Vaya que se ha puesto divertido este último tramo de la elección presidencial.
Parecía que todo estaba dicho incluso desde antes de empezar las campañas, pues Claudia Sheinbaum aventajaba y por mucho a Xóchitl Gálvez en las encuestas. Pero la sal y pimienta la han puesto los super machos que postularon a la señora X: Alito Moreno, Marko Cortés y Jesús Zambrano, representantes de los partidos que dieron forma al bodrio llamado Fuerza y Corazón por México.
Y es que después del segundo debate y el rotundo fracaso de Xóchitl no tuvieron más que bajar la guardia (y de paso los pantalones), tragar enormes sapos y pedirle al joven Máynez que declinara en favor de Gálvez.
Sí Chucha, cómo no.
Después de que lo ningunearon y le dijeron de todo, al ver que ya de plano tenían el agua arribita del pescuezo salió Alito a lloriquear que debían unir fuerzas para vencer a Morena. Marko lo secundó a medias y Zambrano mejor se hace como el tío Lolo porque además, en un partido cadavérico como el que representa, vale una pura y dos con sal lo que opine. Su extinción en la esfera política parece inminente.
El punto es que por arriba o por abajo, al derecho y al revés, Máynez los mandó al carajo. “¿Y tú nieve, de qué la quieres?”, le respondió a Alito con esa sonrisa enorme que quedará para la historia.
No solo Máynez se queda en su partido y no se cruza la banqueta: se burla, y con toda razón de la humillación de Alito que ofreció su cabeza al frente del PRI a cambio de su declinación. ¡Sopas!
La plutocracia tirada en el piso ante un fracaso descomunal pero ni hablar, lo que mal empieza, mal acaba. Karma, le dicen. O como dice mi hija: “ándele, por cabezón”.
La elección de este año es histórica, emocionante y memorable.
Una mujer, Claudia Sheinbaum, está derrotando no solo al patriarcado, venció a este trío de rufianes, machos e impresentables que le hicieron creer a Xóchitl que podría ganar.
Y no se pudo. No se podrá.
Ahora doña Gálvez anda pidiendo el voto de la militancia del partido naranja y de alguno que otro despistado en algo que llamó el “voto útil” para vencer a Morena.
Hay que tener dignidad.
Salvo algunas excepciones, la mayoría de los mexicanos ya eligió y así se verá en las urnas.
Faltan dos últimos jalones: la marcha de la marea rosa y el tercer debate.
Vamos a ver qué resulta.
Al derecho y al revés
Un discurso pronunciado por Xóchitl el pasado fin de semana en Aguascalientes llamó mucho mi atención.
La candidata prianista dijo que llamaba a los hombres de ese estado y de todo el país a vigilar la elección.
“Necesito de su fuerza”, les dijo en tono entre imperativo y de súplica.
Gálvez no se ha podido sacudir el machismo pese a que fueron tres machos los que la postularon ( y otros detrás de las paredes, como Claudio X. González).
Ese lenguaje tosco, varonil y bastante vulgar fue lo que empezó a sembrar su fracaso y ahora arenga que quiere hombres para cuidar la elección.
¿Para cargar bultos? ¿Para hacer bulto? O de plano, ¿para provocar?
Terrible el mensaje de Gálvez y más terrible no haber entendido la lección. Ni hablar.