La historia de la llegada del Ahuehuete data del año pasado, en el 2022, justo fue plantado un 05 de Junio.

Familiares de desaparecidos le cobijaron y le bautizaron como “El guardián de los desaparecidos”.

En aquel lugar había estado la emblemática palma de Reforma, símbolo de la CDMX, quien se había secado y había muerto.

Por supuesto la Jefa de Gobierno se encontró en tan emotivo evento cuando el ahuehuete llegó a ser trasplantado en lugar de la palma. Estuvieron medios de comunicación y aplaudidores también.

Habló con los padres ahí presentes en aquel día de personas desaparecidas y les aseguro que el gobierno sí los veía y sí los oía… Esos padres, que solicitaban colocar un monumento en honor a sus desaparecidos en lugar de un árbol.

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También ese día Sheinbaum aprovechó para hablar de las maravillas de los programas sociales que el presidente le brindaba a la nación. Todo era alegría y aplausos.

El ahuehuete que hoy agoniza tenía 12 metros de altura y 20 años de existencia.

La pregunta es ¿Por qué fue un ahuehuete y no otro tipo de árbol? Pues bueno, en el gobierno de todo es por consultas, se hizo una consulta abierta y fue seleccionado ganando en mayoría en el portal lapalmadereforma.gob.mx obteniendo 77,748 votos.

A menos de un año de haberse sembrado el ahuehuete murió.

Aunque lo nieguen y aseguren que será trasplantado de nuevo a otro lugar porque por ahí algunas partes están vivas, realmente se murió.

No se dieron las condiciones para que sobreviviera y se secó.

En la madrugada de hoy fue retirado del lugar. ¿Porqué de madrugada? Que para no entorpecer el tránsito vial. ¡Qué considerados!

Pero este tema a la Jefa de Gobierno le avergüenza y le agobia y no debería de ser así… es decir, las cosas se dan o no se dan y hay que aceptarlo.

Claudia Sheinbaum intentó que se diera el Ahuehuete, que fuera luminoso y muy verde, pero la verdad es que no salió así.

El ahuehuete está muerto, pero Claudia se esfuerza en decir que por ahí hay una que otra rama que está con vida.

Y en esta necedad de no reconocer que a veces las cosas pueden salir mal, se empeña en sembrar otro ahuehuete más.

Los árboles para ser sembrados en la Ciudad de México para empezar no deberían de ser elegidos por una encuesta.

Pero este gobierno tan populista sabe que tiene contenta a la gente con consultas y decisiones propias.

Hay cosas que la gente no puede ni debe decidir cómo está.

No todos sabemos de botánica ni somos expertos en el tema. No era un asunto de someterlo a una encuesta. Se trataba de ver y analizar a través de expertos qué árbol o plantación sobreviviría en ese espacio.

Lo peor es que, a fuerza de no aceptar que grupos activistas lo que intentaban hacer era colocar un monumento en homenaje y reclamo de atención a víctimas desaparecidas, Claudia se empeña en volver a sembrar un ahuehuete que muy probablemente también se secará.

Le cuesta mucho a la que seguramente será presidenta de este país, aceptar qué hay cosas sobre las que no tiene control y que instalar un monumento para recordar que hay víctimas desaparecidas hubiera sido lo ideal.

Sería un majestuoso gesto de su parte. Porque son realidades que ni con mil plantíos y arbustos puedes tapar.

¿Entonces por qué no aceptar que se ponga ahí ese monumento?

Es que a Claudia le pesaría siempre pensar qué hay un recordatorio de que en este país y en esa ciudad hombres y mujeres salieron de sus casas para no volver más.

¿Por qué a Claudia le cuesta tanto aceptar qué hay errores y fallas, y que el gobierno no ha cumplido con infinidad de cosas que ha prometido?

Dejar que esté ahí ese monumento es una verdadera señal de que sí, la Jefa de Gobierno escucha y ve a las personas que claman porque sus seres queridos vuelvan.

Claudia tiene que conectar más con el dolor de otros y no tomarlo como derrota personal.

Eso es lo que le pasa a la Jefa de Gobierno.

Las heridas y dolores de otros los asume como derrotas personales y fracasos personales, entonces le duelen y le avergüenzan.

¡Vamos Claudia!… necesitamos por primera vez de tu humanidad y de tu sensibilidad.

Volver a sembrar un ahuehuete ahí es hacerle sentir y saber a la gente que ni escuchas ni oyes.

En verdad impresionarías a miles, incluyéndome.

No necesitas pagarle millones a tu asesor.

Tan solo lee mi columna y tócate el corazón.

Queremos del tuyo y no de un arbolito más, como para tapar que aquí nada pasa.

Porque sí pasa y pasa mucho, pero si nos demuestras que lo aceptas sin oponerte a ello, estarás demostrando un nivel como pocos políticos.

No te preocupes que seguramente el presidente te diría que ni loca hagas eso de aceptar poner un monumento.

Yo creo ya es momento que te empoderes y te emancipes de lo que Don Obrador diga.

No puedes dejar que se te siga controlando así.

Y si nada te va a importar, ni mucho menos mi opinión y vas a sembrar otra vez otro ahuehuete, sabrás que la gente ya no lo considerará relevante ni entrañable como lo fue la Palma de Reforma.

En fin… quizá ni sentido tiene escribir tanto de esto si al final tal vez ni lo leerás.

Pero quise desahogarme y escribirlo.

Es cuánto.