograr la transición pacífica y reconocer las derrotas, hoy el actor fundamental que utiliza la fuerza del estado para inhibir a los adversarios puede estar más en el Ejecutivo que en los partidos.
Décimo. Y finalmente advierto una falta de presencia internacional de nuestro país. El presidente ha salido dos veces a los Estados Unidos, una a apoyar la reelección del presidente Trump y otra a hablar en el Consejo de Seguridad aspectos que debieron ser planteados en otros foros de las Naciones Unidas. Pero el canciller, hombre entrenado, inteligente, formado en el PRI, ha tenido que ser embajador en Estados Unidos, ha tenido que ser proveedor de vacunas, ha tenido que lidiar con los migrantes, y ha tenido que ser el operador de bolsillo del presidente de la República.
Mariano Palacios hizo un llamado a la sociedad civil para unirse y defender el constitucionalismo mexicano, tras alertar que bajo el actual régimen se está en riesgo de perder todo lo que se ha construido en este país durante dos siglos.