Creo que pocos discutirán que los Estados Unidos atraviesan una severa crisis económica, política y de salud que data del sexenio de Donald Trump. La inflación, violencia y atomización de la sociedad ha hecho que cada vez más estadounidenses (principalmente anglosajones) volteen a ver a México para trabajar o para retirarse.
Estos refugiados económicos acaparan, mediante el fenómeno malamente llamado “gentrificación” los mejores lugares en las ciudades más bellas del país, incluyendo la Ciudad de México y Mazatlán, en donde las playas y el clima hacen de la localidad sinaloense uno de los lugares más codiciados.
Sin embargo, con la llegada de refugiados y el turismo ya existente desde antes de la crisis pandémica, llegó su intento de imponer sus costumbres asépticas. De prohibir, precisamente, lo que distingue a la ciudad de Mazatlán, cuna de la música de banda: la fiesta y los músicos que se ganan el sustento y el de sus familias tocando peticiones para el turismo MEXICANO en la playa.
Y no es que haga una defensa cómo “fan” de este género. Habiendo nacido en el norte, puedo decir que este género es muy popular y basta ver las listas principales de popularidad en los sitios de streaming en México y en el mundo para ver que los intérpretes de este género y sus derivados son actualmente los más populares. Es imposible regular la popularidad de la banda, menos en su lugar de origen y menos porque a unos gringos con ínfulas de colonizadores les ofende en sus “castos” oídos.
Después de una manifestación de músicos en las calles de Mazatlán, en donde autoridades enviaron a la policía municipal a agredir a los inconformes por las quejas de hoteleros respecto al “ruido”, aparentemente se llegó a un acuerdo para que los músicos de banda urbanos terminen su trabajo a las 10 de la noche en unas zonas y hasta la 1 de la mañana en otra. Veremos si esto soluciona el conflicto, porque los mexicanos no se van a dejar de este intento de transformar a nuestro país en un vomitivo suburbio gringo. Si no les gusta, la música de banda, que se vayan a Maine o a Florida.